La carga inalámbrica Qi es algo que lleva disponible en muchos móviles desde hace unos años, y este año prácticamente todos los grandes fabricantes la están incluyendo en sus móviles al haber dejado atrás las traseras de metal y pasar a tenerlas de vidrio. Entre ellos encontramos los Samsung Galaxy S8, Samsung Galaxy Note 8, LG G6 y LG V30, o los iPhone 8 y iPhone X.
El estándar Qi se creó en 2008, y los primeros móviles salieron en 2012
El estándar abierto de carga inalámbrica utilizada por estos móviles es “Qi” (pronunciado “chi”). Este estándar fue desarrollado por el Wireless Power Consortium (WPC), que está formado más de 100 empresas de entre las más importantes de la industria electrónica, como Samsung, LG, Sony, Huawei, Qualcomm, MediaTek, y más recientemente Apple, Google o Xiaomi, que van a incorporar Qi en sus móviles.
El WPC fue creado en 2008, el mismo año en el que se presentó el estándar Qi. La mecánica de uso es muy sencilla: tan sólo es necesario tener un móvil compatible, y dejarlo sobre la alfombrilla de carga (conectada esta sí a la corriente) para que la batería empiece a cargar. Gracias a ello no es necesario enchufar cables. La distancia entre la alfombrilla y el móvil no puede ser mayor a 4 centímetros.
Los primeros móviles con carga Qi fueron los Lumia 820 y 920, lanzados en septiembre de 2012. El primer móvil Android con carga inalámbrica fue el Nexus 4. Después de un tiempo en el que el estándar dejó de incorporarse por la mayoría de fabricantes (debido a las traseras metálicas que utilizaban la mayoría), ahora que han vuelto las traseras de cristal todos los fabricantes están volviendo a incluir este sistema de carga. La carga inalámbrica se usa también en otros dispositivos, como relojes o cepillos de dientes.
Aunque no ha habido muchos móviles que lo hayan incorporado en el mercado (sobre todo los más baratos, pues supone añadir costes de fabricación), sí que se han instalado cargadores Qi en multitud de sitios. Los encontramos en algunos aeropuertos, cafeterías, en mesas de trabajo o de dormitorio de fabricantes como IKEA, y más recientemente en coches.
¿Cómo funciona la carga inalámbrica por inducción Qi?
Como hemos dicho, el móvil se deposita en una alfombrilla o base de carga haciendo contacto con la parte trasera. Aunque no haya cables visibles, éstos sí que están presentes tanto en la base como en la parte trasera de nuestro móvil en forma de unas bobinas de cobre en forma de espiral cubierta de plástico.
Para funcionar, el estándar Qi hace uso de la inducción magnética. Cuando no hay ningún móvil cerca, la base está desactivada. Para detectar un móvil está mandando constantemente pulsos para ver si hay un dispositivo Qi cerca, y en cuanto lo encuentra se activa. Mediante magnetismo, la base crea unas pequeñas oscilaciones (vibraciones) que crean un campo electromagnético en las bobinas de cobre que tienen tanto el emisor como el receptor (la base y el móvil). Esta bobina de cobre está conectada a su vez a la batería mediante unos pines, de tal manera que se transmite la energía a la batería.
Además de estar transmitiendo electricidad para cargar la batería, el móvil y la base se están comunicando entre sí a 2 kbit/s, mandándose el valor de carga que está registrando el móvil. En cuanto se alcanza el 100% de carga, la base de carga recibe la información y se apaga.
Los vatios de los cargadores de Qi suelen ser mayores que los de los cargadores por cable. Esto no significa que carguen más rápido, sino que necesitan más energía, y además son más ineficientes, ya que se genera más calor y hay más perdidas. Los cargadores del iPhone 8 soportan hasta 7,5 vatios, mientras que el estándar Qi puede alcanzar hasta 15 vatios. El cargador inalámbrico que Samsung presentó con el Galaxy S8 alcanza los 15 vatios en carga rápida (9 voltios y 1,67 amperios)
Es importante también asegurarse de que el móvil está colocado correctamente en la base de carga con la parte que tiene la espiral de cobre bien alineada. Tampoco podemos utilizar la carga inalámbrica si utilizamos fundas para proteger el móvil, teniendo que quitársela si queremos cargarlo.
Por todo esto, la carga inalámbrica no va a reemplazar al cable, y no lo hará en los próximos años, ya que no se espera que la velocidad y capacidad de carga cambie. Lo que sí es cómodo es poder usarlo en cualquier parte sin tener que depender de cable, lo cual puede ser útil si necesitas cargar el móvil y no tienes un cargador con conector compatible con tu móvil a mano, o si se te ha roto el puerto de carga.
En los coches también es muy útil. A no ser que tengamos un cargador de mechero de calidad, los puertos USB de los coches cargan muy lentamente. Dejar el móvil en la alfombrilla es más cómodo que tener que enchufar un cable, y ganaremos un porcentaje de batería bastante útil siempre que nos subamos al coche. También es muy cómodo si tenemos una mesita de noche con cargador Qi, ya que con sólo dejar el móvil se puede quedar cargando toda la noche. Para el resto de situaciones es menos conveniente, ya que no podemos utilizar el móvil cómodamente si lo tenemos que dejar en la alfombrilla.
Qi no es el único estándar del mercado, pero sí es el más extendido y el que será más utilizado en los próximos años. Otros estándares como PMA (los S8 y Note 8 son compatibles) o A4WP no operan a la vez en los dispositivos que son compatibles, a pesar de operar bajo el mismo tejado en la AirFuel Alliance. De cara al futuro los dispositivos que hagan uso de esa carga contarán con ambos.