Huawei empieza a ver algo de luz al final del túnel. Tras la escalada en la guerra comercial entre EE.UU. y China, y el veto, que aún está por dirimir si será solo temporal o permanente, de Google a la compañía para utilizar sus servicios, las aguas empiezan a volver a su cauce. En España, al menos, tras tres semanas de caídas incesantes de las ventas de sus terminales en los operadores, fuentes del sector nos han confirmado que la tendencia se revierte y comienzan a repuntar ligeramente las ventas tras el efecto la decisión de la administración de Trump.
Hace tres semanas, por poner un poco en contexto la situación, en nuestro país Huawei sufría una severa caída en las ventas con una caída que llegó a alcanzar el 50% de las unidades previstas, sobre todo a través de los operadores que son los grandes clientes de los fabricantes. En especial, donde se notó la pérdida de confianza de los usuarios a la hora de comprar terminales Huawei fueron en los de la gama alta (Huawei P30, P30 Pro, Mate 20 Pro, etc.) Algo lógico debido al coste de los mismos y a que suelen llevar asociados pagos a plazos que se extienden varios años. Ahora bien, este impacto no llegó a la gama económica del fabricante (las series P Smart y P Lite), que a pesar de la tormenta lograban capear el temporal con una menor caída.
Brotes verdes tras una negra tormenta
Después de la vorágine informativa que ha arrastrado el tema, fuentes del sector nos han confirmado que, al menos, en Movistar, Orange y Vodafone han repuntado las ventas de móviles Huawei, apuntando una tendencia a recuperar la normalidad si es que EE.UU. y China llegan a un acuerdo en la reunión del G20 en Osaka (Japón) a final de junio. Parece que la campaña y las explicaciones ofrecidas por la compañía han conseguido su objetivo, calmar a los usuarios y transmitir confianza para seguir adquiriendo sus productos.
Para dar un último empujón a la situación, las peticiones de numerosas empresas estadounidenses, que han solicitado al Departamento de Comercio de EE.UU. una serie de excedencias para poder seguir trabajando con Huawei. Cómo indican desde The Washington Post, esto ha provocado que la Casa Blanca esté estudiando la posibilidad de que el tiempo de «tregua», que ahora mismo era de tres meses – tiempo que se había establecido entre que una empresa, en este caso Google, solicita el permiso para hacer negocio con una de origen chino y se le concede o deniega – podría extenderse hasta tres años.
Un futuro menos dependiente
Otros signos de que todo parece volver, lentamente, a su cauce es la inclusión, de nuevo, del Huawei Mate 20 Pro en el programa de betas de Android Q, la siguiente iteración del sistema operativo de Google, aunque esto no será un impedimento para los planes de la compañía de lanzar su propio sistema operativo, ARK OS, basado en Android el próximo mes de otoño.
Momento en el que, también, parece que se despejan todas las nubes para el lanzamiento de su siguiente gran serie de terminales, los Huawei Mate 30 pero que, de paso, ha allanado el camino a su marca «hermana», HONOR, que veía el lanzamiento de su gran teléfono de la primera mitad del año, el HONOR 20, empañado por toda la polémica, que en las próximas semanas llegará a las tiendas sin mayores problemas después de las dudas sobre si al final se vería afectado por toda la situación.
Está claro, por otra parte, que Huawei ha tomado buena nota de la situación, y al mismo tiempo que recupera el paso en el mercado y vuelve a poner todo en orden, se prepara para depender menos de EE.UU. y, sobre todo y pese a que no ha tenido culpa en todo esto, de Google. No sería extraño que, aunque las relaciones vuelvan a ser tan cordiales como antes, la empresa china apueste por iniciar su camino en solitario, con un fork de Android en el que no faltarían los servicios de Google – algo similar a lo que ofrece Xiaomi con MIUI -, y que dependa lo menos posible de una empresa dependiente de unas decisiones políticas, en ocasiones, demasiado arbitrarias.