El coche híbrido siempre ha sido muy bien visto por su fiabilidad, una duración de su vida más que completa y efectiva que se hace a través, y en cierta forma, de la gran baza que juega a su favor: la mezcla de componentes que encontramos en un vehículo tradicional y los que podemos hallar en otro puramente eléctrico. Ahora bien; ¿su duración es mayor? ¿A cuántos años podrían llegar?
Los vehículos híbridos se han convertido en una de las opciones preferidas para una gran cantidad de usuarios que necesitan cambiarse de coche. Entre los motivos que llevan a muchos a decantarse por esta opción, se encuentra la mayor flexibilidad que ofrecen con respecto a los motores de combustión o, en su defecto, los vehículos eléctricos.
Sabemos que hay coches híbridos que utilizan batería para hacer un número determinado de kilómetros, pero que también utilizan gasolina para continuar sin la dependencia de cargadores de coches, pero esto implica que haya más tecnología en el coche y más riesgo a que todo quede obsoleto antes. Es decir, ¿duran menos los coches eléctricos? ¿Van a estropearse antes o van a durar lo mismo que un coche convencional? Vemos cuáles son las diferentes características y qué debemos tener en cuenta si vamos a comprar uno.
La fiabilidad de un híbrido, en el tope más alto
Una de las dudas más habituales con las que siempre se han relacionado a los coches híbridos tiene que ver con la durabilidad de los mismos. Y es que para que funcionen, es necesario que la batería que se encuentra en su interior conserve durante la mayor cantidad de tiempo posible su capacidad. De lo contrario, a medida que se va degradando, también lo hace la autonomía que nos ofrece, perdiendo una de sus funciones más importantes para continuar cubriendo nuestras necesidades en términos de desplazamientos urbanos.
De las nuevas técnicas de mecánica electrificada en los coches, se ha visto que el ‘envejecimiento’ reduce la cantidad de energía que puede almacenar una batería, y depende del número de ciclos de carga y descarga, de la temperatura a la que funciona y de su edad. Se considera un envejecimiento ‘normal’ perder, durante los primeros ocho años de vida, hasta el 20% de capacidad. Cómo afecta ese envejecimiento al vehículo depende del tipo de su propulsión.
Eso es algo que se presta mucho en el coche híbrido, en cómo y cuál es su duración de vida. Por norma general, suelen ser coches muy fiables, de gran respuesta y muchas y buenas prestaciones que se ven directamente por un rendimiento del coche muy eficiente. De todos modos, ya sea un coche híbrido convencional o enchufable, su duración no siempre es la misma.
Desarrollados por lo general de forma independiente a otros modelos, los híbridos marcan actualmente el tope más alto de ingeniería y desarrollo. Los paquetes de baterías, el depósito de combustible, una transmisión más sofisticada de lo normal y el uso de motores eléctricos por eje o incluso por rueda se protegen de choques y alcances, centrándolos al máximo en los bajos la carrocería.
Dentro de los rankings de los coches más fiables, los híbridos se sitúan a la cabeza. Entre las marcas más reconocidas dentro de este tipo de modelos se encuentran grandes conocidas como Toyota o Lexus. De ahí sale, por ejemplo, que varios modelos de Toyota estén entre los más vendidos en España en los últimos tiempos.
No todos los coches híbridos o eléctricos tienen las mismas características, por lo que es posible que algunas marcas nos ofrezcan una mayor durabilidad que otras, como ocurre con los coches con motor de combustión tradicionales. Pero siempre es recomendable entender el funcionamiento que presentan antes de realizar la pertinente compra. De este modo, minimizaremos las posibles sorpresas a las que nos tengamos que enfrentar.
El híbrido reduce el error al mínimo
Algo a entender sobre estos coches de tecnología híbrida es que tanto sus motores, como el cambio y frenos, funcionan en una coreografía perfecta que reduce el error al mínimo. Eso hace, en su mejor expresión, que sean vehículos muy fiables, casi tanto como los que son los 100% eléctricos.
De esta forma, y con el fin de prolongar la vida útil de las baterías al máximo, el sistema las mantiene siempre en el mejor rango de uso. El motor de combustión por su parte, no sufre castigos por fuertes demandas de potencia o sobre regímenes de giro, puesto que siempre se encuentra apoyado por el motor eléctrico, este con muy pocas partes móviles susceptibles de sufrir una avería.
