Con el aumento de la temperatura en verano, es posible que te estés preguntando si hay riesgo de que tu disco duro se queme. Porque es posible que alguna vez te hayas encontrado con un aviso en tu ordenador informándote de posibles problemas en este componente y que suelas oír historias de auténtica pesadilla de algunos incidentes relacionados. ¿Realmente hay riesgo si le das mucho uso en pleno verano?
Un disco duro es muy sensible al calor. Tanto que necesita un buen sistema de refrigeración dentro del ordenador para que tu equipo no comience a darte errores y acabe reiniciándose o apagándose. Posiblemente, eso sí, no vayas a ver cómo tu ordenador arde en llamas debido a tu disco duro. Pero esto no significa que no puedas exponerte a riesgos y que tu equipo no se vaya a ver afectado.
El problema de la temperatura
El volumen de calor que se puede concentrar dentro de un ordenador es demasiado alto. Todo el mundo sabe que tener el PC demasiado caliente no es algo bueno. Es ahí cuando comienzan los problemas, y no solo para el disco duro. Esto puede estar ocurriendo porque el sistema de ventilación no funcione correctamente o incluso porque el calor es demasiado elevado. Quizá el ventilador de tu equipo esté actuando de manera adecuada, pero que, de todas formas, la temperatura haya ganado la batalla. Eso significará que todo el interior comenzará a calentarse, en especial aquellos componentes que resisten menos el aumento de temperatura. Y el disco duro, será uno de ellos.
Habrá dos factores que te harán ver que el ventilador del ordenador está teniendo un problema, como que se escuchen unos sonidos de «clic» y que no escuches el «ruido» de movimiento que suelen hacer. O quizá el ventilador esté moviéndose, pero mucho más lento de lo habitual, lo que también afectará a la capacidad para disipar el calor. En cualquier caso, intenta tener cuidado para que el disco duro no acabe teniendo problemas.
Una de las cosas que le podrían pasar al disco duro es que el recubrimiento magnético que tiene se vea afectado debido al calor. Esta es la parte donde están guardados los dados, así que te puedes imaginar que es realmente sensible. Lo que hará la temperatura no será que arda en llamas, pero sí que podría provocar que algunas zonas de esa zona magnética dejen de funcionar. Por lo tanto, la capacidad de tu disco duro se reduciría y habría partes que no tendrían capacidad de continuar guardando datos. Si esos aumentos de calor siguen, te expondrás a que cada vez tu disco duro funcione peor y que termines por tener que cambiarlo de una manera irremediable.
Discos duros defectuosos
Hay casos en los que un problema de componentes puede afectar al disco duro tal y como ha ocurrido recientemente con aquellos modelos SSD que están dotados del controlador Phison PS5026-E26. El problema quedó registrado en distintos discos duros, como los PCIe 5.0, el Corsair MP700 SSD o el Seagate FireCuda 540, entre otros. En este caso, el aumento de temperatura provocaba una situación tan drástica que los ordenadores se apagaban prácticamente al instante. En otros casos, comenzaban a aparecer errores en pantalla informando del problema y luego se apagaban o reiniciaban.
Los expertos han hablado de cómo el problema es que hay discos duros que se comercializan sin disipador de calor cuando, en realidad, lo necesitan. También hay casos en los que el resto de componentes, como la placa madre, no están dotados de las medidas de ventilación adecuadas para que los equipos funcionen de una forma correcta. Y, otras veces, el problema reside en el alto nivel de velocidad que se intenta aportar al disco duro, lo que termina incrementando también el volumen de calor que genera.
Debido a ello, ante cualquier posible indicio de que tu disco duro está comenzando a tener problemas de temperatura, es conveniente que actúes y que tomes medidas para evitar problemas. Revisar los componentes, usar un disipador de calor, una plataforma de temperatura adecuada que refrigere el equipo o tomar otras medidas son, por ejemplo, ideas fundamentales.
Tampoco olvides que un problema de electricidad, como una bajada de tensión, también podría derivar en que tu disco duro sufra alguna avería. De todas formas, no es lo habitual, y si ocurre, seguramente no lo apreciarás al momento viendo cómo sale humo del interior del equipo. Será algo que irá notándose a medida que pasen los días con errores y mensajes de Windows en los que se te informará del fallo inminente que estás a punto de sufrir. Ante todo, recuerda hacer copias de seguridad y no dejes mucho el cambio de disco duro si tu ordenador ya te está avisando de que deberías hacerlo.
¿Y si el disco duro se ha quemado y no has podido hacer una copia de seguridad o no tienes tus archivos en la nube? La situación, por supuesto, es problemática. Debes tener en cuenta que un disco duro no deja de funcionar y, al instante, desaparecen todos los datos que hubiera almacenados en el mismo. El funcionamiento de este componente es más complejo, lo que, al mismo tiempo, también significa que existen ciertas posibilidades de que recuperes tus datos, ya sean en su totalidad o en parte.
Primero de todo, recuerda que no debes nunca meter el disco duro en un congelador. Puede sonar un poco loco, pero no serías el primero que lo piensa. Lo que ocurrirá será que le harás más daño del que ya ha sufrido por las quemaduras y el calor. En su lugar, lo más recomendable es que intentes conectar el disco duro averiado a otro ordenador en el que puedas leerlo o que lo instales en su interior si es una unidad interna. A partir de ahí, trata de ver si puedes navegar por tus archivos o si necesitas software especializado para acceder a ellos.
Si ninguna de las soluciones manuales funcionan, la buena noticia es que hay multitud de empresas que se dedican a la recuperación de discos duros averiados. No significa que, al 100%, vayas a conseguir recuperar tus archvios, pero sí que existen posibilidades de que lo logres.
En el caso de necesitar un nuevo disco duro para tu ordenador, ¿qué modelo utilizar? Con los equipos de sobremesa lo tienes bastante fácil, puesto que los niveles de compatibilidad son realmente altos. Pero con los ordenadores portátiles la situación se complica. En ese caso tienes que recurrir a visitar la web del fabricante del ordenador y localizar la ficha del equipo para comprobar los rangos de compatibilidad. Si no lo encuentras, lo mejor que puedes hacer es recurrir a hacer una búsqueda en Google incluyendo el modelo de tu equipo y la palabra «disco duro compatible». Esto también lo puedes hacer directamente en tiendas online, ya que así podrías simplificar el proceso de encontrar nuevo disco duro.