
Os hemos hablado en múltiples ocasiones de la tecnología G.fast. Se trata de una combinación de mejoras que permiten sacarle aún más jugo al maltrecho cable de cobre que nos ha acompañado durante mucho tiempo. Lo cierto es que no trata de sustituir a la fibra óptica y más bien busca reducir el coste del despliegue permitiendo aprovechar los últimos tramos de cobre del interior de los edificios. Se esperan 29 millones de acceso en 2021 con esta tecnología y os vamos a poner al día del estado de los diferentes proyectos y operadoras en todo el mundo.
Esta tecnología de red permite aprovechar las instalaciones actuales de cables de cobre, que en España se utilizan para ofrecer Internet bajo la tecnología ADSL, para ofrecer velocidades teóricas de hasta 500 Mbps. Varias compañías de todo el mundo han mostrado su interés en esta tecnología. Muchas de ellas han realizado pruebas, y algunas de ellas incluso han adelantado la fecha para su lanzamiento comercial. Se trata de una tecnología crucial en los nuevos despliegues bajo la tipología FttDP (fibre-to-the-distribution-point). Sin embargo, en España no hay ninguna operadora con planes para su uso.
G.fast y los diferentes proyectos en todo el mundo
Los países de Europa del este y norte son los que más apostarán por esta tecnología, siendo el continente que más crecerá en los próximos años. Tenemos a Elisa y TeliaSonera en Finlandi, Homenet en Noruega o Hrvatski Telecom en Croacia. Tampoco podemos olvidarnos de BT Openreach en Reino Unido, M-net y NetCologne en Alemania o Swisscom en Suiza. Por último, han realizado pruebas Deutsche Telekom en Alemania, Orange en Polonia o Proximus en Bélgica. El siguiente cuadro muestra el estado de adopción de G.fast por operadores y países.
Según el estudio que ha recopilado toda esta información, la presencia de esta tecnología será más agresiva en Europa. Todo ello se realizará para intentar cumplir las promesas de la Comisión Europea de ofrecer velocidades de 100 Mbps o superiores al 50% de la población en el año 2020. Por eso, muchas de las operadoras pertenecen a nuestro continente.
Por el contrario, en España se ha apostado por un método diferente que pasa por el despliegue de FTTH, liderando actualmente el número de hogares conectados en Europa. Además, el también gran despliegue de HFC se complementará con el estándar DOCSIS 3.1 para la máxima velocidad. La idea sigue siendo la de matar al cobre más pronto que tarde.
¿Qué os parece que en España nadie se haya interesado por G.fast? ¿Podría ser una buena solución en zonas rurales o donde la fibra todavía tardará años?