Seguro que, alguna vez, te has planteado si hay unas recomendaciones determinadas sobre las veces en las que hay que llevar a cabo el reinicio del ordenador. Porque no suele ser algo de lo cual el fabricante informe y siempre acaba quedando la duda. En cualquier caso, te vamos a echar una mano para que sepas si estás reiniciando tu ordenador demasiado poco o si, por el contrario, lo reinicias más de lo que deberías.
Pese a que durante los últimos años, la mayoría de los fabricantes de ordenadores han realizado interesantes avances en todo lo que tiene que ver con la eficiencia energética y la optimización de sus equipos, actualmente resulta imprescindible que, de vez en cuando, reiniciemos nuestro ordenador. Especialmente si hemos instalado un programa recientemente o, simplemente, si ha pasado mucho tiempo desde el último reinicio.
En ocasiones, es común que dejemos que pase el tiempo sin reiniciar hasta que llega alguna actualización importante de Windows que nos obliga a ello. Pero debes saber que no se trata de una buena decisión. Por mucha pereza que dé reiniciar y tener que abrir de nuevo tus programas favoritos, deberías reiniciar más habitualmente.
Una vez a la semana
Los expertos, primero de todo, determinan que resulta muy complicado llegar a una respuesta definitiva sobre el periodo ideal en el que deberías reiniciar tu ordenador. Argumentan que hay distintos factores que tienen relevancia y algunos de ellos hacen que sea muy difícil dar una respuesta global. Por ejemplo, dicen que, más allá del sistema operativo que tengas, lo más importante es el tipo de uso que hagas de tu ordenador. Por lo tanto, eso dificulta que se pueda hacer una recomendación precisa acerca del periodo que deberías esperar.
Eso sí, estos mismos especialistas, como los expertos de la facultad de tecnología de la Universidad de Wisconsin-Madison, dicen que la comunidad sí que llega a una conclusión generalizada. Aunque influyen los demás factores citados, se da por entendido que el reinicio mínimo debería ser una vez a la semana. Pero mucho cuidado, porque si bien se recomienda que se reinicie una vez a la semana, no hay que pensar que se trata de algo que resulte adecuado hacer de forma continuada.
En realidad, reiniciar demasiado el ordenador somete al equipo a un estrés excesivo que podría llevar a reducir la durabilidad de los componentes. Por ello, aunque quizá no tengas problema reiniciando el PC una vez al día, si lo reinicias varias veces en una jornada de forma continuada, sí que podrías llegar a encontrarte con dificultades a largo plazo. No obstante, no suele ser la situación habitual a la que nos enfrentamos la mayoría de los usuarios.
¿Por qué hay que reiniciar?
Como decíamos antes, a muchos de nosotros no nos gusta reiniciar porque supone tener que abrir los programas, perder páginas o pestañas que estuvieran abiertas y tener que comenzar algunos procesos desde el principio. Es un poco molesto, en especial si llevamos un día a día un poco ajetreado y no queremos perder tiempo en procesos que no nos aportan «nada». De todas formas, el reinicio es algo que tu ordenador necesita para que le insufle un poco de aire fresco y que pueda enfrentarse a algunos de los problemas más habituales que pueden sufrir estos equipos.
Uno de los principales motivos para reiniciar el ordenador semanalmente es hacer borrón y cuenta nueva en la memoria del sistema. Piensa que esta memoria va acumulando restos de todas las acciones que llevas a cabo en tu ordenador. Todo acaba dejando un rastro que, si no reinicias, sigue creciendo de forma constante. Si tienes costumbre de poner tu ordenador en el modo de hibernación y recuperas la sesión después, la memoria del sistema seguirá exactamente igual. En realidad, habrá seguido «trabajando» mientras el ordenador estaba aparentemente «descansando». Pero si reinicias, esa memoria se vaciará y el sistema podrá comenzar de cero para afrontar los siguientes procesos que lleves a cabo. Eso será algo que le beneficiará de manera significativa.
Otro buen motivo para hacerlo es que será el único momento en el que se apliquen las últimas actualizaciones que haya recibido tu sistema operativo. Hay veces en las que Windows se actualiza en segundo plano, pero hasta el momento en el que hagas el reinicio, la nueva versión no se activará. Esto es especialmente importante para disfrutar de todos los cambios y ajustes de seguridad que puedas llegar a necesitar en tu ordenador.
Además, reiniciar solucionará posibles problemas que tengas en tu conexión a Internet, tanto en el WiFi como en el Bluetooth, y también será una forma de evitar que los programas que utilizas de una manera más frecuente sufran fallos. Imagina que si tienes un software abierto durante días o incluso semanas, la memoria se irá cargando y el esfuerzo de esa app irá creciendo. Las posibilidades de que llegues a tener algún problema en su uso aumentarán. A veces puede ser una reacción tan molesta como que el programa se cierre de repente. Esto quizá no tenga importancia en algunas apps, pero en otras podría llegar a significar que pierdas el trabajo que estabas haciendo.
¿Es suficiente con dejar el PC en suspensión?
Una de las opciones más habituales por las que se decantan un mayor número de personas hace referencia a la posibilidad de suspender el PC en vez de apagarlo. Incluso en aquellos casos en los que estamos seguros de que no vamos a utilizar el ordenador durante varios días. A medida que la tecnología ha ido avanzando, ha permitido que durante la suspensión de nuestro portátil apenas se gaste la batería. Siendo una solución cada vez más utilizada.
No obstante, si optamos por esta vía de manera prolongada, es posible que la memoria no se restablezca de manera correcta y no sea posible recuperar su rendimiento normal tras la suspensión. Por lo que deberemos valorar el apagado como solución en estos casos.
Pero, ante todo, no olvides que reiniciar el ordenador es una forma de revitalizarlo y de dejar que respire un poco antes de ponerse a trabajar de nuevo. Es muy habitual que los equipos comiencen a ralentizarse o a sufrir problemas de rendimiento, como que las pestañas se abran más lentamente o que incluso las fotos que quieras ver no se carguen. Ese tipo de cosas no son problemas permanentes de tu ordenador debido a que este se haya quedado anticuado, sino que, por lo general, se solucionan rápidamente con solo reiniciar el PC. Por ello, te recomendamos que tengas muy en cuenta esa recomendación generalizada de reiniciar una vez a la semana.
Además, si sabemos que durante las próximas semanas no vamos a utilizarlo, porque tenemos algunos días libres en el trabajo o vamos a estar fuera de vacaciones, también podemos apagarlo y dejarlo descansar unos días. No tanto por el consumo energético con los que cuentan actualmente los ordenadores más modernos, sino por evitar que vaya acumulando horas de uso en momentos del año en los que no resulta necesario que esté encendido, como en las situaciones descritas previamente. Siguiendo estos consejos, e interiorizando estas pautas, seguro que todo va a funcionar mucho mejor a partir de ahora.