EL pasado año 2014 llegó a los teléfonos inteligentes la resolución QHD con 2560 x 1440 píxeles. El primer fabricante, dentro de la línea principal, fue LG Electronics con su LG G3, pero pronto se unió Samsung a la tendencia. Ahora, los últimos anuncios ya a apuntan a la resolución 4K para los móviles de alta gama de esta misma generación. Por su parte, Sharp ya ha presentado el primer panel 4K con una diagonal de 5,5 pulgadas.
Aún hay quejas sobre la optimización del consumo energético en terminales con pantallas QHD o 2560 x 1440 píxeles y, de hecho, quedan varios de los principales fabricantes por adoptar esta resolución. Sin embargo, los grandes en el desarrollo de paneles, como Sharp, LG Electronics o Samsung, ya plantean la llegada del 4K a los teléfonos inteligentes. Mientras Samsung ya ha mostrado la pantalla 4K de 3840 x 2160 píxeles que montará el Samsung Galaxy Note 5, el turno le toca ahora a Sharp, que ha mostrado una pantalla con mayor densidad de píxeles.
La compañía japonesa Sharp ha batido la marca de Samsung con un panel de diagonal más reducida, concretamente 5,5 pulgadas que con sus 3840 x 2160 píxeles resultan en una densidad de 806 píxeles por pulgada. Samsung, por su parte, ha anunciado un panel que alcanzará los 748 píxeles por pulgada. De esta forma, la compañía nipona se diferencia de sus competidores ofreciendo una densidad que duplica, prácticamente, la que tenemos actualmente en terminales Full HD 1920 x 1080 píxeles.
Procesador y batería, los componentes más afectados
En el chipset principal de los teléfonos inteligentes, el SoC, encontramos un reducido componente de hardware encargado de «mover» los gráficos que vemos en pantalla. Se trata del GPU o procesador de gráficos. Será esta pieza la encargada de dar vida a las imágenes 4K que estos paneles serán capaces de mostrar y, por lo tanto, el trabajo de Samsung (Exynos) o Qualcomm (Snapdragon), así como el de MediaTek se centrará, en los próximos meses, en optimizar la eficiencia energética para, con la potencia que es necesaria, no mermar la autonomía de terminales futuros.