Con 19 millones de bitcoins ya en circulación, el efecto de los halvings sobre el stock de bitcoin es cada vez menor. No obstante, se trata de un ajuste que solo se produce cada cuatro años y que causará algunos efectos sobre la red y sus participantes.
Queda muy poco para el próximo halving de Bitcoin. Este 20 de abril, volverá a producirse este evento cíclico en su blockchain, por el que la recompensa para los mineros se reducirá a la mitad quedando en 3.125 BTC por cada nuevo bloque. Un nuevo halving se produce cada cuatro años con el objetivo de ir reduciendo la cantidad de bitcoin que entra en circulación.
Este mecanismo automático de autorregulación incrustado en el código de la criptomoneda causa mucha expectación cada vez que regresa por sus efectos en el mercado. Las descritas a continuación son las consecuencias previsibles de este halving sobre la cotización de la divisa digital y el ecosistema de mineros de BTC que hacen funcionar su blockchain.
Impacto reducido sobre el precio
Los anteriores halvings, producidos en 2012, 2016 y y 2020, tienen en común que causaron una reducción en el hashrate de Bitcoin que duró aproximadamente entre 20 y 30 días, antes de volver a crecer. El hashrate vendría a ser la potencia con la que se confirman nuevos bloques en la cadena y, con ello, se desbloquean nuevos bitcoins en el mercado. Este comportamiento previo hace a los analistas prever que, de nuevo, este halving producirá un shock de oferta.
Los inversores suelen ver con buenos ojos esta reducción de la difusión de bitcoin ya que puede generar subidas de precio. No obstante, y como apuntan desde Coindesk, tras este 20 de abril no es esperable una subida de precio de bitcoin muy destacada ya que el 94% de todo el suministro de bitcoin ya está en el mercado. Es decir, que la sensación de escasez será mucho menor esta vez.
Sigue siendo probable un leve aumento de precio justificado por una mayor demanda, pero no por un bajón demasiado pronunciado en la tasa de emisión anual de bitcoin, que se prevé descienda de un 1.6 a un 0.8%. Este cambio en la emisión anual será mucho menos perceptible que el resultante de los halvings anteriores. Otra razón para que el precio aumente es el efecto mediático que siempre conlleva el halving, al hacer que bitcoin entre en titulares de prensa por todo el mundo.
Los mineros buscarán hardware y métodos más productivos
El halving implica que los mineros recibirán la mitad de dinero del que recibían antes como recompensa por su trabajo de mantenimiento de la red. Ahora, recibirán como pago 3.125 BTC por cada bloque emitido. Esto supone un menor incentivo o menor beneficio económico, por lo que se espera que los mineros sigan buscando formas de trabajar lo máximo posible sin gastar tanto en consumo eléctrico.
Un ejemplo es el uso de LuxOS, un firmware que permite realizar un proceso conocido como underclocking. Este proceso permite a las máquinas hacer el minado consumiendo mucha menos energía. Conforme los márgenes para obtener beneficios se estrechan, es probable que el underclocking se vuelva una práctica más habitual.
Otro ejemplo es el proyecto de la empresa de minería Hashlabs en Finlandia, donde están combinando varias fuentes de ingresos para que el minado sea más lucrativo. Alguna de las formas con las que lo consiguen es revender energía al mercado durante momentos de gran demanda, vender calor residual a la red de calefacción local o ganar comisiones por contribuir a la estabilidad de la red eléctrica.
Por otro lado, según datos de CoinMetrics, la mayor parte de mineros alrededor del mundo utilizan hardware desactualizado o que no es de última tecnología. Con un margen más estrello, los mineros probablemente valoren la posibilidad de renovar sus equipos para conseguir máquinas modernas más eficientes como el Antminer S21. No obstante, esto solo podrán hacerlo los grupos o mineros con más músculo económico. Renovar los equipos es muy caro y el beneficio que aportan no es inmediato.
Finalmente, también hay empresas de minado que diversifican su actividad para no depender solo de los retornos de la blockchain. Algunas buscan ofrecer otros servicios de inteligencia artificial o computación avanzada para aprovechar sus procesadores. No obstante, el actual mercado alcista puede revertir esta tendencia temporalmente y hacer que estas vuelvan a centrarse en Bitcoin, sin impedir que vuelvan a estas otras actividades cuando el mercado decaiga.
La red de mineros se dispersará geográficamente
Actualmente, la red global de mineros de Bitcoin tiene unos puntos calientes bastante claros: de Estados Unidos sale el 40% del hashrate de la blockchain. Un 15% sale de China, pese a que las criptomonedas están prohibidas en el país, y otro 12%, de Rusia. En un contexto de precios altos en el mercado eléctrico, es muy probable ver a los mineros mudándose y dispersándose hacia otros países en busca de costes bajos.
La empresa Bitfarms, por ejemplo, está explorando las regiones de África, Latinoamérica y Asia para instalar allí centros de minado. Ya está avanzando en Argentina y Paraguay, mientras que otras compañías están buscando soluciones en Emiratos Árabes Unidos o Etiopía. Una red más descentralizada puede contribuir positivamente al ecosistema de Bitcoin, al garantizar una mayor independencia frente al gobierno o las leyes de un país en particular.