Solemos pensar que necesitamos siempre lo mejor, lo más novedoso, lo más caro, lo más rápido. Pero no es así. Igual que no necesitas varios gigas de velocidad contratados en tu tarifa a Internet, tampoco necesitas ahora un televisor 8K que cueste miles de euros solo por creer que estamos apostando por lo mejor, que tenemos el modelo más puntero y que estamos a la última. No es necesario una tele así y no la necesitas y te explicamos algunas de las razones por las que deberías evitarlo y gastarte mucho menos en una Smart TV más básica y más barata.
¿Qué es un televisor 8K? Antes de entender por qué no necesitas una tele con estas características tenemos que entender, de forma básica, las resoluciones y las diferencias. La resolución 4K original es de 4096 x 2160 pixeles pero se trata de una resolución que no se adapta al formato 16:9 de las televisiones. Para adaptarnos, las Smart TV utilizan un estándar de 3840×2160 píxeles que coincide con el formato UHD (Ultra High Definition) y generalmente son televisores llamadas UHD 4K.
¿Y el 8K? La resolución 8K es de una pantalla con 7.680 píxeles horizontales y 4.320 píxeles verticales. Cuatro veces más pixeles que un televisor 4K y que nos permitiría ver todos los detalles de cualquier imagen y con tantos pixeles que apenas podíamos distinguirlos desde cerca. ¿Merece la pena apostar por este tipo de televisión?
No necesitas más píxeles
La resolución 8K nos da cuatro veces más pixeles que una resolución 4K pero, ¿realmente lo necesitas? No vas a notar la diferencia, a simple vista, entre utilizar una televisión 8K y 4K UHD salvo que te pegues a la pantalla y la veas a escasos centímetros. Lo normal es que tu sofá o tu sillón esté a varios metros de distancia y no encontraremos ninguna diferencia viendo la tele si nos situamos a dos o tres metros.
No encontrarás contenido
¿Qué vas a ver en 8K? No podrás aprovechar las ventajas o las especificaciones del televisor 8K si no hay contenido en esta calidad. Las plataformas de streaming nos ofrecen parte de su catálogo en 4K (y no todo) y podemos ver películas y series. Pero para ver contenido en 8K tenemos que buscarlo específicamente en Internet y apenas encontrarás algunas imágenes o vídeos que funcionan como prueba pero no será lo que reproduzcas habitualmente en él. No aprovecharás esta diferencia.
De hecho, la mayoría de canales de televisión ni siquiera emiten en 4K por lo que no sacarás partido a la ventaja de tener esta resolución en tu televisor y, lo que es peor, los canales de la TDT se verán incluso peor ya que hay que encajar una señal con calidad muy inferior (de Full HD en el caso de los canales de la TDT) en una pantalla con una resolución mucho mayor. Esto hará que se vea borro al extenderlo.
Además, incluso si estabas pensando en comprar una tele 8K para disfrutar del gaming, tenemos que decirte que tampoco es algo que necesites en estos momentos. Si bien esto puede llegar a cambiar en el futuro con las máquinas que den sucesión a la generación actual, hoy día con una resolución 4K ya vas a poder exprimir el máximo potencial que te aportan las consolas principales. En algunos casos, ni siquiera necesitas 4K, como ocurre si tienes una Nintendo Switch. Así que, como puedes ver, hay pocas oportunidades de exprimir este tipo de televisión si lo que estabas pensando era disfrutar de los juegos de una forma totalmente distinta.
¿Qué compro?
En la actualidad, comprar un televisor 8K no tiene sentido. Además, esperar te permitirá invertir en un modelo mucho mejor ya que habrá muchas mejoras en las Smart TVs con esta tecnología en cuestión de un par de años. Merece la pena gastarse algo menos por una tele que vayas a tener tres o cuatro años y esperar a que el 8K se popularice o nos aporte algo más que presumir de tener la mejor tele.