El famoso «Internet de las cosas» ha planteado todo tipo de problemas y brechas de seguridad en la domótica conectada a Internet. Y es que este tipo de aparatos son «fácilmente» manipulables por hackers. Pero, ¿qué hay de lo que aún no está conectado a Internet? Las alarmas inalámbricas domésticas, aseguran, pueden manipularse con gran facilidad.
Nuestros dispositivos conectados a Internet, con mayor o menor dificultad, son prácticamente todos susceptibles de diferentes agujeros de seguridad que permiten utilizarlos de forma remota por un «usuario no autorizado». Es decir, dicho en otras palabras, pueden ser hackeados para usos malintencionados que vayan en contra de las propias intenciones del usuario, el propietario del hardware. Ahora bien, algunos otros sistemas no conectados a Internet, como es el caso de las alarmas inalámbricas domésticas que nos ocupan en estas líneas, también pueden ser manipulados de forma remota, lo que supone un importante peligro.
Nuestra alarma doméstica puede ser desactivada
Logan Lamb, dedicado a la seguridad en Oak Ridge National Lab y Silvio Cesare, de Qualus, han probado una gran cantidad de sistemas de alarma domésticos -los más populares- y han encontrado en ellos algunos «problemas de seguridad». Tan graves son estos que, con una distancia de 250 mts. con respecto al sistema de alarma, han conseguido programar falsas alarmas sin límite alguno. Por otra parte, más grave aún, de forma remota han conseguido también desactivar los sistemas de alarma. Ahora bien, en este último caso sólo lo han conseguido desde unos escasos 3 mts. de distancia.
«Un ladrón puede llegar hasta la puerta de entrada y desactivar el sistema de alarma. Después, abrir la puerta y hacer dentro de la casa lo que quiera, como si nunca hubiera pasado por allí», aseguró Logan Lamb.
«Todos los sistemas son básicamente iguales»
Lo más preocupante que podemos extraer de sus conclusiones es que no fue relevante el fabricante o el lugar donde se comercializan los sistemas de alarma. Y es que, aunque probaron todo tipo de dispositivos, los problemas de seguridad acabaron siendo exactamente iguales. El problema real está en que estos sistemas de alarma se basan en señales de frecuencia de radio enviadas entre el «sistema central de alarma» y los sensores de movimiento que activan la alarma. Dada la escasa complicación de estos sistemas, aseguran, es realmente fácil descifrar las señales y convertirlas según el antojo del ladrón, o cualquiera que esté manipulando el sistema de alarma de forma remota. «Todos los sistemas son básicamente iguales», aseguró Lamb, «continúan utilizando la misma tecnología que en los 90 para cubrir nuestra seguridad doméstica.