Huawei P20, Kirin 970 y todo lo que aporta su unidad de procesamiento neuronal (NPU)

Mucho se ha escrito sobre la inteligencia artificial y mucho más se escribirá en los próximos años. Sin duda, los smartphones serán clave en todo esto y un de los máximos exponentes es el Huawei P20 Pro. El nuevo terminal móvil de la firma china incorpora el procesador Kirin 970 que cuenta con una revolucionaria NPU o unidad de procesamiento neuronal. A continuación, veremos todo lo que aporta.
Lo cierto es que Huawei puede presumir sin condiciones de sus últimos smartphones en llegar al mercado. Además de incorporar un sensor de tres cámaras en la parte trasera, tenemos la llegada de la primera unidad de procesamiento neuronal (NPU) a sus procesadores. En este caso, hablamos del Kirin 970, el procesador que se convierte en el cerebro de la bestia y que es capaz de poner la inteligencia artificial a nuestro servicio.
Kirin 970, el primer procesador con NPU
El nuevo procesador Kirin 970 está presente en smartphones como el Huawei Mate 10 o la nueva gama Huawei P20. Tenemos una CPU de 8 núcleos con 4 Cortex-A73 a 2,4 GHz y 4 Cortex-A53 a 1,8 GHz. Gracias a esta combinación, somos capaces de tener siempre la potencia requerida al mismo tiempo que cuidamos la autonomía del terminal. La GPU es de 12 núcleos ARM Mali-G72 MP12.
Pero sin duda, lo más especial es la unidad de procesamiento neuronal o NPU por sus siglas en inglés. Este chipset especial hace posible que podamos usar la inteligencia artificial en todas las áreas del dispositivo con un rendimiento hasta 25 veces superior y un consumo de energía mucho menor en comparación con la generación anterior de procesadores Kirin.
Básicamente, el nuevo chip Kirin 970 puede realizar las mismas tareas de IA en menos tiempo y consumiendo menos energía. En las pruebas de rendimiento en tareas de reconocimiento de imagen, Kirin 970 fue capaz de procesar 2.000 imágenes por minuto, mucho más rápido que otras plataformas del mercado.
Inteligencia Artificial en el Kirin 970
Hasta la fecha, se había apostado por la inteligencia artificial en la nube. Es decir, el dispositivo enviaba una serie de peticiones a servidores remotos que eran capaces de sugerir la mejor solución o de procesar esos datos para obtener la respuesta adecuada. El problema de la IA en la nube es la latencia y el tiempo que tardan los datos en procesarse.
Por ello, con este procesador y su NPU, podemos tener lo mejor de esa IA, pero también de la inteligencia artificial procesada en el propio dispositivo. Con ello, Huawei consigue que el procesador Kirin 970 realice las tareas habituales sin depender de la nube, haciendo la experiencia del usuario superior, más eficiente y eficaz, además de ir evolucionando con el usuario.
La inteligencia artificial hará a los dispositivos Huawei P20 “más inteligentes”, nunca mejor dicho. Los móviles irán aprendiendo de las actividades desarrolladas por el usuario y adaptarán tanto la configuración como el funcionamiento a las necesidades de este. Por ejemplo, puede reducir el consumo de datos de navegación cuando entramos en Internet sin que el usuario tenga que hacer nada ni note nada.
Otra de las funciones que tenemos gracias a la NPU y la inteligencia artificial en el Huawei P20 es la capacidad de gestionar la batería. Con el establecimiento de planes personalizados de energía, el dispositivo asegura que siempre tengamos batería cuando lo necesitamos en base a analizar el comportamiento del usuario con el paso del tiempo.
Si utilizamos más el terminal por la mañana o por la tarde, si hacemos un mayor uso de la cámara de fotos o del reproductor de música… muchos son los parámetros analizados por la NPU del Kirin 970 que actúa con un sustituto virtual del cerebro humano, aprendiendo con el paso del tiempo y adaptando la experiencia de usuario.
Por si fuera poco, la gestión de la batería no es lo único que vamos a lograr gracias a la NPU. Sin ir más lejos, es la gran aliada de la cámara de fotos del Huawei P20 Pro, catalogada como la mejor del mercado. La propia aplicación de hacer fotos es capaz de cambiar variables fotográficas y adaptarlas según el entorno y las condiciones de luz.
La inteligencia artificial puede identificar el tipo de escenas que estamos tratando de capturar y variar los ajustes en función de esto. Por ejemplo, no es lo mismo fotografiar un plato de cocina en el interior de un restaurante, que una puesta de sol en la playa o que un salto de tu mascota cuando estás jugando con ella.