Una enorme cantidad de los usuarios de teléfono inteligente, e incluso de tableta, disfrutan de sus dispositivos tras haber comenzado un contrato que les une -casi de forma inseparable- a un operador de telecomunicaciones. Este tipo de contratos, con dispositivo «de regalo», son los que nos obligan a mantener un compromiso de permanencia que, en caso de ser incumplida, conlleva una penalización. Te explicamos por qué es posible que te interese extender la permanencia aún más.
Siempre que nos sea posible hacer el pago íntegro de un dispositivo, es frecuente que la oportunidad se nos presente más económica. Sin embargo, las posibilidades de financiación que ofrecen los operadores de telecomunicaciones nos llevan, a muchos usuarios de teléfono inteligente y tableta, a optar por una solución que nos obliga a cumplir con un compromiso de permanencia de hasta 24 meses durante el cual, según lo establecido por un contrato, no podremos cambiar de operador. Evidentemente, sí que podemos hacerlo, pero entonces tendremos que asumir el pago de una penalización.
A nadie debería sorprender lo anterior, y es que llevamos ya varios años siguiendo un modelo de compra de terminales a través de operador muy similar. Ahora bien, sobre estas penalizaciones se han producido ciertas modificaciones, recogidas por la ley de Defensa de los Consumidores y Usuarios, que en muchos casos nos podrían llevar, por un interés económico, a decantarnos por renovar la permanencia con el operador de telecomunicaciones que contratamos en su día.
Así funcionan los compromisos de permanencia
Como adelantábamos, hay usuarios que se someten a compromisos de permanencia de hasta 24 meses. Esto suele ocurrir cuando queremos que un terminal nos salga por 0 euros, o bien cuando el precio del mismo es muy elevado -quizá 500 ó 700 euros- y necesitamos reducir la cuota mensual, o bien el pago inicial del mismo. Y poco más o menos igual de comunes son los compromisos de 12 y 18 meses de permanencia, tanto con el operador como con la tarifa movil contratada.
Aunque la mayoría los conocemos a la perfección, los compromisos de permanencia en operador nos obligan a, durante el plazo establecido, mantenernos con la misma compañía. Si contratamos con Movistar, por ejemplo, deberemos mantenernos esos meses establecidos en el contrato con Movistar, o con cualquiera que sea el operador que firmamos en su momento.
Sin embargo, también existen los compromisos de permanencia en tarifa, que se pueden «combinar» o añadir a los anteriores y nos obligan a, además de tener que mantenernos con la misma compañía, mantener durante el determinado plazo la misma tarifa que escogimos el primer día.
Por qué las permanencias salen caras, y a veces muy caras
Asumiendo que hemos optado por firmar un compromiso de permanencia por las opciones de financiación o pago aplazado, estaremos aceptando en primer lugar que el dispositivo escogido puede salirnos más caro. Y es que, mientras nosotros estamos pagando 600 ó 700 euros por el móvil durante dos años, en tiendas concretas podemos encontrarlo 50 ó 100 euros más barato incluso desde el primer día, mucho más aún a lo largo de estos 24 meses.
Ahora bien, no es lo único que nos saldrá más caro, sino que además nos encontraremos con un sobrecoste por la permanencia en tarifa. Y es que, la enorme competencia actual en el sector de las telecomunicaciones en España está forzando a los operadores a ajustar sus precios a un ritmo cada vez más elevado. Quiere esto decir que, en 24 meses, nuestro operador y otros homólogos lanzarán ofertas más competitivas que, por nuestro compromiso de permanencia en tarifa -y operador- no podremos utilizar para ahorrar unos euros, o beneficiarnos de más minutos / ancho de banda.
Sin embargo, extenderla te puede salir más barato
Ahora bien, las puntualizaciones anteriores se ajustan en mayor medida a la realidad del pasado año 2014, concretamente antes de que se modificara la regulación correspondiente según una reforma sobre la ley de Defensa de los Consumidores y Usuarios. Y es que, desde el 13 de junio de 2014, los compromisos de permanencia vienen acompañados de penalizaciones proporcionales al número de días pendientes para su finalización. ¿Qué quiere decir esto? Que los contratos anteriores al 13 de junio de 2014 con 150 euros de penalización se mantienen a día de hoy con esos 150 euros de penalización. Por el contrario, un contrato de hoy mismo con penalización de 150 euros supondrá mañana el desembolso de 149,79 euros -aproximadamente-. Por lo tanto, en sólo un día habremos «ganado» 21 céntimos a nuestra penalización.
Por lo tanto, si contratamos en mayo del mes pasado con una permanencia de 24 meses, por ejemplo, a día de hoy mantendríamos una penalización de 150 euros. Si sobre ese contrato extendemos la permanencia otros 24 meses, a partir de mañana empezaremos a beneficiarnos de la reducción proporcional a la cantidad de días pendientes. Así, quizá mañana sea igual de «caro» marcharnos de nuestra compañía, pero tan solo en uno o dos meses notaremos ya una diferencia económica sustancial.