¿Te cuesta entender los diálogos de las películas? No eres el único y el problema no es tuyo

¿Te cuesta entender los diálogos de las películas? No eres el único y el problema no es tuyo

Justo Romanos

Es posible que lo hayas comenzado a notar hace poco: los diálogos de las películas cada vez se escuchan peor. Quizá pienses que es problema tuyo, pero lo cierto es que se trata de algo más complejo de lo que puedas imaginar. La industria es consciente de lo que está pasando y no parece que nadie le ponga remedio.

No escuchas bien una conversación en una película y subes el volumen. Luego te encuentras con que el resto del audio está tan alto que tus oídos parecen sangrar del dolor. Pero lo subes porque es la única manera de escuchar lo que dicen. Y te planteas muchas posibilidades, como que los actores no estén vocalizando, que te estés haciendo mayor o que tu equipo de sonido tenga algún problema. Pero ni una cosa ni la otra, el problema es distinto.

Los expertos lo reconocen

Como te decimos, todos esos motivos posibles que te hemos mencionado en el párrafo anterior, aunque suenen bien, no son la explicación. El problema es más simple y más preocupante: la calidad de las pistas de diálogo en películas y series está empeorando. ¿Por qué? Hay distintos especialistas que hablan de ello y aportan sus propias teorías, dado que no hay una explicación absoluta que lo explique.

Uno de los motivos es que, de manera deliberada, las productoras están sacrificando la calidad de los diálogos a cambio de poder ahorrar en costes. Por ejemplo, para conseguir el mejor audio en las conversaciones se requiere colocar los micrófonos en lugares concretos y, en muchas ocasiones, con el uso de una pértiga. Pero el problema es que este accesorio suele incrementar la inversión en posproducción. Es frecuente que, para obtener el mejor resultado, el micrófono tenga que estar encima del actor y eso es algo que puede generar una sombra. Luego esa sombra se tiene que eliminar en posproducción, lo que hace que aumente el coste. Y, por lo general, las productoras prefieren no invertir el dinero en ello.

Hay más explicaciones

Otro de los problemas es técnico. Los expertos recuerdan que, cuando el sonido se grababa de forma analógica y no digital, todo era más sencillo. Quizá la tecnología no era tan avanzada, pero los diálogos, la música y los efectos de sonido estaban en armonía y no se encontraban en una constante lucha como ocurre en la actualidad. Con la tecnología actual, los diálogos tienden a ser el rival más débil y, cuando escuchas una película en la televisión sin equipo de sonido, tus altavoces están preparados para darle más relevancia a los efectos y a la música.

Además de esto, también se sabe que los diálogos que se graban con baja calidad después es muy difícil arreglarlos para que suenen mejor. Una vez ya están grabados, no hay mucha alternativa y, aunque se puedan usar distintos recursos, muchas productoras prefieren no hacerlo. Por ejemplo, el director Christopher Nolan ha reconocido, con motivo del estreno de su última película, Oppenheimer, que no ha querido usar la tecnología que le han proporcionado para mejorar los diálogos. No obstante, los fans de este cineasta saben que una de sus particularidades es que le gusta que las conversaciones de sus películas no ocupen todo el protagonismo y que, incluso, en algunos casos no se escuchen con claridad.

Tampoco hay que dejar fuera de la ecuación la tecnología de las propias salas de cine, donde se hacen ajustes en el sonido que no suelen beneficiar a las voces. La situación, llegado a este punto, comienza a ser preocupante tal y como se puede ver en la red. Porque cada vez son más las personas que se quejan de lo mismo y de la forma en la que este problema afecta a la experiencia de visionado de las películas.

Hoy por hoy, no hay ninguna solución. En el artículo original que nos ha inspirado a realizar esta noticia se da la alternativa de que todos los mandos a distancia de las televisiones Smart incorporen un botón para activar los subtítulos. Pero, siendo objetivos, no se trata de la solución a la que vayamos a querer agarrarnos para seguir disfrutando del cine. La industria debería replantearse la forma en la que invierte en el sonido de sus grabaciones y así conseguir recuperar una calidad de escucha más digna, más propia de lo que teníamos en el pasado, pero con la tecnología actual.