En este artículo vamos a intentar reproducir la sustancial diferencia que puede haber en el día de día de dos personas en función de si disponen o no de un ordenador con HP Datapass. Se trata de acercarnos a la realidad plausible y ver “con los pies en el suelo” qué podemos ganar o perder si tenemos a mano siempre un ordenador con o sin conexión a Internet. Analiza lo que te vamos a contar y dinos qué quiere ser tu en tu día a día. Son ejemplos validos y reales, ejemplos de la gente que nos rodea, de manera que veamos de una manera clara la abismal, la diferencia que hay en un día normal entre tener un portátil con conexión permanente a Internet a carecer de él.
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Perfil 1: estudiante conectado
Pensemos ahora en un estudiante joven y conectado que se enfrenta a la dura tarea de acudir a las clases universitarias. Antes de salir de casa, como es normal, revisa su correo electrónico y toma unos apuntes necesarios para ser el chico listo de la clase de hoy. Como también es normal los obtiene de Internet. Una vez en el transporte público que le lleva a la universidad se da cuenta de que hay un tema del que le convendría tener más información para brillar en la clase que le espera a primera hora. Mientras que se desplaza por la ciudad, abre su portátil HP x360 y recupera esa información, lo que le permite a buen seguro brillar en la clase como pocos. En paralelo el estudiante analógico simplemente viaja en el transporte público y contempla la ciudad. Intenta hacer memoria para no perder detalle alguno de lo que acaba de ver en Internet hace ya media hora. Abre el móvil y lee de nuevo el asunto, pero la pantalla no le permite leer cómodamente y desiste. Además, no quiere gastar muchos datos, que siempre es bueno no pasarse de la tarifa plana para no tener ningún susto a final de mes.
Conexión para estudiar mejor
Los dos llegan a la universidad, nuestro estudiante conectado entra en clase absolutamente informado y con la información necesaria para afrontar la clase sin ningún tipo de complejos. No le hace falta WiFi, ni siquiera se preocupa de ella, la conexión HP Datapass está ahí, lista para darle alta velocidad con la conexión 3G Plus. Recordemos que se trata de una conexión que no necesariamente debe estar en el portátil, sino que la firma lo ofrece para sus tablets. Pero volvamos a la clase, durante la misma saca su portátil y completa la información que le hace falta. Hoy va a ser sin duda el más listo de la clase, algo que todos nos ha gustado ser alguna vez en la vida. Al otro lado el estudiante analógico es uno más, no puede brillar y desde luego no puede decir nada relevante. Sus consultas desde el móvil le permiten estar más seguro de los normal, pero no puede estar a la altura de su compañero. Al final de la clase llega la hora de divertirse, llega la hora de tomar algo en la cafetería de la universidad con los compañeros de clase. Estamos ante el típico ambiente estudiantil, ocio a raudales, donde viene de lujo podernos conectar a la Red y qué pasa en las redes sociales, dónde más que nunca los estudiantes de hoy en día viven su juventud a su manera. Nada de claves WiFi, nada de tiempos de esperar, de conectarte a través del móvil de un compañero. Conectas el HP x360 y listo. Todo el mundo social de la universidad está delante de tu pantalla.
Sin conexión no eres nada
Nuestro estudiante analógico es un hombre solo en el bar digitalmente hablando, abre su teléfono móvil e intenta quitarse los correos electrónicos, hace lo propio con las redes sociales pero no con todos los lujos que le gustaría, ya que la tarifa de datos del móvil baja de forma endiablada el teléfono móvil. Una tarifa que sirve para navegar, para el correo electrónico, para las redes sociales y para la música online, por lo que no es extraño que antes de fin de mes esa tarifa haya dicho basta.
Al final del día los dos estudiantes vuelven a casa, el estudiante digital, el más “in” del momento, disfruta de su música online, se está pegando el gustazo de escuchar a su grupo favorito en medio de la ciudad. Le importa poco el ruido que hay fuera, él está disfrutando de su música favorita a través de Internet. Nuestro o estudiante analógico contempla una vez más la ciudad, con unas ganas tremendas de llegar a casa, agarrar el ordenador y quitarse del medio no solamente todos los correos electrónicos del día sino de poder ver por fin y con tranquilidad qué ha pasado en sus redes sociales. Ya se sabe, un día sin visitar las redes sociales es como ser parte del pasado en la juventud de hoy.
