Ha pasado por nuestras manos uno de los últimos Smart TV de la marca TCL que tanto ruido están haciendo al patrocinar a la Selección Española de Fútbol. Y aunque es un producto destacable, hemos encontrado en él bastantes puntos que nos han dejado algo más fríos de lo que esperábamos y lo que nos hace que no sería la primera opción a recomendar para una compra de este calibre, pese a lo que hemos visto en otros análisis.
Sobre el papel, estamos ante un interesante listado de características para un televisor que cuesta la friolera de alrededor de unos 2.000 euros:
- Tamaño: 75″
- Resolución: 3840×2160
- Tasa de refresco: 144 Hz
- Tecnología panel: QLED
- Iluminación panel: Mini LED
- Formatos: HDR Dolby Vision IQ, HDR10+ y HDR10
- O.: Google TV (ATV 11.0)
- Procesador: AiPQ 3.0 Processor
- Micrófono inteligente Integrado en el mando
- Conectividad inalámbrica Wifi (Built-in ax/ac/n 2.4/5Ghz MIMO), Bluetooth (A2DP, HID), AirPlay 2
- Potencia sonido: 2x20W + 20W, Subwoofer
- Sonido: Dolby ATMOS. DTS Virtual-X, Virtualization & upmix
- Tamaño (ancho x alto x profundo): 1671 x 993 x 32 mm
- Peso sin soporte: 32.60Kg
- VESA compatible: Si (400×400)
Es un televisor de 75 pulgadas de generosas dimensiones, en el que se ha optado en lugar de las dos patas laterales por una peana central. Esto es puramente cuestión de gustos, pero cuando llegamos a según qué tamaños, da la sensación de que no es la mejor opción ya que el televisor tiende a balancearse más de la cuenta al moverlo un poco. Puede ser sensación personal pero dos puntos de apoyo parecen más seguro.
Otro detalle que siempre hay que echar un vistazo es el mando que acompaña al televisor. Correcto y práctico, al menos en su mayor parte. Tenemos botones típicos además del que sirve para activar el Google Assistant para el control de voz. Lo que nos parece desaprovechado son los botones inferiores donde está configurado Netflix, Amazon Prime Video y YouTube, quedándose el resto para autopromoción de TCL un par de ellos y el último, al menos, para el acceso al navegador de Internet. Al menos creemos que los de TCL son prescindibles y daría espacio a más servicios de streaming. O, tomando el ejemplo del que da acceso al navegador, no estaría mal un acceso directo al modo especial para videojuegos.
Mini LED, pero no de los mejores
Sin duda, entre sus características, además del panel QLED, lo que destaca y parece justificar el precio es el Mini LED, el panel encargado de la iluminación que, a diferencia de los paneles LED normales, cuenta con un mayor número de LEDS por pulgada lo que permite, en teoría, un contraste y brillo superiores.
Y, las cosas como son, el televisor se ve muy bien con una tasa de brillo de hasta 2000 nits además de compatibilidad con todos los formatos de HDR y Dolby Vision. Pero es que en este punto ya empezamos a ver las costuras de este producto que padece de un mal llamado “blooming”. Para el que no lo sepa, se trata de ese halo que aparece en imágenes con mucho contraste (blanco/negro), algo que en mayor o menor medida pasa con los Mini LED pero que en este TCL lo hemos visto acentuado. Si por curiosidad queréis ver si vuestro televisor lo padece, podéis pasarle un test con este vídeo de YouTube.
Una serie de pequeños fallos muy molestos
Recordemos que hablamos de un televisor de 2.000 euros, por lo que, hay que ser exigentes en este aspecto. Esto se une a una experiencia con Google TV bastante cuestionable. No sabemos si es por parte de TLC o de Google, o por la integración del software de uno con el otro, pero los problemas y los pequeños “fastidios” son constantes.
Por ejemplo, cada cierto tiempo, y fue imposible evitarlo, aparece un mensaje para vincular dispositivos Bluetooth incluso cuando no queremos hacerlo. Da la sensación de que el televisor está constantemente en modo “búsqueda” y cuando hay alguno disponible intenta sin cesar conectarse. Imaginad lo molesto que es ver aparecer el mensaje de emparejamiento cuando estás disfrutando de un momento épico en tu serie o película favorita.
