Las Google Glass serán uno de los dispositivos estrella de este año que acaba de iniciarse. En 2014 se producirá la llegada al mercado de un producto que muchos llevan tiempo esperando. Sin embargo no todo brilla como quisiéramos, y cuenta todavía con demasiados puntos débiles que suponen ahora los grandes retos de Google Glass antes de su comercialización.
Nadie duda de que la llegada definitiva de Google Glass a las tiendas será uno de los eventos más sonados del año. Muchos usuarios de todas partes alrededor del planeta estarán pendientes para hacerse con uno de estos dispositivos. Sin embargo, es tras el impacto inicial donde se decidirá su futuro, si el usuario medio se ve atraído o no por el producto marcará el éxito o fracaso del mismo. Según la voz de algunos expertos, las gafas inteligentes están todavía demasiado verdes como para motivar su compra, y tienen varios retos por delante.
Interfaz de usuario
El primer motivo puede ser su complejidad. Son dispositivos con una novedosa interfaz de usuario que requiere un entrenamiento previo para su uso incluso para los más acostumbrados al manejo de aparatos tecnológicos. Además, no facilita el manejo de un abanico amplio de aplicaciones. Si queremos un uso efectivo, deberemos limitar el número de instalaciones.
Distribución y número de aplicaciones
Las aplicaciones disponibles siguen siendo a día de hoy bastante escasas. Muchos de los desarrolladores creen que el mercado al que llegará este dispositivo en 2014 es pequeño y por tanto, no se han decidido a crear herramientas dedicadas. Están tomando un tiempo prudencial para ver cómo responde el producto antes de lanzarse al desarrollo de nuevas apps. Tampoco ayuda en este propósito la no existencia de un sistema de distribución de aplicaciones, lo que dificulta más aún si cabe esta labor.
Problemas de uso
Traspasar las fotos que realizamos en tiempo real a un smartphone es más complicado de lo que debería y requiere de conexión WiFi. El reconocimiento de voz no es todo lo preciso que debería y no funciona bien en lugares con ruido, que por otra parte, son los sitios donde las Google Glass son verdaderamente útiles. Falta de un filtrado contextual que aumentaría considerablemente la usabilidad de las gafas. El problema es que el sistema operativo de Google no incorporará esta mejora hasta 2015.
Batería
La duración de la batería es uno de los principales hándicaps de un equipo pensado únicamente como dispositivo móvil. La autonomía es muy limitada y es uno de los mayores retos que los de Mountain View deberán afrontar antes de comercializar su producto.
Seguridad e invasión
Los usuarios tienen serias dudas de la seguridad de las Google Glass. Y es que permiten almacenar y conocer a la compañía hasta que producto estamos mirando en el supermercado gracias al sensor de movimiento ocular. La posibilidad de hacer fotos sin de manera totalmente discreta tampoco termina de ser plato de buen gusto por las posibilidades mal intencionadas que abarca. Todos los datos recogidos tendrían como objetivo configurar la famosa publicidad dirigida, como ya hace Google con su buscador, por ejemplo. Pero los más desconfiados piensan que podrían destinarse para otros fines y en medio de la situación actual, estas sospechas no ayudan.
Según los expertos, las Google Glass son aún un producto sin acabar, con mucho camino por delante, y que la expectación levantada alrededor no le favorecerá nada, ya que decepcionará a muchos de los que se atrevan a comprarlas, ya que el precio a pagar no será precisamente bajo. Los retos que tienen que afrontar son grandes para el poco tiempo que queda, y posiblemente sea en unos años, en versiones posteriores, cuando podremos realmente disfrutar de las Glass al máximo de sus posibilidades.