Así se compra un coche eléctrico de segunda mano para que no te engañen
Es verdad que las marcas lo están dando todo por el coche eléctrico. Sin embargo, todavía son muchas las dudas que tienen los usuarios con respecto a este tipo de movilidad, lo que ha provocado que haya quien se plantee la posibilidad de comprar un coche eléctrico que sea de segunda mano. Si ese es tu caso, es importante, también, vigilar algunos detalles especiales.
Presta atención a tu coche eléctrico usado
Como tal, es importante saber que, si nos decidimos por este tipo de vehículos, aunque requieren menos mantenimiento que los coches de combustión, hay algunas piezas en las que debes poner especial atención.
Vale la pena mencionar, también, el lugar en el que un vehículo usado ha pasado su vida, desde el punto de vista geográfico, y el modo en que se ha cuidado siguen siendo preocupaciones primordiales, pero las normas son sorprendentemente diferentes -y quizás opuestas- a las de los coches convencionales.
De hecho, los vehículos eléctricos de segunda mano también dan un giro interesante a los precios, las garantías y las características que quizá no se le dé importancia a un coche de gasolina. Pero hay aspectos como la batería que tiene una diferenciación mucho mayor, y ahí es donde es necesario revisarla.
Revisa su batería
A este respecto, las baterías de los coches eléctricos se parecen más a las de los híbridos que a las de los teléfonos móviles: pierden capacidad con el tiempo, pero es muy raro que se produzca un fallo total que requiera su sustitución.
Esto debería disipar uno de los principales temores a la hora de comprar un coche eléctrico usado, pero, de todos modos, deberíamos pensar en cuáles son tus necesidades de autonomía diaria y asegurarte de conciliarlas no con una versión nueva de la autonomía estimada por la EPA del coche, sino con un vehículo de su antigüedad real.
Ante esto, en los coches eléctricos hay que ir un paso más allá y comprobar al detalle el estado de la batería, ya que determina cuánta vida útil le queda al vehículo.
Revisión de garantía
Ante esto, lo primero será informarnos de si el coche eléctrico aún conserva la garantía de la batería. Lo habitual es que la garantía tenga una duración de ocho años o 160.000 kilómetros con un mínimo del 70 por ciento de su capacidad original, aunque hay algunos casos que superan los diez años.
Si aún la tiene, tendrás un punto de tranquilidad, pero no te fíes solo de la palabra del vendedor: lo mejor es que puedas verificarlo a través de algún documento.
Además, debes recopilar toda la información posible en cuanto al uso que ha tenido la batería. El kilometraje puede darte alguna pista sobre la degradación de la misma, ya que cuanto mayor sea la cifra, más ciclos de recarga se habrán realizado.
Comprueba el estado de la batería
Tras recabar la información pertinente, llega el momento de hacer una comprobación más exacta. En ello, algunos modelos permiten hacer estas comprobaciones con solo observar el panel de instrumentos, donde los hay que muestran un icono de doce barras, cada una de las cuales corresponde a un porcentaje de capacidad.
Es decir, a medida que la batería se va degradando, se borra cada una de estas barras. Al respecto, la mejor opción es realizar la comprobación en un taller especializado, el cual expedirá un certificado en el que figurará la capacidad que mantiene respecto a su estado inicial.
Diagnóstico vía OBD
Otro método es el de conectar tu teléfono móvil al puerto OBD del coche y, a través de una aplicación, consultar los datos de la batería del coche.
El conector OBD es la misma conexión que se usa en los talleres para enchufar la máquina de diagnosis al vehículo. Gracias a ello, se pueden leer las averías registradas en la centralita, así como comprobar otra serie de parámetros para evaluar el estado de los elementos.