Según recoge El Mundo, sólo están instaladas la mitad de las antenas necesarias y apenas se ha invertido el 20% de lo previsto por el Gobierno en el plan que concluía este año. Esta situación sumada al aumento de llamadas que se realizan en estas fechas ocasionan apagones sobre todo en las zonas costeras.
El ADSL también se resiente en estas fechas y es que las vacaciones propician el aumento de internautas y la saturación de los servidores. Además el calor suele ser un factor negativo que incide directamente en la velocidad de las líneas.
La batalla que libran las grandes compañías de telefonía móvil en España –Telefónica, Vodafone, Orange y Yoigo– por robarse clientes amenaza con calentarse este verano. Y no porque las agresivas ofertas, que prometen interminables conversaciones desde la hamaca a precios irrisorios -eso sí, siempre que los interlocutores pertenezcan a la misma operadora-, vayan a mermar los márgenes de un negocio en ascenso, motor de la facturación junto a la banda ancha que permite el acceso a internet.
El enemigo es, una vez más, el apagón. Los cortes del servicio en momentos de saturación de la red. Un fenómeno que las empresas temen que se reproduzca en estas vacaciones, con la llegada masiva de turistas y el mayor uso del inseparable teléfono móvil. Además la bajada del roaming que permite realizar llamadas más baratas a otros países han potenciado el número de llamadas realizadas.
Las operadoras culpan del problema a los ayuntamientos por las trabas e impedimentos que ponen a la instalación de antenas con las que garantizar la comunicación. Movistar acaba de sufrir dos apagones, en apenas una semana de diferencia, que se han localizado en la costa mediterránea, entre Tarragona, la Comunidad Valenciana y Murcia, y también en las Islas Baleares. Han sido «pequeñas incidencias», en opinión de la empresa, de apenas dos horas de duración, que aunque hayan dejado sin servicio a millones de usuarios por un buen rato -la empresa no da cifras al respecto-, se han debido a causas «ajenas» a su gestión.
Orange y Vodafone, se han librado, de momento, de los cortes provocados por la saturación de llamadas, envios de mensajes u otros servicios. Pero sus gestores admiten que los problemas ocasionados por la «parálisis en el despliegue» de las infraestructuras de antenas juegue una mala pasada al servicio.
«Hemos aumentado nuestra capacidad. Se han mejorado los servicios basados en redes 3G (tercera generación de telefonía móvil), pero habrá picos de saturación y no descartamos cortes», admiten desde la multinacional británica. Una afirmación que también corroboran sus compañías rivales, abocadas a continuas bajadas de precios con la irrupción, a finales de 2006, de un nuevo competidor con red propia -Yoigo- y varios operadores virtuales.