Los nuevos iPhone X, iPhone 8 Plus y iPhone 8 no están teniendo tanto éxito
Apple reconoció que el iPhone X se adelantó respecto a la fecha que tenía realmente prevista, que era septiembre de 2018. Esto explicaría que los iPhone 8 Plus y iPhone 8 hayan llegado con este nombre, y no como iPhone 7s y iPhone 7s Plus. Y que el iPhone X no haya llegado un año más tarde como iPhone 8. Pero ¿le ha salido bien la jugada a Apple? Parece que no tanto.
La firma de Cupertino sigue en el punto de mira, cuando ha pasado poco más de un mes desde el lanzamiento del iPhone X el 3 de noviembre. A pesar de su potente chipset, los iPhone 8 Plus y iPhone 8 no han recibido buena crítica por su obsoleta pantalla y un diseño que queda muy por detrás de terminales como el Huawei Mate 10, el LG V30 o incluso los Galaxy S8 lanzados medio año antes. El iPhone X sí está a la altura, en cuanto a especificaciones técnicas, pero ¿qué hay de las ventas?
Las ventas de los nuevos iPhone X y iPhone 8 están por debajo de las conseguidas en 2014
Aunque ahora Apple ha cometido el grave error de ralentizar de forma intencionada los iPhone 6 y iPhone 6 Plus, con estos terminales sí lo hicieron bien. Llegaron tarde, pero dieron al fin una pantalla más grande y de mayor resolución a los consumidores. Y es por eso que consiguieron un brillante volumen de ventas durante sus primeras semanas desde el lanzamiento. Una encuesta del WSJ revela que sólo el 69% de los iPhone vendidos (hasta el 3 de diciembre) son iPhone X, iPhone 8 Plus y iPhone 8.
A esas alturas del año, tras la presentación de los iPhone 6 Plus y iPhone 6, el porcentaje alcanzaba hasta el 91%. Esto está en sintonía con las estadísticas más recientes por parte de Apple en los últimos años. Cada vez les cuesta más vender sus nuevos modelos. Aunque el volumen de ventas global sigue siendo excelente allí, en los Estados Unidos, parece que Apple está teniendo dificultades para enfocar la demanda a sus modelos más recientes. Quizá eso explique por qué Apple ha tomado la criticable iniciativa de ralentizar los modelos más antiguos aplicando una limitación sobre la frecuencia máxima de reloj de la CPU.