La impresión en tres dimensiones parece mucho más que una moda en el mercado de la tecnología. Consciente de la potencia que tiene, Microsoft apostará fuerte por ella tal y como demuestra la próxima actualización de Windows 8.1 en la que se muestra cómo imprimir en 3D será tan sencillo como en 2D.
En la última semana nos hemos hecho eco de los últimos avances en el campo de la impresión tridimensional. Con múltiples aplicaciones y un futuro prometedor que podría revolucionar no solo el sector tecnológico sino proporcionar utilidades básicas a los usuarios que a día de hoy son impensables hasta el punto paradójico de poder reproducirse a sí mismas.
Por ahora son pocos los fabricantes que se han lanzado de lleno a comercializar una tecnología que aún es cara. De cara a masificar este producto entre los consumidores necesitarán de los gigantes del mercado y uno de ellos como Microsoft parece que se va a volcar en este campo. Así lo demostrará con la próxima actualización de su sistema operativo. Windows 8.1, que estará disponible en su versión final dentro de dos meses, facilitará la impresión en 3D tal y como ha anunciado la compañía.
Su intención pasa por hacer de la impresión 3D un proceso tan sencillo y cómodo como la bidimensional. En la actualidad son múltiples los formatos de archivo que entran en el proceso de impresión a lo que hay que añadir las distintas aplicaciones para imprimir en 3D y la incompatibilidad entre dispositivos. Esto da lugar a pérdida de metadatos o malos escaneos de los objetos que tienen como resultado malas impresiones con las que pretende acabar el gigante de Redmond.
El objetivo de la compañía aún liderada por Steve Ballmer pasa por que los usuarios puedan imprimir en 3D en apenas dos clicks, de forma similar a como se imprime cualquier documento. Para ello se encuentra adaptando la próxima versión de Windows, que hará el trabajo que hasta ahora el usuario se veía obligado a hacer de forma manual para ajustar todos los parámetros. El nuevo formato de datos 3D Manufacturing Format (3MF) incluirá toda la información necesaria para que la impresora 3D ejecute el proceso por sí sola, aunque los usuarios tendrán la posibilidad de introducir los ajustes que deseen.
Así pues, parece que Microsoft apostará fuerte por un sector que apenas ha dado sus primeros pasos. Su futuro es muy prometedor y el movimiento a largo plazo de la compañía estadounidense parece muy acertado. Esperemos que de su apoyo se derive una mejora en los precios de estos dispositivos y que poco a poco empiecen a entrar en el hogar de los usuarios.