Las 3 cosas que debes saber para tu coche de repostar en una gasolinera low cost
Cuando estamos conduciendo y necesitamos repostar combustible, resulta cada vez más frecuente encontrarse con lo que popularmente se denomina una gasolinera low cost. Se trata, en su mayoría, de estaciones de servicio desatendidas en las que el usuario se sirve a sí mismo. Las encontramos sobre todo en zonas industriales o lugares más o menos apartados del núcleo urbano y en centros comerciales. Pero, ¿son realmente buenas para tu coche?
La gasolinera low cost es un buen recurso
Con los carburantes en sus máximos, cualquier recurso puede ser decisivo para ahorrar unos céntimos vitales en el repostaje. Como en cualquier otro producto de consumo, los precios de la gasolina y el gasóleo varían en función de lo que fija cada compañía distribuidora, lo cual permite establecer diferencias entre las gasolineras más baratas y más caras.
Allí, entonces, es lo que encontramos con las gasolineras low cost, unas estaciones de repostaje que se están haciendo cada vez más populares, y no solo porque sus precios suelen estar bastante por debajo de otras más reconocidas o de primera línea, como sabes.
Estas aparecieron en el año 2013 gracias a la Ley de Hidrocarburos para rebajar los requisitos sobre parcelas y licencias para montar una gasolinera. Todo lo hicieron con un producto idéntico al de las grandes petroleras, donde su combustible es igual para todas porque pasa una serie de controles para verificar que cumple con las correspondientes normas de calidad. No obstante, hay una diferencia: los aditivos.
Qué tenemos con ellas
En esas, sus precios bajos se deben a varios factores. El primero de ellos es la construcción de la gasolinera, suelen ser modelos clic and go, es decir, una construcción basada en módulos, que se montan de forma rápida, en pocos días y a un coste muy reducido. En segundo lugar, algunas gasolineras de bajo coste no tienen personal para repostar, así pueden utilizar ese ahorro de costes para reducir el precio por litro de la gasolina.
Asimismo, la mayoría suelen tener al menos una persona para cobrar, pero hay algunas que es directamente un cajero automático. Es ahí donde tenemos los aditivos del combustible, los cuales añaden las estaciones de servicios tradicionales a sus combustibles encarecen el producto final. Estos productos químicos ayudan a mantener limpios los conductos e inyectores del motor, además de mejorar el proceso de combustión. Pero hay más.
El combustible de estas gasolineras no lleva aditivos
Cualquier carburante que se venda en España debe cumplir, por ley, unas especificaciones mínimas publicadas en el Boletín Oficial del Estado. También los que se distribuyen en las gasolineras baratas. Pero ¿merece la pena utilizarlos? ¿No son mejores los combustibles de las estaciones tradicionales?
La respuesta es no. Como veremos, tanto el diésel como la gasolina que sale de los centros CHL es de buena calidad y está totalmente recomendado para el vehículo. La única diferencia es que no lleva aditivos, por lo que no ayuda a limpiar el motor.
Mayor control de calidad
Para garantizar la calidad de los surtidores de las gasolineras, incluidas las gasolineras low cost, las empresas realizan controles periódicos que son de obligado cumplimiento, prácticamente como si fueran de la ITV de los coches.
Estas empresas independientes inspeccionan y certifican que se sirvan los litros por los que se pagan, que se sigan las normas de seguridad establecidas… De hecho, todos los surtidores deben mostrar la etiqueta con la fecha en la que se pasó positivamente la inspección, así como su fecha de caducidad.
No produce averías instantáneas
Como decimos, la diferencia entre los combustibles de gasolineras low cost y las convencionales es que cada marca añade distintos aditivos a sus productos, una serie de productos químicos que algunas marcas añaden a la gasolina y el gasóleo para mejorar su eficacia en la combustión, mejorar la inyección o dejar menos residuos en los depósitos.
Por otra parte, las estaciones de servicio más baratas no suelen contar con gasolina 98 ni con diésel premium. Es entonces cuando decimos que repostar en estaciones de servicio de bajo coste no produce averías instantáneas.
Y es que es mucho más probable que tengamos problemas mecánicos por repostar en una gasolinera recóndita con poco tránsito que en una de un hipermercado. Muchas de las averías provocadas por la calidad del combustible tienen el origen en los residuos que se acumulan en los tanques de las estaciones de servicio, sobre todo en el caso de los diésel, ya que el gasóleo es más propenso a acumular humedad y sedimentos en forma de naftas que sí pueden provocar obstrucciones y averías en el motor.