Cerrar las centrales nucleares, como está haciendo Alemania, producirá más contaminación
Un estudio realizado por expertos del MIT analizó las consecuencias ambientales de cerrar las plantas nucleares y derivar la energía a otras fuentes. Aún si estas fueran renovables, las consecuencias no serían tan buenas.
En Estados Unidos, casi el 20% de la electricidad actual proviene de la energía nuclear (cifras muy similares a España, que tiene el 20,8%). EEUU tiene el conjunto nuclear más grande del mundo, con 92 reactores repartidos por todo el país. Muchas de estas centrales eléctricas han funcionado durante más de medio siglo y se acercan al final de su vida útil esperada. Al mismo tiempo Alemania ha decidido cerrar sus centrales nucleares. ¿Cuáles serán las consecuencias?
Los responsables de tomar estas medidas se encuentran en un punto intermedio: deben decidir si cerrar los reactores que ya ha terminado su ciclo o reforzar sus estructuras para continuar produciendo energía nuclear, una que muchos consideran una alternativa baja en carbono si se la compara con el carbón, el petróleo y el gas natural, determinantes en el calentamiento del clima.
Con estos factores en mente, un equipo de científicos del MIT, liderados por Lyssa Freese, experta en ciencias atmosféricas, ha descubierto que hay otro factor a considerar si pensamos en prescindir de la energía nuclear: la calidad del aire. Además de ser una fuente de baja emisión de carbono, la energía nuclear es relativamente limpia en términos de la contaminación del aire que genera. Sin la energía nuclear, ¿cómo cambiaría el patrón de contaminación del aire?
Tres escenarios y sus consecuencias
El equipo de Freese responde a estas preguntas en un estudio publicado en Nature Energy y las conclusiones no son muy halagüeñas. Los autores utilizaron un modelo de distribución de la red de energía para evaluar cómo respondería el sistema energético de EE. UU. a un cierre de las centrales nucleares. El modelo simula la producción de todas las centrales eléctricas del país y se ejecuta continuamente para estimar, hora por hora, las demandas de energía en 64 regiones del país.
A estos datos se les sumaron las emisiones y los costes de energía de cada planta durante todo un año. Luego ejecutaron el modelo en diferentes escenarios, que incluyen: una red sin energía nuclear, una red sin energía nuclear pero con renovables y una red similar a la actual, incluyendo la energía nuclear.
Combinaron cada simulación con un modelo de química atmosférica para evaluar cómo las diversas emisiones de cada planta afectan a todo el país y volcaron esos datos en mapas de densidad de población lo que les permitió calcular el riesgo de muerte prematura en función de su grado de exposición a los contaminantes, según cada uno de los tres modelos.
El análisis mostró un patrón claro: sin energía nuclear, la contaminación del aire empeoró en general. Sin esas plantas, el equipo observó un aumento en la producción de las plantas de carbón y gas, lo que resultó en 5.200 muertes relacionadas con la contaminación en todo el país, en comparación con el escenario actual.
También calcularon que es probable que más personas mueran prematuramente debido a los impactos climáticos del aumento de las emisiones de dióxido de carbono, ya que la red debe compensar por la ausencia de energía nuclear. Los efectos relacionados con el clima de esta entrada adicional de dióxido de carbono podrían provocar 160.000 muertes adicionales durante el próximo siglo. Estas cifras solo se centran en Estados Unidos y no tienen que ver exclusivamente con la población. También están vinculadas a la cercanía de los reactores y otras centrales de producción de energía a centros urbanos, la dependencia del país, la geografía y los modelos atmosféricos. Extrapolar estos datos a España sin tener en cuenta esta información, no sería lógico.
¿Cambian algo las renovables?
Sin embargo, si se dispusiera de más fuentes de energías renovable para abastecer la red de energía la contaminación del aire se reduciría, aunque no del todo. El equipo descubrió que incluso en este escenario renovable más abundante, todavía hay un ligero aumento en la contaminación del aire en algunas partes del país, lo que resulta en un total de 260 muertes relacionadas con la contaminación por año.
«Esto agrega un nuevo factor a la ecuación de los impactos sociales y de salud ambiental cuando se piensa en paradas nucleares, donde la conversación a menudo se centra en los riesgos locales debido a accidentes y minería o impactos climáticos a largo plazo – explica Freese en un comunicado –. En el debate sobre mantener abiertas las plantas de energía nuclear, la calidad del aire no ha sido el foco de esa discusión. Lo que descubrimos fue que la contaminación del aire de las plantas de combustibles fósiles es tan dañina que cualquier cosa que la aumente, como un cierre nuclear, tendrá impactos sustanciales. Debemos pensar en cómo estamos retirando las plantas de energía nuclear. Cerrar algo que no tiene emisiones directas en sí mismo aún puede generar aumentos en las emisiones, porque el sistema de red responderá. De lo contrario, tendremos una reducción en la calidad del aire con la que no necesariamente contábamos”.