Errores más comunes en el examen práctico de conducir que te harán suspender
Mucho menos de la mitad de los alumnos que se presentan al examen de conducir práctico lo aprueban en la primera convocatoria. Los nervios pueden jugar una mala pasada y hay examinadores más estrictos que otros con según que fallos. Sin embargo, una de las principales razones es que no siempre prestamos atención a todos los errores que se contemplan durante la conducción y que van quitando puntos. ¿Sabías que existen faltas de tráfico tan inusuales que ni siquiera nos pasan por la cabeza? Desde ir demasiado lento hasta no colocar bien el asiento, en este artículo descubrirás las faltas más raras que pueden hacer que suspendas tu examen práctico de conducir.
En España, el número máximo de faltas que se pueden cometer en un examen práctico de conducir antes de ser suspendido depende del tipo de falta cometida. En general, existen tres tipos de faltas: leves, deficientes y eliminatorias. Se considera falta leve a aquella que no supone un peligro para la seguridad vial ni obstáculo, pero siguen siendo fallos que te pueden costar un suspenso. Se pueden cometer hasta un máximo de nueve faltas leves y aun así aprobar el examen práctico. En caso de que llegues a una décima, deberás volverte a presentar.
Por otro lado, se considera falta deficiente a aquella que supone un obstáculo para la circulación vial. Si se comete un error de este tipo, se puede aprobar el examen, pero si se cometen dos, se suspende. Además, pueden catearte con cinco leves y una deficiente también. Por último, se considera falta muy grave o eliminatoria a aquella que supone un peligro para la seguridad vial. Cometer una sola falta muy grave es motivo de suspensión inmediata. Así que presta atención a estos hábitos que no pensarías que podrían acabar siendo una falta.
No olvides abrocharte el cinturón
Por muy extraño que parezca, hay conductores que se montan al vehículo y, antes de arrancar, olvidan abrocharse el cinturón cuando se disponen a comenzar la prueba práctica. Este tipo de infracciones puede llegar a convertirse en una de las más graves durante el examen práctico de conducir. Según la DGT (Dirección General de Tráfico) el cinturón de seguridad es vital para salvar vidas por el simple hecho de llevarlo puesto. De hecho, es uno de los principios fundamentales de la educación vial que se enseña de manera didáctica en colegios e institutos.
Por lo tanto, puede tratarse de una obviedad que todo el mundo debería saber, pero lo cierto es que muchos accidentes mortales se producen por no tener abrochado correctamente el cinturón. Sin ir más lejos, la DGT informa que 10 de cada 100 personas que viajan en los asientos delanteros del coche no llevan puesto este dispositivo de seguridad y 20 de cada 100 se olvida ponérselo en los asientos traseros. En este caso, si el conductor no se abrocha el cinturón, la infracción cometida es motivo de fallo muy grave y de suspenso en ese preciso instante.
No adaptar el coche antes de arrancar
No adaptar el coche antes de arrancar es una falta que puede ser considerada leve, grave o muy grave dependiendo de la situación específica. Esta falta se refiere a la falta de adaptación del vehículo a las condiciones específicas del conductor, y puede ser desde no ajustar el asiento o el volante hasta no regular correctamente los espejos retrovisores.
En términos generales, adaptar el coche antes de arrancar es crucial para garantizar la seguridad del conductor, los pasajeros y otros usuarios de la vía. Si el conductor no ha ajustado adecuadamente el asiento, corre el riesgo de tener una mala postura al volante, lo que puede provocar fatiga y dolor a largo plazo. Además, si no se ajusta el volante, el conductor puede tener dificultades para conducir el vehículo de forma segura.
Por otro lado, la falta de regulación adecuada de los espejos retrovisores puede hacer que el conductor tenga puntos ciegos, lo que aumenta significativamente el riesgo de colisión o accidente de tráfico.
Tocar un bordillo al aparcar
Tocar un bordillo al aparcar también es considerado una falta en el examen práctico de conducción, incluso si no se sube completamente al bordillo. Esta falta se refiere a la colisión del vehículo con el borde de la acera durante el proceso de estacionamiento, y puede ser el resultado de una mala maniobra, falta de atención, falta de habilidad o cualquier otra razón.
En términos generales, tocar un bordillo al aparcar puede tener consecuencias negativas, incluyendo daños en los neumáticos, las llantas, las suspensiones o la dirección del vehículo, molestias o lesiones en los pasajeros, así como una indicación de una falta de habilidad o atención por parte del conductor.
Es importante destacar que el proceso de estacionamiento es uno de los aspectos más evaluados durante el examen práctico de conducción, por lo que tocar un bordillo durante esta maniobra puede ser especialmente penalizado. Además, una colisión con la acera también puede indicar una falta de precisión en la conducción y una falta de conocimiento sobre cómo maniobrar adecuadamente en situaciones de estacionamiento.
