El Bluetooth es una de esas conexiones que hace años apenas te importaban más allá de enviar fotos de un móvil a otro cuando no había 3G ni 4G. Pero ahora lo utilizamos constantemente: para conectar tus cascos inalámbricos, para conectar tu reloj, para enviar música a un altavoz inteligente en casa… Así que puede que te hayas preguntado, ¿merece la pena tenerlo siempre encendido en el móvil? Y te explicamos por qué deberías apagar el Bluetooth cuando no lo estás usando.
Aunque es realmente útil, no siempre estamos conectados a todo tipo de aparatos que necesitan esta conexión así que deberías apagarlo y te decimos las razones.
Problemas de tener encendido el Bluetooth
¿Cuáles son los problemas habituales que podemos tener si el Bluetooth está encendido? Hay algunos riesgos en cuanto a seguridad pero seguro que también te has preguntado si vas a gastar más batería o si hay datos que pueden filtrarse.
Consume más batería
Vayamos primero a uno de los factores que más te puede preocupar: cuanto más tiempo tengas encendido el Bluetooth, más batería consumirás. Esta no es una variable fija, ya que, con el paso de las versiones, estas se optimizan para ahorrar batería.
¿Cuánta batería gasta? Depende. Pero según diferentes pruebas, como una realizada por la web Andorid Authority en 2022, encender el Bluetooth consumiría solo 1,8% más de batería en comparación con los móviles que tenían la tecnología inalámbrica apagada. En promedio, los dispositivos consumieron el 49,4 % de su batería durante esta prueba de 26 horas con Bluetooth apagado frente al 51,2 % con Bluetooth encendido. Extrapolando esto a un ciclo de carga completo, Bluetooth consume menos del 4 % de la vida útil adicional de la batería.
Es poco pero debes tener en cuenta que sí consumirá algo más si te queda poca batería o eres de esas personas que quieren exprimirlas al máximo.
Somos más vulnerables
Puede parecer que el mantener el Bluetooth del dispositivo móvil siempre encendido no suponga ningún tipo de problema para el smartphone, pero la realidad es que cualquier delincuente cibernético se puede aprovechar de esto para el robo de datos o, incluso, situaciones mucho peores.
Es por esto que decimos que la desactivación de esta reduce la superficie de ataque remoto de los dispositivos y también puede evitar que te conectes involuntariamente a dispositivos y servicios Bluetooth desconocidos. O lo que es lo mismo; debe estar habilitado solo cuando se usa activamente.
Envío continuo de información
Un elemento peculiar sobre la tecnología Bluetooth es que, siempre que esté activada, va a estar enviando datos. Independientemente de si está vinculada a un dispositivo o no. La interfaz Bluetooth envía periódicamente nuestro UUID (identificador único universal) para que otros aparatos en alcance pudieran conectarse.
El problema son los datos que se pueden extraer de ese UUID, comenzando por localizar geográficamente el dispositivo emisor. Este envío de información sucede incluso si tenemos oculto el aparato dentro de la detección, seguirá enviando este tipo de información. Como podéis intuir, esto puede suponer un agujero de seguridad importante y poner en riesgo la seguridad de nuestro smartphone o cualquier otro tipo de dispositivo inalámbrico.
Además, pone en riesgo nuestra privacidad. Cuando dejas el bluetooth de tu dispositivo encendido, podría ser detectado por otros, lo que puede llevar a un seguimiento indeseado de nuestra localización. Apagarlo mientras no lo estás usando te dará algo más de control sobre quién puede ver tu dispositivo y dónde está.
Tipos de ataques que puedes sufrir
Como te hemos explicado en párrafos anteriores, tener el Bluetooth siempre conectado puede hacerte más vulnerable y hacer que recibas mucho más ataques… Pero, ¿qué pueden hacernos?
Además de cambiar los datos que mandemos para hacerse pasar por nosotros y suplantar la identidad. A continuación, te mostramos los que son los diferentes peligros que afectan a la conexión Bluetooth y qué medidas tomar para protegerse.
Bluebugging. Este tipo de ataques son los más graves y se aprovechan de ‘bugs’ en la identificación del dispositivo para controlarlo por completo. Los objetivos de los atacantes son diversos, desde ciberespionaje hasta robo de datos, propagación de virus e incluso creación de redes botnet (robots informáticos).
Bluejacking. Otro de los peligros es el bluejacking, que consiste en el envío masivo de spam entre dispositivos conectados a Bluetooth. En este caso, el atacante usa el protocolo del sistema para enviar mensajes no solicitados a la víctima a través de una vCard (tarjeta personal electrónica), una nota o un contacto. Suele usar el propio nombre del dispositivo como spam para ser más efectivo.
Bluesnarfing. Uno de los ataques vía bluetooth más utilizados. Tiene como objetivo principal la extracción de información personal almacenada en tu dispositivo a través de la conexión bluetooth sin que te des cuenta, aprovechando vulnerabilidades en el software o una mala configuración del dispositivo.
Conclusión
Entonces, ¿qué hacemos? Como ves, lo mejor es desactivar el Bluetooth una vez no lo estemos usando. Puede ser que tengamos la ventaja de una mejor o conexión más rápida con otros dispositivos mediante los canales de WiFi, pero ello tiene un peso mucho menor si tenemos en cuenta el hecho de que supone un peligro para la información que se almacena en el propio dispositivo. Aunque siempre debemos ser realistas y cada vez es más habitual que utilicemos esta tecnología en nuestro día a día y renunciar a ella también tiene inconvenientes…
Si desactivas el Bluetooth no podrás usar los cascos inalámbricos en ese momento, por ejemplo. Y tampoco podrás recibir las notificaciones de llamadas o mensajes en el reloj. Así que debemos entender siempre que existen ventajas e inconvenientes y debemos valorar qué pesa más.