Perfil 2: Negocios conectados
Pensemos en una persona que se levanta por la mañana y que tiene que acudir a una reunión. Coge su automóvil y en una hora está en el centro de la ciudad, listo para entrar a la reunión de turno. Cómo ha ido antes de tiempo para evitarse problemas de tráfico está en una cafetería tomando un café. En ese momento abre su portátil convertible con conexión a Internet HP Datapass y consulta sus correos despachando un tema muy importante que por casualidad le acaba de llegar a su buzón. El otro hombre, analógico podríamos decir, saborea el café sin duda alguna mejor que nuestro primer personaje pero su buzón de correo electrónico empieza a engordar.
Ambiente de reunión
Ya estamos reunidos, nuestro primer hombre, el conectado atiende a la reunión y participa en ella con naturalidad. En un momento determinado, como suele pasar, hay una duda sobre el tema a tratar y nada mejor que acudir a Internet para solucionarlo. Nuestro hombre conectado tarda apenas unos segundos en tener en su pantalla la información para que la reunión siga adelante. El hombre analógico por el contrario tendrá que fiarse de sus compañeros de reunión o en su defecto entrar a Internet desde el móvil, con el consiguiente consumo de su tarifa de datos. Piensa en conectar su portátil al móvil pero eso, por un lado disparará el consumo de su tarifa de datos y por otro, dejará la batería de su móvil en las últimas. Para evitarlo pide la clave de la WiFi de la empresa, lo cual le lleva a perder tiempo de la reunión en configurar la conexión. Además es una realidad que no en todas las empresas te pueden dar la clave de la conexión WiFi, por temas de seguridad, por lo que este tipo de gestos en muchos casos, no hace sino que poner en un compromiso a los propios anfitriones. Pero sigamos con la reunión…
Bueno ya no, ha terminado. Nuestro hombre digital sale disparado hacia el parking, coge su coche y acude a una comida de negocios. Ya en la mesa y momentos antes de que lleguen sus invitados, vuelve a chequear el correo electrónico y cómo no, consulta un par de fuentes en Internet que le aportan la información necesaria para abordar la comida de negocios con muchas más garantías. En ese momento Facebook le avisa de que sus hijos han puesto una nueva foto en la universidad donde están estudiando al otro lado del Atlántico. Con unas paternal sonrisa cierra el portátil y se encuentra absolutamente preparado para una importante comida de negocios. El hombre analógico no sólo vive al margen de las redes sociales sino que es obvio que va a enfrentarse a un importante comida de negocios con muchísimas menos garantías. Está bien puede hacer lo mismo desde el móvil pero, por un lado, no es lo mismo disfrutar de la red en la pantalla del móvil que en la de un ordenador y además, la tarifa de datos del móvil sigue bajando, algo que debemos controlar sino queremos quedarnos sin conexión a final de mes.
Trabajar es un placer
Después de la comida nuestro hombre conectado vuelve la oficina, su buzón de correo electrónico está vacío, tiene todo el tiempo del mundo para dedicarse a trabajar sin ningún tipo de interferencia. Nuestro hombre analógico por el contrario tiene por delante más de una hora de trabajo que la empleada en limpiar su buzón de correo electrónico. Algo que afectará directamente a su rendimiento laboral por no poder dedicarse a trabajar mientras nuestro hombre conectado no sólo ya trabaja en su despacho sino que además ha puesto su HP x360 tapas en modo tablet y está contemplando las fotos que constantemente sus hijos le ponen en Facebook. Acto seguido ha activado un widget de los que tiene Windows 8.1 donde le tienen al día de las cotizaciones de La Bolsa y de las últimas noticias financieras, algo absolutamente vital para él.
El final del día se acerca, el hombre conectado sale así al gimnasio, se cuida porque tiene tiempo, es algo que todos soñamos, sólo da un vistazo a su buzón de correo electrónico y listo. El hombre analógico permanece en la oficina, tiene mucho trabajo por delante, no sólo en Internet, si no fuera de ella. No hay tiempo para el gimnasio, el día se acaba. Es tarde.