No cambiar de marcha
Esta falta se refiere a la falta de cambio de marcha en el momento adecuado, lo que puede afectar negativamente la eficiencia del vehículo, el consumo de combustible y la seguridad en la conducción. En términos generales, no cambiar de marcha cuando se debería puede tener varias consecuencias negativas, tanto para el vehículo como para la seguridad del conductor y los pasajeros. Algunas de las posibles consecuencias son:
- Un mayor consumo de combustible: El uso de una marcha más baja de la necesaria aumenta el consumo de combustible del vehículo y puede afectar negativamente la economía del conductor.
- Una conducción ineficiente: No cambiar de marcha puede hacer que el vehículo sea menos eficiente y más difícil de controlar, especialmente en situaciones como subidas o bajadas pronunciadas.
- Un mayor desgaste del motor: No cambiar de marcha puede hacer que el motor del vehículo se esfuerce más de lo necesario, lo que puede provocar un mayor desgaste y acelerar la necesidad de reparaciones costosas.
Por otro lado, el miedo o la falta de confianza para cambiar de marcha puede indicar una falta de habilidad o conocimiento por parte del conductor, lo que puede afectar negativamente su capacidad para conducir el vehículo de manera segura y eficiente.
Parar innecesariamente
Parar innecesariamente, como hacerlo en un cruce de calles sin tener la obligación de ceder el paso, también es una falta en el examen práctico de conducción. Esta falta se refiere a una parada que no es necesaria en ese momento, y que puede causar interrupciones en el tráfico y/o confusión para otros conductores y peatones.
Cuando se realiza una parada innecesaria, puede haber otros conductores detrás que se vean obligados a frenar de manera brusca, lo que puede interrumpir el flujo de tráfico y causar retrasos. También puede confundir a otros conductores y peatones que esperan el paso, ya que pueden pensar que tienen derecho a cruzar cuando en realidad no lo tienen.
Sujetar el volante a una mano
Sujetar el volante a una mano durante el examen de conducción puede considerarse una falta y puede resultar en la suspensión del examen. Esto se debe a que sujetar el volante correctamente es una práctica fundamental para garantizar la seguridad en la conducción.
Sujetar el volante así puede generar varios problemas. En primer lugar, reduce el control y la estabilidad del vehículo. Al tener solo una mano en el volante, se disminuye la capacidad de reaccionar rápidamente ante situaciones imprevistas en la carretera, como maniobras de emergencia o cambios bruscos de dirección.
Además, sujetar el volante a una mano también puede afectar la capacidad de maniobrar adecuadamente en curvas o giros. Con ambas manos en el volante, se tiene un mejor control sobre el vehículo, permitiendo ajustar la dirección de manera precisa.
El uso de ambas manos en el volante se considera una técnica de conducción segura y recomendada. Al mantener las dos manos en el volante, se mejora la estabilidad, se reduce la posibilidad de perder el control del vehículo y se permite una respuesta más rápida y precisa en caso de ser necesario.
Confundir señales
Son muchas las señales a las que tenemos que estar atentos cuando circulamos. Sin embargo, en muchos casos, es habitual que algunas de ellas nos causen una cierta confusión. Esto suele ocurrir cuando se trata de un Stop y de un Ceda el paso, por ejemplo, dos de las que suelen generar un mayor número de interrogantes.
En este caso, conviene tener en cuenta que un Stop es una señal que, como su propio nombre indica, nos obliga a detener nuestro vehículo cuando estamos circulando. No existiendo la opción de aminorar la velocidad y, si no vemos peligro, reanudar la marcha con normalidad. Este último caso es un Ceda el paso. Es importante tener bien claras las diferentes entre estas y otras muchas señales para que cuando llegue el momento del examen, reduzcamos el riesto de poder ser sancionados.
No poner el intermitente
Cuando nos estamos preparando para el examen práctico, la autoescuela nos enseña a indicar siempre cuando vamos a cambiar de carril o girar con los intermitentes. No obstante, los nervios mientras nos examinan pueden jugarnos una mala pasada. Es posible que se te olvide señalizar que vas a desplazarte a la izquierda o la derecha en algún momento. A veces, en vez de encender la luz que supone una incorporación al tráfico por la izquierda, nos equivocamos y encendemos la de la derecha, o viceversa.
El examinador prestará atención a estas faltas y las anotará. Son faltas leves, por lo que no todo estará perdido si se te olvida alguna vez. Sin embargo, basta con que cometas el fallo nueve veces más o que tengas otros errores para que tengas que volver a presentarte en otra convocatoria.