A veces los científicos tienen que recurrir a ideas locas y planes descabellados para poder romper con los límites a los que nos encontramos sometidos. Esta vez quizá estemos ante una de esas situaciones, puesto que un grupo de científicos ha presentado su plan para perforar un volcán y conseguir energía ilimitada. ¿Puede salir bien?
Sería la primera vez que se lleva a cabo una maniobra como esta (al menos, como luego te contamos, con éxito). Hay un buen motivo de ello: no resulta precisamente sencillo y, por otro lado, parece totalmente inadecuado. No obstante, desde Islandia tienen un proyecto entre manos que creen que podría llegar a cambiar la sociedad de distintas maneras. Eso sí, siempre y cuando todo salga como han planeado.
Un plan ambicioso
Dicen estos científicos de KMT que tienen varios objetivos. Uno de ellos es el más científico, bajo el cual lo que desean es descubrir información que, hasta ahora, la humanidad no conoce. Por ejemplo, el motivo por el cual los volcanes entran en erupción. Porque, como es obvio, son conscientes de que las erupciones volcánicas causan muchos problemas en el mundo y se convierten en un gravísimo peligro para las poblaciones que se encuentran cerca de ellos. Al mismo tiempo, también quieren llegar a conocer la forma en la que el magma actúa dentro de los volcanes, cómo se desplaza y qué tipo de comportamiento tiene.
Otro de los grandes motivos por los que llevar a cabo este proyecto es por la intención de intentar descubrir una nueva fuente de energía limpia e ilimitada (o prácticamente ilimitada) que puedan utilizar. En relación a ello, tienen en cuenta el poder de los volcanes y su naturaleza para plantearlo como una posible vía con la que conseguir energía de manera innovadora.
Perforando la caldera volcánica Krafla
Es posible que no sea la primera vez que oyes hablar de la caldera volcánica Krafla, uno de los lugares más importantes del mundo para quienes estudian los volcanes y protagonista de muchos documentales. Se encuentra en el norte de Islandia y ya fue testigo, en el año 2018, de un intento de perforación. En ese momento los encargados del proyecto tenían planes similares, aunque menos ambiciosos. Se encontraron, no obstante, con un problema.
En ese tiempo los cálculos que habían hecho por adelantado fueron erróneos. Pensaron que la profundidad a la que se encontraba la cámara de magma era superior, así que cuando llevaron el sistema de perforación al interior entraron en la bóveda y echaron el proyecto por tierra. La maquinaria no fue capaz de soportar los 450 grados de calor con los que se encontró y tuvieron que abandonar sus planes a la vista de que habían comprobado que parte de la investigación resultaba errónea. No obstante, su descubrimiento, los datos recopilados y la experiencia conseguida, dejaron una huella que va a tomarse de referencia para esta nueva iniciativa.
Por otra parte, la perforación de 2018 proporcionó otro dato importante que resulta vital para poder llevar a cabo este tipo de iniciativa: saber que entrar en la cámara de magma no desencadena una erupción del volcán. Este era un tipo de conocimiento que, por miedo, no se había llegado a confirmar con anterioridad. Ahora que ya saben que no es un factor que tome parte en la ecuación, pueden realizar otras iniciativas similares sin la preocupación de saber si desencadenarán un efecto terrible.
Uno de los motivos por los que es tan importante el proyecto de años atrás es porque ya les indica a los científicos el lugar donde se encuentra la cámara de magma del volcán. La razón de esto se encuentra en que estas cámaras son, incluso para los mayores especialistas, muy difíciles de encontrar. Por lo tanto, una gran parte del trabajo ya está hecho y eso es algo que los responsables de la nueva iniciativa valoran de forma especialmente positiva. Partiendo de eso, quieren llegar a tomar muestras del magma y hacer, como poco, una medición de la temperatura real a la que se encuentra.
Si todo va bien, después de eso continuarán trabajando con esa cámara de magma en la investigación del volcán. La segunda fase consistirá en obtener más información sobre la naturaleza de los volcanes y conseguir, entre otras cosas, alcanzar una base científica que permita pronosticar las erupciones antes de que se produzcan. Eso podría llegar a salvar miles de personas que podrían ser evacuadas antes de que los volcanes entren en erupción de forma inesperada tal y como ocurre en la actualidad.
La tercera fase estaría representada por una segunda perforación en la cual se utilizarían turbinas y se aprovecharía la estructura del volcán para tratar de obtener energía limpia. Esto, según lo plantean en el proyecto, no debería ser tan difícil. Comentan que solo consistiría en «aprender a domar a este monstruo de la naturaleza» que representan los volcanes. Para ello, eso sí, dejan claro que tienen un largo camino que recorrer para poder fabricar la maquinaria que pueda sobrevivir a las temperaturas y los demás elementos adversos que hay dentro del volcán, como la presión y la acidez.