Uno de las muchas ventajas que nos ha proporcionado la tecnología gracias a su evolución es que mientras en el pasado se creaban aparatos de gran tamaño, a día de hoy se pueden construir esas mismas máquinas de un tamaño mucho más pequeño y ofreciendo el mismo rendimiento. En esta ocasión, se ha creado un imán del tamaño de un átomo, el más pequeño jamás creado.
Este nuevo imán supone un antes y un después en aspectos como la física cuántica o el magnetismo del hierro, además de que abre la puerta al desarrollo de nuevos aparatos de memoria. Este imán nace gracias a la fusión de diferentes elementos y productos químicos.
El imán más pequeño jamás creado
Al terminar de hacer todos los trabajos pertinentes, se descubrió que la capa que recubría al imán era magnética, aunque hubo que hacer varias pruebas para conseguir aumentar ese magnetismo porque al principio era bastante débil.
De hecho, se llegó a un punto en que las fuerzas magnéticas eran tan fuertes que los científicos observaron cómo los diferentes elementos del imán se estaban peleando entre sí.
Por tanto, hubo que seguir trabajando para reducir el magnetismo y hacer que se quedara en un punto óptimo, algo que finalmente el equipo ha conseguido hacer.
Además, se descubrió que el imán no solo funciona perfectamente a temperatura ambiente sino que también lo hacía genial a temperaturas cercanas a los 95 grados centígrados.
Mejor que cualquiera creado antes
Otras veces se ha intentado hacer un imán de dimensiones muy pequeñas, pero nunca ninguno había surtido tanto efecto como este, que funciona a temperatura ambiente. Los anteriores perdían muchas de sus cualidades cuando no estaban puestos bajo temperaturas frías.
Era ilógico trabajar con estos aparatos que solo funcionaran a temperaturas heladas ya que en ningún ambiente de trabajo se experimenta a esas temperaturas. Además, su otra ventaja es su diminuto tamaño, de un solo átomo.
Dado que la creación de este imán ha sido un gran éxito, se espera que muchos investigadores y científicos de diversas partes del mundo trabajen en nuevos productos tecnológicos usando como base esta investigación ya que se podrían crear muchos aparatos que requieran en su interior algún tipo de dispositivo magnético, ya que cuenta con una estructura flexible y de muy pequeño tamaño.
Aunque la creación de este imán sea ya una realidad y se haya convertido en un éxito, se seguirá estudiando y trabajando con él para el futuro.
Todos los trabajos científicos requieren mucha dedicación y esfuerzo pero una vez que se consiguen, es muy satisfactorio ya que una simple creación puede ayudar a muchas personas o incluso a compañías para fabricar nuevos artículos.