Hoy en día podemos conocer cualquier información de un vuelo sólo con conocer su código. Podemos conocer la hora de despegue, la de llegada, el retraso o la puerta de embarque. Gracias a webs como Flightradar24, podemos seguir también la ruta exacta de cada vuelo de todo el mundo y conocer la velocidad y altitud a la que circulan. Todo ello gracias a que una red mundial de radios terrestres que van a haciendo ping a los transpondedores.
Ahora, parece que esta función va a estar disponible de cara al futuro para los drones. Flightradar24 ha anunciado que ha firmado un acuerdo con una empresa llamada Skysense. El acuerdo tiene como objetivo que los drones vayan equipados con un sistema llamado ADS-B (Automatic Dependent Surveillance Broadcast), de manera que se pueda hacer ping a los drones igual que se hace con los aviones civiles ya que son cada vez más los trabajos que implican drones.
Todos los aviones o dispositivos de vuelo deberán llevar equipado este sistema de cara al año 2020 en Estados Unidos, incluyendo a los drones. El sistema ADS-B emite información sobre la aeronave a satélites, estaciones de radio en la tierra, e, incluso a otros aviones cercanos, lo que les permite conocer su posición para evitar posibles accidentes. El sistema desarrollado para los drones será de poco peso para evitar que afecte al vuelo y a la duración de la batería del dispositivo.
Este nuevo sistema permitirá, por tanto, que la web Flightradar24 recoja todos los datos de vuelo de los drones en tiempo real, pudiendo ser accesible por los usuarios en todo momento.
El monitorio de aviones permitió descubrir el pasado mes de abril que el FBI cuenta con un programa secreto de vuelos, cuyos aviones están registrados a nombre de empresas falsas con el objetivo de monitorear las ciudades, como hicieron en San Bernardino sobre mezquitas después de los atentados. Y esto sólo en aviones. Las agencias gubernamentales usan drones con multitud de finalidades, y podrían quedar expuestas con este nuevo sistema.
De cara a los usuarios, también se plantea un problema de seguridad. Cualquier usuario podría conocer información sobre tu drone y sobre dónde te encuentras. Además, las emisiones que hace el transpondedor ADS-B no están cifradas, lo cual lo hace vulnerable ante la posibilidad de que otros usuarios localicen el dron, y que sea vulnerable a posibles ataques de spoofing.
Veremos si esta normativa acaba implantándose en otros países como España.