Los drones están de moda, y negarlo sería cerrar los ojos a la realidad. Y aunque el mayor éxito de los mismos viene por acoplar una cámara de vídeo o fotos para uso ocioso, lo cierto es que tienen muchas otras funciones. El que nos ocupa en esta ocasión, de hecho, cuenta con una cámara de vídeo acoplada en su cuerpo, pero su uso no es ocioso sino que está planteado como sistema de seguridad doméstico, es decir, como alternativa a las alarmas convencionales. Eso sí, de momento no está disponible y no lo estará hasta julio de 2017, como esos proyectos típicos de Kickstarter.
Se llama Cardinal, y en su página web oficial los creadores del mismo rezan ‘el primer drone autónomo de vigilancia doméstica’. Y dejando a un lado si es el primero o no, porque también hay inventos bastante parecidos de origen chino que no han tenido mucha repercusión, la cuestión es que está diseñado para vigilar nuestra casa desde las alturas, luego actuando de una forma similar a una alarma periférica, pero apoyándose no en la tecnología de detección de movimiento, sino sencillamente en una imagen constante con una cámara de vídeo. Claro que detecta movimientos, pero más concretamente detecta personas gracias a su software diseñado específicamente para ello. Y si nota un intruso, automáticamente alerta al smartphone vinculado.
Un drone como sustituto de la alarma doméstica convencional
El uso es tan sencillo como, tan pronto como vamos a salir de casa, activar el modo de vuelo autónomo y dejar que trabaje por sí solo. Entre sus especificaciones técnicas presume de una videocámara de 14 MP con resolución de vídeo en Full HD 1920 x 1080 píxeles y un sensor de infrarrojos, de modo que sus funciones no dejen de ser útiles cuando se hace de noche. El cuerpo del drone tiene un peso de 2 kg con la cámara ya incorporada, y uno de los puntos clave es que es tan pequeño como un puño de hombre adulto, pero la pega es que su autonomía es de sólo 20 minutos. De acuerdo, pero también hay que matizar que él solo se recarga en la base de alimentación correspondiente y retoma el vuelo en cuanto termina.
¿Es suficiente lo anterior? Pues habrá que ver cómo evoluciona el proyecto, que como comentábamos se podrá a la venta en julio de 2017, porque a priori lo más fácil es pensar que no estaremos vigilados mientras se está cargando. También tendría sentido que sus creadores hayan pensado en ello y nos muestren cómo se resuelve esta duda próximamente, porque sino, seguramente pocos estén dispuestos a pagar los 4.000 dólares que costará.