La piratería baja en España, pero el fútbol se sigue pirateando sin descanso
Las estadísticas que ha compartido el Observatorio de la piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales confirman que los niveles de piratería siguen bajando en España. Son buenas noticias, pero hay un tipo de dato que continúa preocupando a la industria: el porcentaje de partidos de fútbol que se ven de manera ilegal.
España está reduciendo sus niveles de piratería, aunque sea poco a poco. Respecto al año 2018, la caída en consumo de contenidos piratas ha sido del 11%. En el pasado año 2022, la bajada respecto a 2021 no fue notable, dado que fue solo del 2,5% menos. No obstante, es positivo ver que las cifras continúan bajando, aunque sea poco a poco.
El fútbol en el punto de mira
La responsable del informe es la agencia GfK que, una vez más, vuelve a la carga con el análisis de la situación de la piratería entre los españoles y descubre que, en 2022, se consumieron 5.268 millones de contenidos ilegales. Esta cifra suma tanto las descargas ilegales como las visualizaciones online no autorizadas, algo que, especialmente, afecta al mundo del deporte.
El dato que se relaciona con el fútbol indica que el volumen de piratería fue, el pasado año, del 20%. Sí es cierto que hubo una bajada respecto al año anterior, pero esta fue solo del 1%. En comparación, otros sectores han disfrutado de una reducción de piratería mayor, como es el caso de los videojuegos, mercado que se coloca en solo un 15%.
Pérdidas millonarias
Dentro de este mismo informe se indica que el país perdió 551 millones en IVA no aplicado, Seguridad Social e IRPF debido al acceso a contenidos piratas, mientras que las empresas privadas llegaron a perder 1.995 millones de euros. Además de las pérdidas económicas, también se hace especial hincapié en cómo la situación de la piratería en España provoca un impacto directo en los puestos de trabajo que se podrían llegar a crear. Y, para darle más volumen a este argumento, se aporta un dato específico: sin piratería se habrían creado más de 80.000 empleos.
Aunque la piratería del fútbol hace mucho ruido en nuestro país por lo cercano que es este deporte para los ciudadanos, hay otros tipos de contenido que han salido incluso peor parados. Es el caso de la piratería de libros y de los periódicos y revistas. En el caso de los libros, se ha aumentado de un 34% a un 35%, las revistas han sufrido un aumento del 1% y los periódicos del 3%. Estos datos son especialmente dramáticos teniendo en cuenta lo mal que lo está pasando el sector de la prensa impresa, el cual continúa viendo cómo cierran cabeceras y publicaciones que llevaban en activo durante años.
Respecto a otros sectores, la piratería de series se mantiene en el mismo 20% que el año pasado, mientras que la de cine ha bajado en solo un 1%, lo que la deja en un 24% del total. Estos dos sectores son significativos, dado que había previsiones que apuntaban a que la presencia de las plataformas de streaming ayudaría a reducir el volumen de consumo de contenido pirata. No obstante, por ahora no está siendo así. Lo mismo se puede decir del fútbol, el cual con plataformas como DAZN se podría haber pensado que llegaría a disfrutar de una mayor reducción en accesos ilegales.
Hay otros datos del informe que son importantes, como que un 60% de los accesos a contenidos piratas se produzcan desde Google o que las apps de mensajería, como Telegram, supongan un 27% del total. Además de esto, se descubre que un 20% de los usuarios conectados a Internet han llegado a pagar, al menos en una vez, por contenidos piratas. El medio de pago que más se ha extendido en este sentido ha sido el que representan las criptomonedas.
Para dar solución a estos datos y que la piratería comience a reducirse en España a mayor nivel, desde la Federación de Gremios de Editores de España dicen que es fundamental llegar a tener una mejor relación con las empresas implicadas. Se quejan de lo difícil que es, por ejemplo, contactar y hablar con Google para que se ocupe de poner freno a la distribución de contenidos pirata. Lo mismo les ocurre con Meta, mencionando cómo es frecuente que los libros circulen en versión pirata por WhatsApp poco después de haber sido publicados.