Ríos de tinta han corrido en los últimos años con relación a las ondas de los teléfonos móviles y las conexiones inalámbricas. Sin que se haya terminado de encontrar ninguna evidencia científica definitiva, son muchos los que hablan de cáncer y otros problemas relacionados con la existencia de ondas electromagnéticas. La electrosensibilidad o ‘alergia al WiFi’ es la supuesta intolerancia a estas ondas. En Lleida, un tribunal debe decidir si otorga la invalidez total a una mujer que alega sufrir este trastorno.
La presunta ‘alergia al WiFi’ es un problema que no ha sido probado y, tanto la OMS como la UE y muchos otros organismos, lo niegan. En algunos casos, la cosa llega incluso a la justicia, tal y como nos ocupa en este artículo. Una funcionaria administrativa de la Generalitat de Catalunya, solicita una pensión por incapacidad permanente después de tres años de baja. Argumenta sufrir estos problemas que le causan, según su esposo, “Dolor de cabeza, sensación de ahogo, confusión mental y dificultad para concentrarse, boca seca, fatiga…”.
¿Pensión por ‘alergia al WiFi’?
El Juzgado de lo Social número 1 de Lleida dejó visto para sentencia ayer jueves este caso. No es la primera vez que un tribunal reconoce la incapacidad temporal por electrosensibilidad. El año pasado, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid se lo reconoció a un empleado de una empresa de telecomunicaciones. El caso de la funcionaria catalana vuelve a ser llevado por el mismo abogado que ya ganó en Madrid.
El esposo de la supuesta afectada explica que en 2011 su mujer empezó a sentirse mal sin saber los motivos. Cuenta que Rosa, su esposa, no puede ni coger el autobús por tener WiFi y que, para buscar piso, su marido la usaba como “un sensor” para detectar si llegaba el WiFi del vecino, algo que le impediría vivir en esa casa.
El problema es que no hay nada probado en esta materia. El Ministerio de Sanidad ha concluido que la exposición a ondas por debajo de los niveles establecidos no está demostrado que pueda implicar efectos nocivos para la salud. Francisco Vargas, médico epidemiológico y director científico del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), cree que una sentencia favorable sería un gran error y un fracaso para el conocimiento científico.
Por otro lado, tenemos a Julio Carmona, de la Plataforma Contra la Contaminación Electromagnética (PECCEM), que considera que se debe actuar con precaución debido al conocimiento actual. Este se basa en estimaciones de la Sociedad Española de Síndrome de Sensibilidad Central (SESSEC), plataforma que defiende la electrosensibilidad.
Por el momento, los expertos coinciden en que se debe seguir investigando pero que, por ahora, no hay evidencias de que cause problemas en la salud, siendo su riesgo muy pequeño. La único que falta por meter en la ecuación son datos más a largo plazo, que permitan averiguar si se han producido cambios importantes en los últimos años.
¿Qué os parece esto de la ‘alergia al WiFi’?