Los pronósticos indican que este va a ser uno de los veranos más calurosos de la historia. Los termómetros siguen subiendo de manera exagerada y habrá días en los que lo pasaremos realmente mal. Por ello es importante que conozcas las mejores formas en las que te puedes refrescar más allá de las clásicas. Sigue leyendo y te contamos qué recomienda la ciencia para que te refresques con eficacia.
Refrescarse en verano no solo te ayudará a sentirte mejor, sino que también evitará que te expongas a sufrir problemas de salud. Por ello hemos recurrido a la ciencia a fin de ver cuáles son las recomendaciones que dan los especialistas, aquellos que entienden mejor cómo funciona el cuerpo humano. Esto es lo que hemos descubierto.
Ducharte con agua tibia
¿Se han vuelto locos los científicos? ¿Por qué nos van a recomendar que nos demos una ducha con agua templada cuando lo que mejor sienta es agua totalmente helada? Muy simple, porque, en realidad, si te estás duchando con el agua muy fría debido al calor, estás cometiendo un error. Lo que haces al enfriar el cuerpo tan repentinamente es decirle a tu organismo que tiene que combatir ese cambio drástico, para lo cual lo que hace es desactivar los métodos naturales de enfriamiento que estuviera utilizando y actuar de manera opuesta. Por lo tanto, aunque bajo la ducha te sentirás bien y será agradable, cuando salgas de ella descubrirás que tienes incluso más calor del que tenías antes de darte el baño.
Lo mismo ocurre si utilizas el truco de la toalla mojada. Esto es algo que hacemos muchas veces en el gimnasio. Nos ponemos la toalla mojada en la parte de atrás del cuello para que enfríe todo nuestro cuerpo. La teoría es buena, pero siempre pensamos que, incluso usando la toalla, tenemos calor. Lo cierto es que hay un buen motivo, porque justo en esa parte del cuello está una de las conexiones con el cerebro que se ocupa de la regulación de la temperatura. Así que lo que estamos haciendo es provocar un caos completo en nuestro cuerpo porque le estamos haciendo sentir realmente frío, como si fuera invierno.
En lugar de todo ello, date una ducha con agua tibia y te sentirás mejor, ayudando a que tu cuerpo se vaya enfriando como tiene que enfriarse: poco a poco.
Poner las manos o los pies en remojo
En contraposición a lo que te hemos explicado antes, sí que hay un caso en el que es conveniente que uses agua fría. Se trata del momento en el que pongas en remojo las plantas de los pies o las palmas de tus manos. El motivo de ello es que en estas partes del cuerpo se encuentra el secreto de tu organismo para conseguir disfrutar de un proceso de enfriamiento más efectivo y rápido.
Así, el sistema que utiliza tu cuerpo para liberar calor y encontrarse más fresco se encuentra exactamente en estas zonas del cuerpo, por lo que tienes que concentrarte en ellas. Este también es el motivo por el cual hay deportistas que utilizan guantes especiales que les ayudan a enfriar todo su cuerpo en tiempo récord. Por ello, la próxima vez que tengas calor, pon las palmas de tus manos en agua fría o las plantas de los pies si tienes la oportunidad. Notarás mucha mejoría.
Comer ciertos alimentos
Hay algunas cosas que quizá tengas en la nevera que te ayudarán a sentirte mejor en los momentos de mayor calor. Por ejemplo, es recomendable que congeles algunas frutas, como moras o trocitos de melón o mango. Será fácil que las comas una vez las saques del congelador y te proporcionarán sensaciones muy agradables que harán que puedas sentir menos calor.
Por supuesto, no olvides la hidratación, y también puedes recurrir a bebidas refrescantes, como zumos o leche, aunque lo mejor acaba siendo que optes por prepararte un smoothie que tenga un poco de todo. Recuerda que, a veces, lo más sencillo puede ser lo mejor. Por ello, si tienes helados de hielo, incluso los que preparas en el congelador de forma casera, será un buen recurso al que recurrir.
Otra opción, aunque esta te va a sorprender, es que comas comida picante. ¿Por qué? Porque te hará sudar. Lo que se buscaría en este caso es que sudes y que luego ese sudor se enfríe para que tu cuerpo pueda reducir su temperatura. No obstante, esto no funciona para todo el mundo, ya que hay muchas personas que pueden comer tanta comida picante como quieran y no sudar en ningún momento. Provocar el sudor será un buen remedio a largo plazo, mucho más de lo que te proporcionará comerte un helado.
Bloquear los accesos de luz
Durante unas horas, sería recomendable que cierres las ventanas, que bajes la persiana y que dejes tu casa sin el contacto con la luz exterior. El calor del mediodía, en especial, es el que puede provocar que tu temperatura corporal aumente de forma más drástica. Primero se calentará la casa y de forma paralela también lo harás tú. Piensa que las paredes se calientan por la exposición constante al sol y que ese calor no desaparece en cuestión de unos minutos incluso cuando ya se ha ido el sol o ha bajado la temperatura. Por ello tienes que intentar mantener tu casa protegida de los rayos del sol en esas horas más complicadas.
Otros consejos
Si tienes la oportunidad y estás en la calle por el motivo que sea, no es una mala idea que te tumbes en la hierba y te relajes un poco. Mejor a la sombra, por supuesto. Lo importante es que estés lo más alejado posible del sol y eso significa que estando tumbado en el suelo pondrás más distancia de por medio. Por ello, túmbate en la hierba o pon una toalla y colócate encima.
No obstante, hay muchas otras opciones por las que puedes recurrir y seguro que conoces alguna que no hayamos mencionado. Recuerda, por ejemplo, que un buen truco para el día a día es poner tus productos de belleza en la nevera y así cuando te los apliques en la piel te proporcionarán un efecto muy agradable. Aplicando estas ideas, esperamos que tu verano sea un poco más llevadero, ¡suerte!