Kaby Lake, la última arquitectura para procesadores de consumo de Intel ya está con nosotros en todo su esplendor. El pasado mes de agosto vieron la luz los primeros procesadores de bajísimo consumo pensados para ordenadores portátiles de la gama ‘U’, y ahora le toca el turno a los procesadores de más alto rendimiento para portátiles y ordenadores de sobremesa más potentes, donde destaca el Intel i7-7700K.
Intel rompe su ‘tick-tock’
La nueva arquitectura Kaby Lake rompe un poco el esquema que Intel lleva siguiendo desde hace ya varios años; el famoso tick-tock. Tick hace referencia a un nuevo proceso de fabricación, y tock hace referencia a un nuevo diseño basado en esa misma arquitectura. Los ejemplos más recientes son Ivy Bridge (tick) y Haswell (tock), donde este último fue una revisión del anterior. El último caso lo tenemos con Broadwell (tick), cuya revisión fue Skylake (tock), con procesadores como el i7-6700K.
Según esto, tocaría ‘tock’ con una reducción de tamaño en el proceso de fabricación, pero el silicio se resiste y este año vemos nuevamente una arquitectura de 14 nanómetros, cuyo nombre es Kaby Lake, teniendo al menos hasta la segunda mitad de 2017 para ver Cannonlake, los primeros procesadores de Intel de 10 nanómetros. El Intel i7-7700K viene con una frecuencia base de 4,2 GHz, que supera a la de 4,0 GHz con la que venía su predecesor. Con respecto al Boost Clock, el 7700K es capaz de alcanzar los 4,5 GHz.
¿Suficiente mejora de rendimiento en el i7-7700K?
Según los primeros análisis que fueron filtrados antes del mes de enero, el i7-7700K es un 6-7% más potente que el i7-6700K. Para comprobar esta afirmación, nuestros compañeros de HardZone han analizado el procesador en una placa base de MSI Z270 XPOWER GAMING Titanium. En estas pruebas han analizado el rendimiento del procesador en dos entornos; las pruebas que exprimen al máximo el rendimiento de la CPU, y las que analizan cómo se comporta el procesador de manera conjunta con el resto de componentes a la hora de procesador contenido en 3D como son los juegos.
En las diferentes pruebas de rendimiento que han realizado nuestros compañeros, podemos observar cómo rinde el procesador tiene una temperatura superior a su predecesor, y según los primeros datos que arrojan las pruebas de rendimiento, podemos ver que son consistentes con respecto a las filtraciones, y que su mejora de rendimiento ronda el 7% con respecto al 6700K. A nivel de consumo, éste es también superior al 6700K.
Por tanto, la mejora de rendimiento que ofrece el i7-7700K con respecto al i7-6700K es mínima. Ambos procesadores utilizan socket LGA 1151, por lo que se puede equipar en placas con chipset Z170 y Z270. Estas últimas no incluyen apenas mejoras con respecto a las Z170, tal y como comentamos hace unos meses. Estamos ante otro año más donde un procesador de 2017 ofrece el mismo rendimiento en juegos que uno de 2012. Y la tendencia parece que se mantendrá hasta el año 2020.
Si queréis ver el análisis al completo de nuestros compañeros en HardZone, junto con su opinión al respecto.