A menos que seas una persona excesivamente egocéntrica, puede que buscarte a ti mismo en Internet no sea una de tus aficiones. Sin embargo, es aconsejable realizar esta práctica periódicamente para asegurarte de que tu privacidad se mantiene intacta y que solo está publicada en Internet la información que tú quieres que lo esté.
En las siguientes líneas vamos a contarte las mejores formas de hacer egosurfing (sí, efectivamente iba a haber un término en inglés para definir estas autobúsquedas) y cómo ejercer tu derecho al olvido en caso de encontrar algo que no quieres que esté ahí.
Búscate en Internet
La mejor forma de saber cuánta y qué información hay sobre nosotros en Internet, bien sea la que hemos publicado nosotros mismos consciente o inconscientemente mediante cesión de datos, de forma legítima o ilegítima es realizar una búsqueda de nuestra huella digital.
Esta práctica, llamada egosurfing, permite repasar redes sociales y los buscadores de Internet utilizando términos de búsqueda relativos a nosotros, como nuestro nombre, apellidos, DNI, etc., para localizar información sobre nosotros en páginas webs y otras plataformas. Si no lo has hecho nunca o hace mucho tiempo que no te revisas, es una buena práctica que todos deberíamos realizar periódicamente, para saber qué se dice de nosotros, cómo se dice, quién lo dice y con qué objetivo, e identificar posible información que no debería estar publicada y que queramos que sea eliminada.
Lo más cómodo es valerte de un buscador tipo Google y buscar datos como nuestro nombre y apellidos u otros términos como los que decíamos antes. De este modo, veremos qué rastro hay de nosotros, incluyendo la búsqueda en Google Imágenes para ver si están usando de forma fraudulenta.
Otro punto principal donde revisar qué hay sobre nosotros son las redes sociales, que es uno de los lugares donde más información compartimos y puede que nos hayamos pasado de la raya compartiendo más de la cuenta. A veces cometemos el error de no configurar debidamente la privacidad de nuestros perfiles, exponiendo toda la información que compartimos a terceros de los que no sabemos cuáles son sus intenciones o directamente dejamos toda la información como pública, ya sea en forma de comentarios, estados, fotos o vídeos.
Derecho al Olvido
Como somos dueños de nuestra propia reputación, al realizar egosurfing es probable que encontremos información que no nos guste o desconozcamos que estaba publicada. Podemos realizar ciertas acciones para tratar de eliminar esa información que nos pueda afectar.
En el caso de las redes sociales, lo primero que deberíamos hacer sería configurar las opciones de privacidad para blindar cierta información que hayamos comprobado que está pública buscando nuestros datos en Internet y no debería estarlo, como fecha de nacimiento, que generalmente no debería ser pública para evitar que te puedan robar una contraseña mediante la técnica de la restauración. También es recomendable gestionar cómo nuestros contactos pueden etiquetarnos en diferentes publicaciones.
Si encontramos un perfil que está suplantando nuestra identidad, pues usa datos propios como el nombre y la foto de perfil, deberemos denunciar este perfil falso ante la red social en cuestión (Facebook, Instagram, Twitter) para que lo eliminen lo antes posible.
Ejercer nuestro derecho al olvido: cuando la información es publicada por terceras personas, como empresas u otras instituciones y ésta afecta a nuestra identidad digital y reputación, es posible eliminarla de los buscadores ejerciendo ambos derechos. El derecho al olvido está recogido en el Reglamento General de Protección de Datos y dicta que cualquier persona tiene derecho a solicitar, bajo ciertas condiciones, que los enlaces a sus datos personales no figuren en los resultados de búsqueda en Internet realizada por su nombre.
Si quieres pedir que te borren de los tres grandes buscadores, rellena la solicitud para ejercer el derecho al olvido rellenando el formulario de Google, formulario de Yahoo o formulario de Bing