El espacio hace que la vida en la Tierra parezca fácil. Las temperaturas van desde cientos de grados bajo cero hasta cientos de grados por encima. Cada planeta tiene una atmósfera y un nivel de gravedad diferentes. La radiación, los vientos y las partículas arrastradas por este dañan la ropa que llevan los astronautas. El problema es que ponerse un traje espacial puede tomar 45 minutos y pesa cerca de 150 kilos. Por suerte hay alternativas.
A medida que la posibilidad de ir a Marte se vuelve más real y más económica (que no es lo mismo que accesible), más gente podrá ir al planeta rojo. Inicialmente irán científicos y personal especializado, pero luego comenzarán a llegar turistas. El problema es que cada traje espacial tiene un precio prohibitivo: por encima de los 15 millones de euros.
Ahora, una empresa, Vollebak, ha comenzado a diseñar ropa para llevar en Marte. Para construir la capa exterior de la cazadora y los pantalones Mars, utilizan el mismo material que se usaba en la II Guerra Mundial para proteger a los pilotos de los escombros y la metralla que vuelan por el impacto de las balas y los proyectiles de artillería.
Se trata de nailon balístico, el predecesor del Kevlar y actualmente se utiliza, por ejemplo en las protecciones que llevan quienes manejan motosierras. Ambas prendas, pantalón y cazadora, tienen cuatro capas de nailon balístico en el interior. Cuando la cadena de la motosierra en movimiento entra en contacto con estas telas y rasga la capa externa, las capas internas se trituran. La fuerza de la fibra de nailon balístico generalmente detendrá la cadena de la motosierra evitando el daño que pueda causar en el operador. Gracias a esto quienes lleven esta ropa estarán a salvo de los vientos por encima de los 100 km/h que soplan en Marte, arrastrando partículas metálicas que romperían cualquier otro tejido. El nailon balístico, como su nombre indica, es a prueba de balas en ciertas circunstancias y eso es lo que le hace tan resistente a la abrasión.

La capa interior está diseñada con cordura para ser más confortable que el exterior. A eso habría que sumarle una tecnología desarrollada por Vollebak que permite que la cazadora absorba calor durante el día y la libere por la noche, cuando puede alcanzar los -200ºC. A eso le suma dos bolsillos de gran tamaño para llevar desde un portátil o dispositivos de comunicación hasta comida y bebida.
La cazadora Mars cuenta con bolsillos de vómito impreso en 3D y con tapa a rosca para el síndrome de adaptación espacial y bolsillos antigravedad que se adaptan a los campos gravitatorios y también incluyen una cuerda para atarse a la nave o a un peso y no salir flotando. Todo el conjunto se puede poner en menos de cinco minutos y su coste está por debajo de los 1.700 euros.

Obviamente no se trata de un traje completo, falta la parte esencial vinculada a respirar oxígeno, pero el resto estaría cubierto y los precios se reducen mucho. Y mientras no tengas el pasaje para viajar a Marte, puedes lucirlo en la Tierra.