El parche KB4467691 impide que Windows 10 arranque ¿cuál es la solución?
Un investigador de Google, dedicado a la seguridad informática, alertó a Microsoft de un grave problema de seguridad que afecta a su navegador web Internet Explorer. Y la compañía de Redmond respondió, como es evidente, lanzando un parche de seguridad –de emergencia- para su sistema operativo Windows 10. Este parche soluciona el problema, pero está provocando problemas aún más graves en algunos ordenadores. Ahora, sencillamente no arrancan.
El problema de seguridad encontrado por Google, y que afecta a Internet Explorer, es una vulnerabilidad ‘de día cero’ por la cual se pueden conseguir derechos como administrador en el ordenador de la víctima en que se explote el fallo. Hace ya algunos días que Microsoft lanzó la actualización correspondiente, el parche KB4467691, para todos los ordenadores con Windows 10 –y versiones anteriores-. Y algunos de los usuarios que han aplicado la actualización se han encontrado con que su Windows 10 no arranca. Al parecer, la mayoría de los sistemas afectados son ordenadores portátiles de Lenovo con menos de 8 GB de memoria RAM, todos ellos con Windows 10.
¿Tu PC no arranca? Si tienes Windows 10 instalado, puede ser un problema con el parche KB4467691 lanzado por Microsoft hace unos días
En caso de que este problema te esté afectando a ti, o más bien a tu ordenador, la compañía de Redmond ha publicado una serie de pasos que hay que seguir para conseguir que el ordenador arranque con normalidad. Microsoft explica que tenemos que reiniciar el ordenador usando UEFI y que, una vez en la configuración de la BIOS debemos modificar los ajustes para desactivar el arranque seguro. Después de este primer paso deberíamos de guardar los ajustes modificados sobre la BIOS. En caso de que BitLocker esté activado en el ordenador, es posible que tengamos que usar los ajustes de recuperación.
No es la primera vez que una actualización de seguridad de Microsoft provoca problemas de este tipo. En este caso, parece que la solución es tan sencilla como deshabilitar el arranque seguro desde la configuración de la BIOS; en cualquier caso, un parche de seguridad no debería provocar que Windows 10 no arranque en un ordenador. Y esta actualización, aunque provoque problemas, es importante aplicarla porque se trata de una solución para una vulnerabilidad crítica en términos de seguridad.