Cada vez es más común tener cámaras en casa. Ya sea la webcam del ordenador, las cámaras de seguridad, las del móvil… Gracias a ellas podemos realizar videollamadas, tomarnos foto o tener nuestra vivienda vigilada cuando estamos fuera, por ejemplo. Sin embargo, pueden suponer un problema para nuestra privacidad si nos hackean. Esa preocupación generalizada crece a medida que los dispositivos con cámara aumentan. Si quieres evitar que te vigilen a través de ellas, te enseñamos cómo detectar un hackeo.
La práctica de colocar una pegatina sobre la cámara web del portátil ya es bastante común. De este modo, nos protegemos ante posibles ciberespionajes, pero no siempre es la solución idónea, sobre todo si tenemos que usarla de vez en cuando. Lo mejor es prestar atención a las señales que te alertan si has sufrido un hackeo y cerciorarse de que ningún tercero esté viéndote con la cámara integrada.
Además, hay que tener en cuenta de que las webcam no son el único tipo de cámaras con las que corres peligro de ser espiado. Los ciberdelincuentes también pueden acceder a las imágenes de las de seguridad que instalas para proteger tu casa y es relativamente fácil, puesto que muchas están siempre conectadas a Internet.
Hoy en día, los estafadores y ciberdelincuentes pueden querer ganar acceso a la webcam no solo con el objetivo de obtener imágenes íntimas que usar en un chantaje, sino para burlar controles biométricos en cualquier aplicación que use este tipo de reconocimiento facial.
Por otro lado, esto no tiene por qué ser solo un problema de hackers, sino que algún programa que tengas instalado esté haciendo un uso invasivo de los controles de tu ordenador, como puede ser la webcam. Normalmente, el sistema operativo siempre te pedirá permiso antes cuando un programa solicite acceso a ella, pero puede que alguna lo haya logrado igualmente.
El piloto de la webcam se enciende aleatoriamente
Los portátiles incluyen una pequeña luz al lado de la webcam que debe encenderse siempre que la cámara se active, precisamente para avisar al usuario de que se está utilizando. También las cámaras externas deben incluir esta luz piloto.
Debes poder reconocer cómo es esta luz porque la habrás visto al hacer alguna videollamada. Por ello, si alguna vez has visto que la luz se ha activado de pronto sin que estuvieras usando ninguna aplicación de videoconferencia o por el estilo, esto es una mala señal.
Si es tu caso, puedes abrir el administrador de tareas que incluya el sistema operativo que utilices, y ver si hay algún programa actuando en segundo plano que haya podido activar la cámara por sí solo. Revisando los programas activos en ese momento, revisa los permisos de cada una de estas aplicaciones en la Configuración de tu dispositivo, asegurando que ninguna tiene permisos innecesarios para usar la webcam.
Comprueba las extensiones de tu navegador
Al igual que los programas instalados en el ordenador, las extensiones que hayas descargado en el navegador también han podido ganar acceso a la webcam sin que sea necesario. En este caso, lo más posible es que no se trate de nadie intentando hackear el ordenador, sino que simplemente el desarrollador o proveedor de la extensión se haya pasado de la raya exigiendo el acceso a muchas partes del dispositivo.
Si el piloto de la webcam se enciende siempre por un momento al abrir un navegador, las extensiones pueden estar detrás del problema. Una posible solución será revisar las extensiones o complementos instalados y desactivarlas todas, para luego ir activando una por una hasta dar con el origen del problema. Si vienen indicados, revisa también los permisos que ha solicitado cada una de ellas.
Encuentras una carpeta extraña o archivos en el disco
Normalmente, el ordenador crea automáticamente una carpeta en la que almacenar vídeos grabados con la webcam. Puedes buscar en el sistema de archivos de tu ordenador la carpeta predeterminada para la cámara. Sería una muy mala señal que encontrases ahí vídeos grabados con ella que no reconozcas.
En esta carpeta de vídeo, también han podido aparecer de un día para otro, sin que hayas usado tu webcam. Lo más probable es que los vídeos se almacenen dentro de la carpeta Documentos. Aunque conviene buscar en otras carpetas del sistema.
Revisa los permisos en Configuración
En cualquier caso, viene bien echar un ojo en la sección dedicada a la cámara web dentro del menú de configuraciones de tu Windows, Mac o Linux. También puede encontrarse en la sección de privacidad y seguridad del menú ajustes, en caso de que tu sistema cuente con uno.

En este apartado, deberías poder ver qué aplicaciones tienen permiso para acceder a ella, así como activar otras medidas de seguridad para asegurarte de que siempre se te notifica cuando un programa enciende la cámara.
Haz estas dos comprobaciones sobre la cámara de vigilancia
Si tienes un dispositivo de seguridad en el hogar, hay dos comprobaciones esenciales para asegurarte de que no hay actividad sospechosa. Puede que hayas percibido alguna señal debido a que el Internet en casa te vaya más lento, que el LED de la cámara se encienda o que la cámara se mueva.
Por un lado, puedes usar las funciones avanzadas o de seguridad incluidas en tu router. Estos aparatos examinan el tráfico de datos. Si conoces cuál debería ser aproximadamente el volumen de tráfico de la cámara, ver una mayor actividad puede ser indicio de un acceso extraño. Si además localizas tráfico o pico generado en momentos en los que no estás usando la cámara, deberías sospechar.
Comprueba tu modelo de router y consulta sus instrucciones para acceder al sistema interno. Allí, comprueba estos datos y, si hay disponibles opciones de seguridad para limitar el acceso a la red doméstica, actívalas. Si tu router es de algún operador, la empresa podría informarte de qué opciones de este tipo puedes usar.
En segundo lugar, la mayoría de cámaras de videovigilancia para el hogar vienen con una app para acceder a ella desde el móvil. Idealmente, la aplicación incluirá un historial de inicios de sesión. Así, podrás consultar en busca de cualquier acceso a una hora o desde un dispositivo o región que no reconozcas.