Apenas 48 horas en el mercado español. Hemos estado este fin de semana con un iPhone 5s y, de entrada, se confirma lo de la tendencia histórica sobre los modelos con sufijo «s» del nombre. Al igual que sucedió con el 4S con respecto al 4, y al 3GS con respecto al 3G, esta es una actualización incremental sobre su predecesor, el iPhone 5. Los pocos saltos destacables de hardware son ligeras mejoras sobre el modelo anterior, y como dirían los anglo-sajones, el iPhone 5s no se trata de un «game-changer» sino de una declaración de intenciones sobre la que Apple va a trabajar sus próximos modelos.
Seguridad
El iPhone 5s representa el primer cimiento visible de un futuro que la compañía californiana quiere diseñar, un futuro donde los métodos de autenticación y validación convergen en una única clave biométrica. El sensor TouchID, hábilmente presentado al público resaltando su seguridad y comodidad es, de momento eso, seguro y cómodo. Pero, con seguridad, a qué nos referimos? Todos hemos leído las noticias de cómo el sistema TouchID no es infranqueable, pero lo que uno debe mirar es si la vulnerabilidad es explotable de manera fácil para que sea una preocupación a gran escala. De momento, esto no parece ser así, de allí a considerarlo seguro para el público general. TouchID tendrá los mismos o quizá menos riesgos que los sistemas de autenticación a los que estamos acostumbrados: el código de cuatro dígitos que es fácil ver por otros a una distancia corta, o el patrón de desbloqueo que se puede imitar rápidamente si lo ven ojos ajenos o si se observa y analiza la suciedad en pantalla, conocido como smudge attack en la jerga tecnológica.
Con la cantidad de datos que manejan los smartphone, es impensable (aunque más habitual de lo que uno cree) ir con el dispositivo sin una mínima barrera de seguridad. Precisamente en el mundo iOS, el código de cuatro dígitos se sugiere con cada vez menos sutileza (casi se impone en iOS 7) en un claro intento por aumentar la seguridad general de los usuarios. TouchID es una alternativa que trata de salvar la distancia entre el usuario y la seguridad, básicamente desarma excusa alguna para mantener dichas funciones de seguridad desactivadas. No hay que preocuparse por olvidar el código sino emplear algo que llevamos encima desde el día que nacemos, una huella. Esto no lo podemos olvidar, y salvo percance de extrema gravedad, no lo vamos a perder.
Acostumbrado a introducir un código de desbloqueo cada vez que usamos el teléfono, el cambio a huella no supone trastorno alguno. En nuestro caso, hemos asociado un par de huellas para tener flexibilidad a la hora de desbloquearlo el teléfono con una sola mano o con las dos. La diferencia en el uso más habitual del TouchID, el desbloqueo de pantalla, ha sido imperceptible más allá de la especial fijación a la hora de usar el nuevo método. No hemos tenido que repetir la lectura de huella en ninguna ocasión, con lo que el funcionamiento óptimo pasa desapercibido. Esto es positivo; cualquier cambio que suponga un enfrentamiento entre el usuario y el sistema corre el riesgo de perjudicar la experiencia de uso y provocar su rechazo.
Donde sí se agradece el sistema TouchID es durante la compra de nuevas apps. Frente a introducir la contraseña del Apple ID para comprar una app, la huella simplifica este paso al servir de validación de la cuenta. Si hay una regla de oro en cualquier comercio es no poner trabas al proceso de compra, y esto elimina quizá el único punto que se podría considerar estorbo entre el usuario y la App Store, es decir, entre Apple y una transacción económica más a su favor.
TouchID es por lo tanto una evolución lógica de los sistemas de autenticación. Es sobre todo atrevido al ser de los primeros sistemas biométricos implementados a gran escala con éxito. La autenticación biométrica en el iPhone y en futuros dispositivos iOS abrirá las puertas a muchas posibilidades de desarrollo y negocio (más aún en cuanto Apple habilite las APIs para otros desarrolladores), con lo que tenemos la sensación de que esto es solo una pequeña parte de lo que iremos viendo en próximas revisiones de software y en futuros modelos de hardware.
Cámara
Sobre papel, la cámara adelanta al iPhone 5 en varios aspectos y en la realidad no es para menos. La compañía nunca ha competido en la guerra de megapíxeles sino que su objetivo ha sido desarrollar una cámara capaz de captar las imágenes más vivas y coloridas posibles. Para Apple, el símil de los megapíxeles es como los amigos: mejor tener pocos y buenos que muchos y malos (calidad vs. cantidad). Esto no quiere decir que no sería bien recibido una mejora en este sentido en el futuro, al revés, va siendo hora de aumentar esta característica más aún con el constante empuje hacia resoluciones mayores tanto en las cámaras rivales como en las pantallas.
