La sociedad acelera sus planes de la conquista espacial y los científicos no solo piensan en la Luna o Marte, sino que hay otros planetas, como Venus, que resultan un objetivo de interés. No obstante, no todos los expertos están a favor de esta idea y, en realidad, son muchos los que dudan sobre si deberíamos enviar o no astronautas al segundo planeta más cercano al Sol.
Los debates entre científicos suelen ser la semilla que alimenta o descarta posibles nuevos objetivos espaciales. Venus se ha considerado un tema candente desde hace años, pero no ha sido hasta ahora cuando la tecnología está comenzando a mostrar que visitar el planeta podría ser un plan viable. Otra cuestión distinta es si hacerlo sería un error.
¿Por qué Venus?
Primero, repasemos conocimientos básicos. La Tierra se encuentra entre Venus y Marte en cuestión de cercanía al Sol. Si estamos tan interesados en Marte, la lógica más básica podría justificar que también lo estemos en Venus. Uno de los motivos de ello es que la distancia que nos separa de Venus es inferior a la que nos separa de Marte. Por lo tanto, sería muy lógico querer ir allí. Uno de los problemas principales, no obstante, aquello que siempre ha frenado a los científicos, ha sido que las condiciones que se registran en el planeta son terribles.
Condiciones que, eso sí, se dan en la superficie. Este es un matiz importante, ya que si bien la superficie no es muy apta para los humanos, por encima de las nubes todo cambia. Hay varios estudios que plantean que, en realidad, en el cielo de Venus se podría vivir. Que haya vida en ese lugar ya es algo distinto, pero como medio donde habitar, sí que podría ser viable. No obstante, ya te puedes imaginar que sigue sin ser un motivo de peso para plantear un viaje al planeta.
Requeriría mucho dinero y tecnología
El doctor Paul Byrne, de la Universidad de Washington, ha hablado recientemente acerca de este tema y planteado varias cuestiones que resultan muy interesantes. Primero de todo, reconoce que viajar a Venus y enviar astronautas es algo que la humanidad debería hacer. Pero el problema es que no tenemos ni la tecnología ni posiblemente la inversión necesaria para hacerlo. Como te hemos comentado, las nubes de Venus serían el lugar al que podrían ir los astronautas y, más allá del factor de quedarse con las ganas de aterrizar en la superficie, el problema sería que crear un entorno que les permitiera estar en las nubes no sería fácil.
Se requerirían equipos y naves que lo facilitaran y llegaría a resultar complejo a muchos niveles. La única buena noticia sería que el clima, en las nubes de Venus, resultaría ideal. Este doctor lo compara al clima que tenemos en la Tierra durante la primavera. ¡Un clima perfecto! Sí habla de cómo seguiría siendo necesario usar un respirador y que, además, el cielo podría tener el peligro de partículas que lleguen desde la superficie y que resulten de riesgo, pero probablemente no de una forma demasiado preocupante.
El científico hace referencia a un estudio publicado en el año 2015 en el cual se planteaba la forma en la que una misión espacial de la Tierra podría tener astronautas viviendo en las nubes de Venus durante 30 días. La localización ideal en la que se instalarían sería a solo 50 kilómetros de la superficie, dado que este lugar tiene unas muy buenas condiciones. Y la idea, según reconoce Byrne, no es mala, pero la inversión que necesitaría acabaría siendo abismal. La cantidad de medios que habría que poner en ello sería tal que, al final, sería muy debatible si los resultados habrían compensado todo lo invertido.
Pero tampoco hay que descartarlo en su totalidad. Pensemos que la misión a Marte, la definitiva, aquella que supondrá el inicio de la colonización, está prevista para los años 30 o 40 de nuestro siglo. Por lo tanto, un plan de viaje a Venus, por mucho que fuera aprobado, posiblemente no daría comienzo hasta, como poco, 20 o 30 años después. Podría ser una idea viable para el siglo en el que nos encontramos y quizá, en ese futuro, haya más medios o recursos adicionales que lo faciliten. Por ello, tampoco habría que descartarlo, sobre todo porque no sabemos cómo afectará a la sociedad y a la exploración del espacio la supuesta conquista tanto de la Luna como de Marte.
Lo que resultaría ideal, más allá de la idea de la estancia en las nubes, sería poder explorar la superficie. El problema es que la temperatura que hay en Venus es terrorífica, digna de una serie postapocalíptica. Mientras la Tierra tiene una temperatura de superficie de 59 grados, en Venus esta temperatura aumenta hasta los 867 grados. Por este mismo motivo los gobiernos han dejado de interesarse incluso por la idea de enviar vehículos de exploración y análisis a Venus. La Unión Soviética lo hizo en el pasado y logró que su Venera 13 sobreviviera durante 127 minutos antes de acabar destruido por las condiciones de la superficie.
Por lo tanto, aunque es fácil entender el poco entusiasmo que tiene la comunidad científica por el envío de astronautas a Venus, lo bueno es que ese debate abierto y los distintos puntos de vista dejan claro que todo podría cambiar en el futuro. Todavía habrá que esperar mucho, pero quién sabe si la humanidad terminará conquistando también Venus, o al menos sus cielos.