La fibra óptica en España alcanza ya cómodamente cifras de 1 Gbps por parte de todos los operadores. Digi y Orange ya permiten contratar también 10 Gbps en algunas zonas. No obstante, si esas cifras se te quedan cortas, hay una forma de conseguir mayores velocidades de Internet.
Si bien una conexión de fibra óptica ofrece una velocidad más que suficiente, puede que si usas una conexión 4G o ADSL, la velocidad que recibas sea bastante baja. Muchos negocios, por ejemplo, tienen conexiones duales de ADSL y móvil por si, en el caso de que una se caiga, la otra actúe como respaldo. Y es que, efectivamente, se pueden utilizar dos conexiones a la vez, ya sea mezclando dos conexiones móviles, dos conexiones fijas, o una conexión móvil o fija.
Hay 2 formas de unir conexiones: hardware o software
Cuando nos conectamos a Internet, nuestros dispositivos se conectan a un servidor que envían los archivos mediante pequeños paquetes que luego, cuando llegan al destino, se vuelven a poner en su orden original para obtener el archivo original. Esos paquetes pueden enviarse a la vez a través de dos o más redes, aumentando la capacidad y velocidad. El problema es que los paquetes se envían a través de sockets como si de una tubería para enviar la información se tratase.
El mecanismo de transmisión de los sockets impide que, directamente, podamos enviar o recibir paquetes a través de dos redes. Por ejemplo, si tenemos una conexión de 10 Mbps y otra de otros 10 Mbps, y queremos hacer streaming de algo a 15 Mbps, no podremos hacerlo sin tiempos de espera porque la transferencia se hace a través de un mismo socket.
Por ello, la solución es utilizar channel bonding. Con esto, el tráfico se divide a nivel de los paquetes a través de varias conexiones de Internet. Al dividir los paquetes a bajo nivel, es posible enviarlos o recibirlos a través de varias redes. Para ello, es necesario utilizar soluciones de software o hardware.
Si queremos hacerlo con un único dispositivo, podemos recurrir a soluciones de software. Sin embargo, si queremos hacerlo en toda la red, es necesario usar un hardware. No obstante, las soluciones de hardware suelen requerir un pago adicional a las empresas, ya que las que lo ofrecen suelen usar sus servidores para unir y separar los paquetes de tráfico de tu red.
Software: la opción más asequible
Por ello, lo más cómodo es usar un software como Speedify, que es básicamente una VPN. Con ella, se pueden unir varios canales, pudiendo mezclar conexiones WiFi, 3G, 4G o redes cableadas de manera simultánea. La app está disponible para Windows, macOS, iOS y Android, y permite hacer channel bonding gratis con un tráfico de hasta 2 GB. A partir de ahí, el precio sube a 7,49 dólares si se adquiere el servicio anual, o 3,49 dólares al mes con la modalidad de pago de tres años por adelantado.
En el caso de querer usar toda una red, la compañía ofrece Connectify, una app que convierte un ordenador con Windows 10 en un router virtual que se encarga de procesar todas las conexiones de red de la casa, con un precio de 27,99 euros para siempre por un único dispositivo. Así, es necesario que sea un punto de acceso el que una el tráfico, ya que los dispositivos de manera individual no pueden conectarse usando dos tipos de conexiones distintas a la vez.