Para que comprobéis el funcionamiento de la cámara, os dejamos varias fotos tomadas desde un iPhone 5 y iPhone 5s sobre los mismos planos para que podáis comparar, sobre todo notando la leve mejora en el colorido de la planta y la luminosidad en el plano exterior.
En resumen, los 8 megapíxeles no defraudan, ya que una cámara es mucho más que su resolución. Factores como el sistema de lentes o un nuevo factor que empieza a cobrar protagonismo, el tamaño de píxel, se han rediseñado o mejorado para producir un resultado general muy satisfactorio que, como es de esperar, mejora al iPhone 5. Donde realmente notamos mejora es en las tomas nocturnas gracias al doble flash bi-tono que es capaz de generar una temperatura de luz adecuada a la situación. No es infalible, ya que aún se captan fotos en situaciones de poca luz con caras pálidas más propias de estas fiestas de Halloween, pero sí que es un avance positivo.
Hay que tener en cuenta que el rendimiento de la cámara no es solo un equilibrio entre los componentes que la forman, sino que el propio hardware del sistema más el software que lo gobierna determinan la calidad y experiencia final. Si se tratara de una competición, el iPhone 5s ganaría a los anteriores modelos no solo en calidad de fotos, sino en la cantidad que puede tomar en un segundo (consigue mayor velocidad en las ráfagas). Pero con respecto a otros smartphones, la cámara se disputa el liderazgo en ambos aspectos con serios candidatos como el Sony Xperia Z1 o los más recientes Nokia Lumia que incorporan tecnología PureView.
Sistema
El procesador A7 evidentemente supone una mejora teórica considerable sobre el A6 del iPhone 5, encabezando las mejoras por los 64 bits. Sin embargo, en el manejo diario se aprecia la misma fluidez y rápida respuesta: iOS7 no «ahoga» aún al 5, con lo que en el día a día no se perciben grandes mejoras (insistimos, hablamos de uso diario y cotidiano). Donde realmente se aprecia los beneficios de los canales de direccionamiento más anchos es en las apps que han sido actualizadas con soporte específico para ello. Hemos jugado con una app que fue de las primeras en acoger este cambio: djay del estudio de desarrollo algorridm, y el resultado se aprecia considerablemente. Siendo una app intensa en uso de recursos se nota que el nuevo núcleo les da más alas para volar. Y, como era de esperar, los resultados de los benchmark arrollan a cualquier otro iPhone del mercado.
Precisamente por la complejidad que supone un cambio como la introducción de los 64 bits, ocurre algo parecido al sistema TouchID. Que el producto esté en nuestras manos es casi el primer paso, ya que a partir de allí los desarrolladores le darán uso, y cobrará más importancia cuantos más usuarios lo empleen o sistemas lo aprovechen. No es lo mismo la incorporación de un núcleo de 64 bits, cuyas ventajas quizá no sean tan inmediatas o tan perceptibles para los usuarios como sí podría ser una cámara de mayor resolución. A medida que las apps que lo necesiten hagan uso de ello, empezará a valorarse la importancia de dar este primer paso que no ha estado exento de problemas técnicos e incluso, anecdóticamente, problemas laborales para algunos.
Sensores
Como habían informado varios medios especializados, hemos podido comprobar el comportamiento errático intermitente de los sensores. Esto supone un paso atrás en algo tan básico como el acelerómetro (que se da por hecho en los smartphones de hoy en día). No obstante, las últimas informaciones apuntan a que podría solucionarse con un update vía software, y esperamos que así sea porque estos sensores forman parte de los requisitos de miles de apps y juegos. (Como señalan los lectores en los comentarios, la actualización 7.0.3 trata de mitigar este error, pero nosotros aún observamos desvíos considerables en el funcionamiento de los mismos a pesar de estar funcionando con esta versión.)
Conclusiones
Nos hemos limitado a hablar de las mejoras de hardware con respecto al iPhone 5, además de citar el problema de los sensores. El iPhone 5s es un smartphone de gama alta en todos sus aspectos, pero aparte de la cámara como ligera mejora consolidada, el sistema TouchID y núcleo A7 son un primer paso de muchos que tienen que llegar en sus respectivos campos. Con este modelo se acentúa aún más la idea generalizada entre los fieles seguidores de la marca de «actualizar cada otra generación»: si tienes un iPhone 5, puedes seguir disfrutando de él hasta un modelo nuevo en 2014 ya que estás en igualdad de condiciones salvo por los puntos mencionados antes. Si tienes un iPhone 4s, renuncias a alguna funcionalidad de software y, sobre todo, tamaño de pantalla y conectividad pero sigues estando en primera línea, la actualización no es obligada. Y, si tienes un iPhone 4 o previo, es el momento de que valores si quieres subirte al carro de las nuevas funciones que ofrece el 5s.