La reordenación del espectro 5G en la banda 3,5 GHz es algo muy importante y crucial para el futuro de esta tecnología en nuestro país. Todo el mundo pone el foco en la subasta de los 700 MHz al ser una banda con más alcance y mayor penetración en interiores, pero lo cierto es que la de 3,5 GHz es la que soportará la mayor parte del tráfico de esta tecnología. El problema es que los operadores tienen las frecuencias separadas (salvo Vodafone) lo que les impide ofrecer la máxima velocidad. Además, no van a invertir nada hasta saber cuáles son sus frecuencias definitivas. Las dudas del gobierno y la falta de acuerdo entre operadoras hacen que el despliegue del 5G real en España se vaya a retrasar.
Como ya sabemos, se han identificado tres bandas prioritarias para el despliegue de 5G. La que soportará la mayor parte del tráfico es la de 3,5 GHz y es la única que ya está en poder de las operadoras. Luego tenemos los 700 MHz cuya subasta arrancará en julio tras varios retrasos por culpa del gobierno. Finalmente, están los 26 GHz que proporcionarán, en distancias muy cortas, velocidades altísimas.
Actualmente, Vodafone cuenta con 90 MHz en la banda 3,5 GHz por los que pagó 198,1 millones de euros. Movistar sumó un bloque de 50 MHz por 107,4 millones de euros al que ya tenía de 40 MHz, además de otro de 10 MHz hace unas semanas para hacer un total de 100 MHz. Orange compró 60 MHz por 132,15 millones de euros, otros 10 MHz en la última subasta junto a Movistar y sumó 40 MHz que ya tenía para hacer un total de 110 MHz. Finalmente, Yoigo tiene 80 MHz de espectro, 40 MHz de la compra e integración de Neutra Network Services, S.L.U y otros 40 MHz son de la adquisición de una concesión de dominio público radioeléctrico a Eurona Wireless Telecom, S.A.
La reorganización de la banda no pone de acuerdo a operadores
El gran problema es que, salvo Vodafone, nadie tiene todo su espectro conjunto. Esto es un problema tanto para desplegar como para ofrecer las mejores condiciones a los clientes. En cuanto a lo desplegar, el problema viene a que los equipos de radio sólo funcionan en una parte concreta del espectro y, si luego la reordenación les asigna otra, no podrían reutilizar ese equipamiento.
Esto hace que la reordenación sea muy importante, pero no es un proceso sencillo desde el punto de vista legal por diversas cuestiones de ámbito del derecho administrativo al tratarse de concesiones públicas. El Gobierno ha iniciado el proceso, pero no será fácil conseguir resolverlo en un plazo corto de tiempo.
Todo esto cambiaría si los operadores llegaran a un acuerdo sobre la reordenación y además firmaran alguna cláusula que les impidiera demandar a posteriori al gobierno. El problema es que nadie quiere dar su brazo a torcer. Por ejemplo, Vodafone y Orange quieren tener su espectro conjunto ya que tienen un acuerdo para compartir sus redes móviles. Esto es algo que no gusta a Movistar, que lo consideraría un trato de favor.
Además, algunas operadoras no quieren tomar ninguna decisión hasta que se produzca la subasta de los 700 MHz, por lo que el despliegue del 5G real, ya sea con NSA o SA, se retrasará inevitablemente. Todo esto nos lleva de nuevo al gobierno que ha dilatado demasiado los plazos y ha realizado un proceso que ha terminado generando más caos del necesario. Esperemos que la subasta de los 700 MHz no traiga cola como la de los 3,5 GHz.