Tener hijos pequeños significa estar en alerta las 24 horas del día. Es una batalla constante para que sobrevivan y que nada malo les ocurra. Para lograrlo, hay algo que debes saber: el tipo de pila que produce más problemas, que expone a más riesgos y por el cual incluso hay niños que han perdido la vida. Tener estas pilas en casa no acaba mereciendo la pena.
Las estadísticas son terribles. Solo en Estados Unidos, hay más de 3.000 niños cada año que se tragan una pila de botón. No todos estos incidentes acaban en tragedia, pero sí una parte de ellos. Y, en este tipo de casos, la estadística es lo de menos, puesto que cualquier porcentaje de muerte se trata de un riesgo que ningún padre está dispuesto a correr.
Los médicos hablan
Para los médicos de urgencias, encontrarse con niños que se han tragado cosas es una de las mayores preocupaciones con las que se puedan encontrar. Nunca saben qué va a pasar, porque dependerá del objeto, del tiempo que haga desde que se lo tragó o del proceso que haya tenido dentro del cuerpo. Las pilas de botón están entre los objetos más peligrosos, pero también entre los que más se ingieren. Son pequeñas, pero eso no significa que no sean fatales.
Al riesgo de que se produzca una obstrucción que impida respirar u otros problemas relacionados, se añade también el efecto que produce la composición de la pila al pasar al esófago. Estas pilas tienen una composición que, al interactuar con la saliva del organismo, produce una reacción química terrible. El esófago sufre unas peligrosas úlceras, una perforación esofágica que actúa con mucha rapidez. En un periodo de dos horas ya se pueden haber sufrido unos daños de altísima gravedad que pueden incluir parálisis de las cuerdas vocales y otros problemas a corto y largo plazo.
Un caso como el de Emmett Rauch, un niño de 1 año que se tragó una pila de botón en Estados Unidos, ayuda a ver la gravedad de este tipo de situación. En su caso, el daño que provocó la pila fue tan grave que se quemaron los nervios de sus cuerdas vocales y tuvo que pasar por seis cirugías en los años posteriores. La situación fue tan terrorífica que los especialistas médicos acabaron teniendo que utilizar parte de su intestino para reconstruir el esófago y que pudiera sobrevivir.
Las guardias? Una mierda@MirMierdaNiña de 2 años que acude a urgencias porque los padres creen que se ha podido tragar el objeto de la foto hace unos 20 minutos (traen el envoltorio vacío). Desde entonces la niña está muy incómoda y babeando todo el rato.Esto es una emergencia médico-quirúrgica muy seria. https://t.co/iEZ5EQAUUs
13 de junio, 2023 • 22:38
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Otras historias aportan distintos puntos de vista que acaban derivando hacia la misma conclusión: las pilas de botón no deberían estar al alcance de los niños. Y, en cierta manera, los padres deberían protegerse ante este riesgo simplemente eliminándolas por completo del hogar. Por suerte, cada vez son menos los dispositivos que las utilizan, pero todavía están presentes en juguetes y dispositivos.
¿Qué hacer en una situación crítica?
Hay que actuar con rapidez. Como te decimos, las pilas de botón pueden ser mortales. Nunca hay que dejar la seguridad del niño al azar y pensar que la pila acabará siendo expulsada del organismo a través de las heces. Eso es algo que puede ocurrir y que ocurre, pero solo se trata de una de las posibilidades ante este tipo de situación.
Como te decíamos, el tiempo es clave. La primera media hora puede determinar que los daños que se sufran sean menores o que lleguen a un nivel en el cual se ponga en riesgo la vida del niño o que se tenga que someter a difíciles tratamientos futuros. Por ello, siempre es importante prestar atención a lo que haga el niño y saber si hay algo que pueda convertirse en un objeto de riesgo si se lo pone en la boca. En el caso de tener indicios de que se ha podido tragar una pila, habrá que ir a Urgencias de inmediato. Allí los especialistas se pondrán de acuerdo para trabajar con rapidez a la hora de hacer una radiografía que permita confirmar lo ocurrido y luego que el departamento de cirugía ponga en marcha los procedimientos necesarios.
En el hospital se administra sucralfato, lo que ayuda a que el pH del esófago se vea neutralizado y que así el daño llegue a ser menor. En el entorno del hogar, es recomendable usar miel, puesto que tiene un efecto similar. Esta puede ser una buena manera de ir ganando tiempo a medida que se lleva al niño al hospital. Tras la intervención, el niño tendrá que estar ingresado hasta que se determine que ya no existe riesgo ni daño que necesite cuidados especiales. Este periodo de tiempo dependerá de la gravedad de lo ocurrido.
Visto lo visto, resulta fundamental recordar los riesgos que suponen estas pilas de botón y prescindir de ellas. Por ello, cuando vayas a comprar un nuevo juguete o dispositivo, como un mando a distancia, asegúrate del tipo de pila que utiliza.