El overclocking puede traer a tu cabeza imágenes de procesadores y tarjetas gráficas quemadas, o errores a la hora de encender el ordenador. Nada más lejos de la realidad, hacerle overclock a tu procesador, a tu tarjeta gráfica, o a tu memoria RAM, si lo haces con cuidado y poco a poco, no te supondrá ningún problema. En esta pequeña guía vamos a ver en qué consiste en overclock de una CPU, y qué puedes ganar haciéndolo. No obstante, no nos responsabilizamos de cualquier daño o error que puedas causar en tu ordenador si replicas los pasos que vamos a exponer.
¿Qué es el overclock y qué ventajas tiene?
El clock en la palabra de overclock se refiere a la velocidad del reloj medida en Hz (MHz o GHz normalmente) de nuestro procesador. Este es uno de los factores más importantes de un procesador, pero no es el único. Otros factores que afectan al rendimiento del procesador son el número de núcleos, el tamaño de la caché, o el proceso de fabricación. Hacerle overclock a la velocidad del reloj significa subir la frecuencia a la que funciona el procesador, haciéndolo más rápido.
Con esto, podemos ganar algo de rendimiento en nuestro procesador, que se puede traducir en juegos más fluidos, o mejoras en tareas de puro procesamiento como descomprimir y comprimir un archivo, o codificar un vídeo. Si tienes un ordenador antiguo y quieres obtener un mejor rendimiento, hacerle overclock a tu procesador suele ser una buena opción. Puedes incluso conseguir mejor rendimiento que el procesador de tu gama con una nueva arquitectura (por ejemplo, hacerle overclock a un i7-3770K para conseguir más rendimiento que un i7-4770K)
¿Qué necesitas para hacer overclock?
Hacer overclock requiere de unos cuantos previos en una CPU. En concreto, son tres los factores principales que hay que tener en cuenta. El primero es tener una placa base compatible con overclock. En las generaciones de Intel, suelen ser aquellas placas base cuyo modelo empieza por Z (Z77, Z87, Z97, Z170).
El segundo requisito es tener un procesador cuyo multiplicador (CPU Ratio) esté desbloqueado. En el caso de los procesadores Intel, éstos son aquellos cuyo modelo acaba en K, como por ejemplo i5-6600K o i7-6700K. En el caso de AMD, éstos son los procesadores de la serie FX. El overclock se puede hacer en otros procesadores menores o más antiguos, pero pueden encontrarse limitados por el BIOS.
Un procesador desbloqueado permite también controlar mejor el voltaje y la frecuencia hasta el punto en el que encontremos un buen equilibrio. Si tu procesador o tu placa base no permiten hacer overclock, es mejor que tengas cuidado por si decides flashear un BIOS que sí te lo permita, pues puedes cargarte o la placa o el procesador. Lo mejor es aceptar los límites de tu hardware si no tienes un procesador desbloqueado.
La tercera y última cosa que necesitas es un buen disipador, ya sea por refrigeración líquida o por aire. Este es uno de los motivos por los que se suele hacer más overclock a la CPU que la GPU, ya que es más cómodo y normal instalar un disipador cuya refrigeración mejora notablemente al de serie, el cual ya comentamos que debéis evitar a toda costa. Para hacer overclock, lo mínimo es tener un disipador de al menos 30 euros si es de aire, o de 60 si es líquida.
Un procesador al 100% de carga con un buen disipador no tiene por qué pasar de los 55-60 grados, por lo que tenemos al menos 10 grados de margen para que nuestro procesador funcione a una frecuencia mayor si le hacemos overclock.
Los procesadores ya hacen un ligero overclock de serie
Normalmente, para elegir un procesador, hay dos frecuencias que los fabricantes especifican: Base Clock y Boost Clock (Turbo Boost en Intel). La Base Clock es la frecuencia base a la que funciona el procesador. Por ejemplo, en el i7-6700K es de 4.0 GHz. La Boost Clock es la frecuencia a la que sube el procesador cuando detecta que la situación lo requiere, como puede ser jugando o haciendo una tarea exigente. En este caso, la Boost Clock del i7-6700K es de 4.2 GHz. En procesadores AMD esta tecnología se llama Turbo Core.
