El último smartphone de Apple, iPhone 4S, no está cosechando en Europa el éxito de ventas que se tenía previsto. A pesar de que Apple va a cerrar el año con 30 millones de unidades vendidas, el viejo continente se está mostrando reacio al nuevo terminal por la competencia de sus rivales con Android y Windows Phone.
Se esperaba con gran expectación. Tanto por parte de los millones de seguidores de Apple como por sus detractores. Prácticamente todos los ojos de la industria de los móviles estaban puestos en el nuevo terminal de la firma de Cupertino. El iPhone 4S se puso finalmente en venta el pasado 14 de octubre en Estados Unidos , Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón y Australia, para posteriormente llegar de manera progresiva al resto de países, incluida España, donde desembarcó a finales de ese mismo mes.
El éxito precedente y las nuevas características y prestaciones que se habían anunciado para el nuevo terminal, hacían que las previsiones de ventas fueran bastante halagüeñas. De hecho, el iPhone 4S logró unas cifras espectaculares en sus primeras semanas en tiendas, especialmente en Estados Unidos, su feudo histórico, y Reino Unido.
Sin embargo, dos meses después de su lanzamiento, según datos de la consultora ComScore, su presencia en Europa no ha sido del suficiente calado como se tenía previsto. Y es que sus ventas en países como Alemania, Francia, España o Italia, están registrando un pequeño descenso con respecto a sus antecesores. Sólo en Reino Unido las ventas pueden considerarse como muy buenas. Esto se traduce en una disminución de la cuota de mercado de Apple en estos países.
Dos son los motivos que aparentemente están detrás de esta recesión de Apple y su iPhone en la zona euro. Por un lado, la crisis económica que azota la región, y que choca de frente con los altos precios por los que se ofrece el nuevo terminal. Ya no es época de gastos “extra”, y muchos usuarios se muestran ya reticentes a desembolsar grandes cantidades de dinero por un teléfono móvil. Pero sobre todo, y como segunda causa, al existir otros terminales más económicos, con prestaciones más que suficientes y con un sistema operativo que está viviendo un continuo crecimiento: Android.
Todo ello hace que la presencia de Apple en la zona euro haya retrocedido ligeramente, con una caída de su peso en el mercado de países como Alemania o Francia, hasta casi los 10 puntos en ambos casos.