El clima en Marte es mucho más extremo que el que podemos encontrar en la Tierra. En el planeta rojo es habitual que se originen tormentas de polvo provocadas por fuertes vientos que azotan el planeta frecuentemente. Los conocidos como “Diablos de polvo” son una de las amenazas a las que se tendrán que enfrentar los futuros astronautas, pero ¿es la más peligrosa de todas?
La evolución del clima en Marte se originó de una manera muy parecida al clima primitivo de la Tierra, pero el del planeta rojo siguió una vía evolutiva diferente. Hace años el clima era bastante cálido, pero hoy en día Marte es tan frío que el dióxido de carbono llega a congelarse en sus polos. En la carrera por conquistar Marte en la que se encuentran la NASA o empresas privadas como SpaceX, además de lograr aterrizar en Marte con éxito, la primera misión tripulada tendrá que estar preparada para enfrentarse a las adversidades climáticas y a otros riesgos.
Estación medioambiental MEDA
Gracias a la estación meteorológica del Perseverance MEDA podemos saber qué tiempo hace en Marte. Este instrumento se ha desarrollado en España y va a bordo del rover Perserverance. Además de la temperatura del planeta rojo, MEDA también mide la presión atmosférica, la radiación ultravioleta de la superficie marciana, la humedad y la temperatura del suelo alrededor del rover. La NASA actualiza los datos con frecuencia en la web.
La última medición es del 11 de octubre de 2021 y, como podemos apreciar, las temperaturas son extremadamente frías llegando a los 80 grados bajo cero en algunos casos con máximas de 19 grados bajo cero. MEDA proporciona datos totalmente fundamentales para que la NASA pueda diseñar los trajes espaciales y módulos de protección los futuros habitantes de Marte.
Inclemencias meteorológicas
Las mejores películas de extraterrestres y ciencia ficción ya nos avanzan y muestran algunos de los fenómenos meteorológicos o peligros a los que se pueden enfrentar los astronautas a su llegada a Marte.
Atmósfera marciana
Una de las amenazas más inmediatas para la salud humana es la baja presión existente en el planeta debido a la poca densidad de su atmósfera. Según Pascal Lee, científico planetario del Centro de Investigación Ames de la NASA y del SETI (Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre),
la baja presión atmosférica mataría a un astronauta no protegido más rápido que cualquier otra amenaza. El científico explico en la conferencia “Humans to Mars Summit” que “si un astronauta estuviera sin protección en Marte, su sangre empezaría a hervir, incluso a temperatura ambiente”.
La atmósfera de Marte contiene entorno a un 95% de dióxido de carbono por lo que respirar este gas provocaría la muerte por hipoxia de una persona.
Radiación
La falta de campo magnético global en Marte combinado con su delgada atmósfera permite la llegada a la superficie del planeta rayos cósmico de alta energía y partículas solares que provocan la muerte en pocos meses.
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha llegado a la conclusión de que los astronautas de una futura misión a Marte estarían expuestos en su viaje de ida y vuelta al planeta rojo al 60% del total de la radiación recomendada para el conjunto de sus carreras profesionales con el consiguiente riesgo para la salud que ello implica.
Estudios de la NASA a lo largo de los años han corroborado que la exposición a la radiación de Marte puede causar problemas radiobiológicos asociados a un incremento de padecer cáncer y el desarrollo de problemas cardiovasculares motivados por mutaciones genéticas. Otras investigaciones se centran en analizar el aumento de la tasa de muerte asociada a la exposición de radiación conocido como REID. Simplemente evaluando problemas relacionados con la aparición de tumores o enfermedades cardiovasculares el incremento del REID sería de un 10% y 20% en misiones tripuladas a Marte.
Tormentas de polvo nocivo
La superficie Marciana está cubierta por un polvo tóxico de grano fino y abrasivo muy nocivo para nuestros pulmones. Las tormentas marcianas con vientos de hasta 100 km/h pueden durar meses y convertir el día en noche debido a las partículas de polvo suspendidas. Elon Musk imagina que mediante paneles solares la futura Base Alfa marciana podría abastecerse de energía. Con una tormenta de este calibre los paneles dejarían de producir energía lo que llevaría a provocar el fallo de todos los sistemas vitales de los astronautas que se encuentren en la base. Bajo una emergencia, la tormenta tampoco posibilitaría el despegue de ninguna nave.
Diablos de polvo
Los tornados que se forman en el planeta rojo son conocidos como “dust devils” o diablos de polvo. El aire que se encuentra sobre la superficie se calienta y asciende girando rápidamente alcanzando alturas de hasta 8 kilómetros. Cuando la NASA ha capturado este fenómeno parece que el tornado camina sobre la superficie empujado por los vientos horizontales. Los tornados suelen originarse durante el verano marciano en una de las llanuras más planas de la superficie de Marte conocida como Amazonis Plantia.
A pesar de que este fenómeno meteorológico pueda parecer devastador estudios de la NASA centrados en analizar las tormentas de polvo marcianas e imágenes captadas por el rover Curiosity de la agencia espacial han descubierto que estos “demonios” son útiles para limpiar el polvo de los paneles de naves espaciales con energía solar. Sin embargo, a su vez también hay evidencias de que los tornados de polvo desaparecen durante una tormenta de arena. “Esto sucede debido a una interrupción en el mismo proceso de generación de viento que podría afectar el movimiento de las dunas de arena” afirma Lonnie Shekhtman de la NASA.
Tras los fenómenos atmosféricos analizados los tornados de Marte no apuntan a ser lo más peligroso a lo que puedan enfrentarse los futuros astronautas que visiten el planeta rojo. Amenazas como la radiación y la propia atmósfera marciana suponen el primer peligro al que se enfrentarán los astronautas. Las tormentas de polvo tienen la cualidad de prolongarse más en el tiempo y tener carácter más destructor, así que los tornados no serían el principal punto de amenaza.
