En este momento donde la privacidad y seguridad son dos de los conceptos más importantes para la mayoría de usuarios que navegan a diario por Internet, hay un término que está empezando a generar algo de desconfianza a la hora de navegar. Se trata de las famosas supercookies, que vienen sonando fuerte desde el año pasado y por las que la compañía estadounidense Verizon Wireless tendrá que pagar una importante multa.
Esta nueva generación de cookies está comenzando a traer de cabeza a la mayoría de usuarios de Internet que no quieren que sus hábitos en la red sean conocidos y utilizados para recibir publicidad personalizada y por su puesto para que su información personal no sea utilizada sin su consentimiento.
Y es que las supercookies son unas piezas de información con identificadores únicos e imborrables que pueden permitir a las compañías que nos suministran la conexión a Internet, identificar a los usuarios para enviarles publicidad personalizada tanto de la propia operadora como de otras compañías. Esto es lo que según ha explicado la FCC (Federal Communications Commission) en un comunicado estaría haciendo la compañía americana, que ha estado bajo investigación desde el 2014 para comprobar si Verizon había protegido de forma adecuada esta información privada de sus clientes y si les había informado de sus prácticas en este sentido.
El resultado de dicha investigación ha determinado que la operadora se aprovechó de estas supercookies para conseguir información privada de sus clientes y así poder utilizarla en su beneficio sin informarles de ello, por lo que ahora se enfrenta a una multa de más de 1 millón de euros. La forma de acceder a esta información es haciendo uso de encabezados de seguimiento que no pueden ser bloqueados por los usuarios ya que son inyectados a nivel de red.
Por lo tanto, aunque las supercookies puedan ser muy útiles para reducir los tiempos de búsqueda de información, encontrar datos personalizados o recibir publicidad adaptada a nuestros gustos, por el contrario se pueden convertir en un problema teniendo en cuenta que nuestros hábitos por Internet pueden ser compartidos con terceros.
En este sentido, nuestros proveedores de Internet estarían viendo una importante oportunidad de negocio en el sentido de poder utilizar las supercookies para crear un perfil de cada usuario basado en sus hábitos a la hora de navegar por Internet para posteriormente poderlo usar con distintos fines o incluso vender o alquilar esa información a terceros para que lancen con mayor efectividad sus campañas publicitarias.