Lo primero cuando se hace overclock es subir la velocidad del reloj. La base sobre la que funciona el i7-6700K es de 100 MHz (como la mayoría de procesadores) con un multiplicador de 42, llegando a los 4,2 GHz máximos que alcanza. Algunas placas base tienen una herramienta sencilla con perfiles de overclock predeterminados. Esta herramienta modifica el multiplicador y sube la frecuencia. Por ejemplo, pasando de 42 a 45 el multiplicador, y de 100 a 103, llegando a 4,6 GHz. Este procesador permite alcanzar los 4,6 GHz sin tocar el voltaje.
El voltaje; lo que tienes que cambiar si alcanzas el límite del multiplicador
La recomendación si empiezas en el overclock es cambiar primero el multiplicador, pues la frecuencia del procesador afecta también a otros componentes del ordenador, como la velocidad de la DRAM o los controladores de almacenamiento, mientras que el multiplicador sólo afecta al procesador.
En el caso de tener problemas de inestabilidad, será necesario aumentar el voltaje del procesador. Aumentarlo depende en gran medida de la capacidad de tu procesador y de la de tu placa base, que es la que alimenta el procesador. Qué voltaje, qué frecuencia y qué multiplicador es el mejor para tu procesador es una incógnita. Lo mejor suele ser buscar en Google a gente que haya hecho overclock en un procesador del mismo modelo que el tuyo y utilizarlo como guía.
En nuestro ejemplo, si 4,6 GHz no te parecen suficientes, puedes aumentar hasta 4,8 GHz, pero aumentando con ello el voltaje. El aumento del voltaje ha de ser de 0,1 en 0,1. La base del i7-6700K es de 1.2 voltios (dato también conocido como VCore), por lo que en cada aumento tendrás que ir haciendo pequeñas pruebas de estrés.
Si se te cuelga el ordenador, revierte. Para alcanzar 4,8 GHz en el 6700K, 1,26 voltios está bien para empezar. Intel asegura que el máximo que puede alcanzar sin dar problemas son 1,45 voltios, pero a largo plazo esto puede afectar a la vida de tu procesador, debido a que el voltaje aumenta la temperatura.
La temperatura al aumentar el voltaje, además, no aumenta de manera lineal. A partir de 1,3 o 1,35 voltios hace falta un buen sistema de refrigeración si no queremos que aumente demasiado la temperatura del procesador. Si el procesador supera los 80 grados, puede que haga thermal throttling y disminuya de frecuencia para enfriarse, quitándole el sentido a hacer overclock.
Software y pruebas de estabilidad: AIDA64 y Prime95 son tus amigos
Para comprobar la estabilidad de nuestro sistema después de realizar pequeños incrementos en el overclock, lo mejor es hacer pruebas de estrés como AIDA64 o Prime95. Si nuestro ordenador se mantiene encendido en la prueba durante 20 minutos sin ningún cuelgue, reinicio, o pantallazo azul, significa que el overclock que hemos hecho no afecta a la estabilidad del sistema.
AIDA64 es de las pruebas de estrés más completas que hay, pues permite someter al máximo rendimiento a cada pieza de manera individual o en conjunto, lo que es también útil para detectar posibles errores en nuestro ordenador. También las pruebas de 3DMark son una buena opción.
Los pequeños cambios que vayamos haciendo han de ser siempre en la UEFI (BIOS) del ordenador. Las interfaces de las placas base actuales son muy intuitivas, y permiten ser manejadas incluso con ratón. Como ya hemos mencionado, hay perfiles predeterminados en las placas base que hacen overclock automático, pero es recomendable mirar lo que hacen porque éstos suelen aumentar el voltaje, y como hemos visto, no en todos los casos es necesario.
¿Cuánto aumenta el rendimiento en mi modelo?
Para saber cuánto aumenta el rendimiento al hacer overclock en tu procesador, es buena idea buscar en Google análisis y pruebas de tu procesador, porque es probable que la página que lo analizase haya hecho pruebas con y sin overclock. En el caso del i7-6700K, pasar de 4,2 GHz del modo turbo a los 4,8 GHz supone un aumento de rendimiento entre un 16 y un 22%, aunque con respecto a los juegos la diferencia no es apenas perceptible.