Ante esto, sabremos decir que estos cuentan con menos elementos mecánicos susceptibles de tener que pasar por el taller y otros muchos electrónicos que pueden ser mejorados con solo una actualización de software. De ahí que el coche híbrido se mantenga como uno de los de mayor duración de toda la rama.
Su vida útil suele ser de entre 150.000 y 200.000 km
Aquí es donde entra el componente que, en mayor parte, depende de que el vehículo pueda tener una fiabilidad mayor. Hablamos de las baterías, donde hoy en día funcionan sin ningún problema a lo largo de toda la vida útil del mismo. Lo habitual es que estas hagan que el coche híbrido tenga una duración de entre 150.000 y 200.000 km.
Esto se traduciría en, aproximadamente, 10 años. Así, y en la medida en que se utilice en una menor proporción el motor de combustión y el coche se desplace con el modo eléctrico, el vehículo puede funcionar correctamente durante mucho más tiempo que un vehículo convencional.
Sin embargo, este tipo de vehículo lo cierto es que pueden llegar a ofrecer mucho más. Por ejemplo, pueden durar hasta los 500.000 km. Algo que no siempre se repite, pero lo cierto es que hay coches híbridos que son capaces. Además, en este caso juega a su favor que estos vehículos tienen un bajo coste de mantenimiento, en gran parte gracias a la fiabilidad que ofrecen a los conductores.
Y, por otro lado, aunque es precisamente la batería el componente más delicado en un coche híbrido y el que podría reducir con el paso del tiempo la duración máxima de este tipo de coches, la realidad nos dice que el componente aguanta de sobra toda la vida útil del coche híbrido. Por ejemplo, el motor que incorporan pueden durar para siempre, al igual que sus baterías pueden ser de por vida o llegar también hasta los 500.000 km.
Al contrario que un coche eléctrico puro, en el híbrido el acumulador eléctrico no sufre muchos esfuerzos, ya que pocas veces se llega a descargar por completo ni tampoco acumula más energía de la necesaria, ya que, a diferencia de los vehículos puramente eléctricos, en este caso no es necesario cargar la batería a través de una fuente externa, sino que se alimenta de la propia energía que genera el coche (lo que también nos permite ahorros en cargadores). Como el modo eléctrico del híbrido es algo solamente temporal y se utiliza alternativamente ambos motores, esto reduce su deterioro.
No obstante, todos los datos a los que hemos hecho mención en la actualidad dependen de manera directa del mantenimiento que realicemos del vehículo. Por lo que es importante tener en cuenta las recomendaciones por parte del fabricante para poder garantizar que logramos alargar al máximo la vida útil de nuestro equipo. Esto es, por ejemplo, conservar limpia la zona de ventilación de las baterías y evitar circular demasiado por zonas con mucho polvo o arena. Un mantenimiento adecuado del coche híbrido puede hacer que su duración se prologue hasta un 25%. No obstante, los números finales siempre dependerán del fabricante por el que nos decantemos a la hora de escoger a nuestro vehículo híbrido. Recuerda que no todos los coches van a necesitar del mismo mantenimiento, por lo que es importante hacer caso de las indicaciones pertinentes cuando llevemos a cabo la compra correspondiente.
Al fin y al cabo, la adquisición de un vehículo híbrido debe ser tan sopesada y analizada con anterioridad como en el caso de los demás tipos de coche. En especial, ten en cuenta no solo el mantenimiento que vas a tener que realizar, sino la durabilidad que tendrá el automóvil. Valorando lo que hemos mencionado, es posible que te encuentres con que, de ninguna manera, un coche híbrido podría llegar a encajar en tus necesidades. Al menos, si realizas un recorrido anual de una gran cantidad de kilómetros, la resistencia del sistema se te podría quedar demasiado corta.
Porque hablamos de una media de 10 años como durabilidad, pero hay casos concretos en los que el uso es más continuo y ese tiempo se reduce incluso más. En ese tipo de situación, es más que probable que veas con que uno de estos coches se quede a medio camino de satisfacer tus necesidades. A partir de ahí tendrías que tomar una decisión y quizá dejar pasar tu idea de hacerte con uno de estos modelos.