Las discográficas americanas acaban de comprobar que los jueces no tienen claro si es ilegal descargar contenidos protegidos por derechos de autor en redes de intercambio P2P. El juez del caso de Jammie Thomas, condenada a pagar 222.00 dólares por utilizar redes P2P, ha cambiado de opinión.
El letrado considera que equivocó al jurado al dar por hecho que el acto de poner canciones en un directorio público suponía una infracción; y ahora acaba de denegar a la RIAA (la asociación que representa a la industria discográfica en EE UU) su apelación ante su nueva forma de entender el caso.
Según publica el diario El País, el juez ha dado marcha atrás al escuchar nuevos puntos de vista de abogados y jueces como la argumentación presentada de Electronic Frontier Foundation que sostiene que «poner a disposición» es diferente a realizar distribuciones ilegales contrarias al copyright.
El caso se reabrirá en marzo y supone un varapalo importante para las discográficas y un balón de oxígeno para los internautas que tienen prohibido utilizar redes de intercambio.