Por otro lado, la unidad de review que tuvimos en nuestras manos, no dejaba quieto el nivel de brillo. Es cierto que el televisor cuenta con una opción que ajusta el brillo de forma dinámica, pero eso hace que estés viendo como cambia la imagen constantemente en función de cualquier mínimo cambio de iluminación en la sala. Esto se podría solucionar porque podemos desconectar este modo… pero es que vuelve a activarse cada cierto tiempo por su cuenta y riesgo.
Además, TCL sufre de problemas como los que tienen algunos otros fabricantes de televisores de gran tamaño. Una tele tan grande es también un “black mirror” enorme, y si el tratamiento del cristal externo no es adecuado, los reflejos que podemos tener en él son incontrolables. Es cierto que no es algo exagerado en este televisor, pero, volviendo al precio, es molesto cuando piensas en que te has gastado una suma tan importante. Por otro lado, Google TV es una opción muy versátil a la hora del sistema operativo de un televisor, pero ni por asomo es la más estable frente a las opciones que ofrecen, por ejemplo, Samsung o LG con sus ecosistemas. Que de vez en cuando tendrás que cerrar la aplicación de streaming de turno porque se te cuelga, volvemos a repetir, aunque no sea culpa de TLC sino de Google, es algo que tarde o temprano pasará, y no dejará de hacerlo.
Rendimiento en videojuegos y audio notable, pero no sobresaliente
Por otra parte, cuenta con un panel de 144Hz, algo nada desdeñable para los que vais a conectar la consola. Esto unido al ALLM (Modo de Latencia Automática) y al VRR (Velocidad de Refresco Variable) que reducen la latencia y adaptan la tasa de refresco dinámicamente, cumplen su función con creces y como hemos visto ya en otros televisores, dado que son tecnologías ampliamente presentes en el mercado. Por tanto, su rendimiento en TCL es también notable y se disfruta mucho.
Hay que destacar el Modo de Juego, donde es verdad que TCL ha dado una vuelta de tuerca a lo que se puede encontrar en otros Google TV. Nos permite modificar numerosos parámetros y adaptar el televisor al tipo de juego aunque la verdad, sólo da opciones para RPG, FPS u «original».
Otros como los de carreras, donde también el framerate o el rendimiento del HDR hay que ir tocándolo a mano ya que no está preconfigurado. Otro detalle que nos ha descolocado es que, bien es cierto que no teníamos a mano una PS5 para probar si ocurría con todos, pero si tenéis una Xbox (Series S en este caso) el televisor no lo reconoce, de ahí el «Dispositivo desconocido» que podéis ver en la pantalla.
Otras opciones que nos permite este modo es activar la barra que podéis ver en la imagen en cualquier momento desde el mando a distancia para hacer capturas o, incluso, ayudarnos para el apuntado – que simplemente es una marca en la pantalla que nos guiará, no creáis que vais a tener más puntería por activarlo 😉 -.
En la parte de audio, contamos con un sistema de sonido 2.1, es decir, es un estéreo con un punto “envolvente”. Esta firmado por Onkyo y cuenta con tecnología Dolby Atmos. No se puede decir que sea el “tope de gama” de los que hay presentes en el mercado, pero sus dos altavoces y el subwoofer dan una potencia de 60W, suficiente para cualquier salón y para disfrutar, sin florituras, de una película o serie.
Conclusión
La verdad es que es una pena que un televisor con tan buena presencia como el TCL 75C845 acabe perdiendo puntos por detalles que, si bien no son grandes errores, van minando la experiencia con un equipo en el que parece que se ha puesto más interés en mostrar que es la tele de “la Roja” que en pulir los detalles que debería tener superados un equipo de 2.000 euros. Si optáis por él, estáis avisados, pero si nos permitís una recomendación, quizás es mejor echar un vistazo a otras opciones que por el mismo dinero están mejor rematadas.