Un estudio desvela que una estrella similar al Sol va a tragarse y destruir cuatro exoplanetas

A 57 millones de años luz hay cuatro exoplanetas cuyo destino ha sido decidido: van a desaparecer. Una estrella de proporciones inmensas, muy similar a nuestro Sol, se los tragará. El fatídico evento galáctico es una demostración de la capacidad destructiva que tienen algunos de los elementos que hay en el espacio.
La similitud que tiene la mencionada estrella, cuyo nombre es Rho Coronae Borealis, con el Sol, infunde temor. Porque coincide de una manera extrema en su luminosidad, en su masa y en su radio. Se encuentra en la constelación de Corona Boreal y, lo único que la diferencia del Sol, es su antigüedad. Porque esta estrella es mucho más antigua que el Sol y, debido a ello, está entrando en su fase de gigante roja. Y eso significa problemas para los planetas que se encuentren en los alrededores.
¿Qué les pasará a los planetas?
Ya sea porque la situación en la que se encuentra Rho Coronae Borealis hace pensar en que el Sol también pueda llegar a ese tipo de fase en el futuro, o por la simple investigación, el estudio publicado en The Astrophysical Journal ha querido investigar a fondo. El objetivo era llegar a descubrir cuál sería el destino inevitable de los planetas, en este caso exoplanetas, que se encontraran cerca de la estrella. Son un total de cuatro exoplanetas que se van a encontrar ante un momento dramático a la vista de que el estado de gigante rojo de una estrella puede producir efectos devastadores.
Hay otras estrellas que se pueden encontrar en un estado similar, pero la elegida ha sido Rho Coronae Borealis por, como decíamos, la similitud que tiene con el Sol. Es como mirar a un futuro realmente lejano en el que podamos imaginar qué pasaría con la Tierra y otros planetas. Tal y como decíamos, las consecuencias no van a ser precisamente buenas.
Todavía hay tiempo
Los cuatro exoplanetas que se van a ver afectados por la transformación en gigante rojo de Rho Coronae Borealis todavía tienen tiempo hasta que sean devorados. Se estima en el estudio que esto ocurrirá en un periodo de entre 1 y 1,5 mil millones de años. En ese momento, la estrella podría tragarse los planetas y devorarlos en su totalidad o generar un efecto de alteración en su superficie que haga que sus estructuras cambien de manera radical. Todo lo que se conoce alrededor de esta estrella como el Sol, cambiará y sufrirá unos daños irreparables.
Los planetas que hay en Rho Coronae Borealis reciben el nombre de Rho Coronae Borealis b, Rho Coronae Borealis c, Rho Coronae Borealis d y Rho Coronae Borealis e. Es importante tener en cuenta que su nombre no es representativo de la distancia que tienen respecto a la estrella, sino del momento en el que fueron descubiertos. Dicho esto, la distancia es lo que determinará el margen de riesgo que tendrán los planetas cuando Rho Coronae Borealis entre en su transformación definitiva. Y, en base a lo que dice el estudio, solo Rho Coronae Borealis d podría llegar a librarse de los efectos devastadores del evento.
Los tres planetas que están más cerca, los correspondientes a las letras e, b y c, están tan cerca de la estrella que no tendrán otra oportunidad que ser devorados por Rho Coronae Borealis. La buena noticia si no te puedes quitar de la cabeza que, muy en el futuro pueda ocurrir esto mismo con el Sol y la Tierra, es que estos exoplanetas están mucho más cerca de la estrella que la Tierra del Sol. Es decir, que si nos limitamos a una comparación en paralelo, nosotros no tendríamos, aparentemente, tanto riesgo, al menos no de ser engullidos para que se nos tragara el Sol de forma irremediable.
En el estudio también se plantean distintas situaciones con cierta esperanza. Se menciona que, incluso los planetas que están demasiado cerca de la estrella, podrían librarse de la destrucción. Sería, eso sí, un fenómeno que ocurriera por mera casualidad y no por algo que se pudiera evitar aplicando medidas. Lo que tendría que ocurrir sería que se produjera un impacto en el planeta que lo sacase lejos de la zona de destrucción de la estrella. Esto podría pasar como efecto de una resonancia de movimiento medio, de un cambio en la masa o de otro tipo de acciones. Serían varias las posibilidades, aunque es lógico imaginar que no habría nada definitivo y no se conocería el destino de los planetas hasta que la estrella entrara en su estado de gigante rojo.
Las simulaciones que ha realizado Stephen R. Kane y su equipo desvelan que el destino de los planetas podría ser diverso, encontrándose con distintas formas de impacto. Uno de los planetas sería engullido y provocaría que la estrella creciera en su tamaño y volumen. Otro de ellos se evaporaría prácticamente al instante en el contacto, mientras que también habrá un caso en el que se sufrirá un terrible evento de disrupción de marea.
De todas formas, coinciden en cómo es difícil tener seguridad absoluta sobre lo que llegará a ocurrir. Lo que no se deja de recordar es que la Tierra podría llegar a verse en una situación similar cuando al Sol también le llegue el momento de pasar por la fase de gigante rojo. Eso hará que todos los planetas del Sistema Solar se vean impactados, que algunos desaparezcan, otros cambien y quizá algunos sobrevivan sin demasiados daños. ¿Qué será lo que pase exactamente?