Reconozcámoslo: tenemos una obsesión por la velocidad de nuestra red de fibra óptica. A la hora de elegir un proveedor de servicio, siempre solemos decantarnos por el ISP que mayor velocidad ofrece y, como factor secundario, lo hace al menor precio.
Hace más de diez años, los investigadores de Google publicaban un artículo con el título que nos hacía levantar las cejas en plena expansión de las redes de Internet y la búsqueda de una alta velocidad: «Más ancho de banda no importa (mucho)». En realidad, una década después Cloudflare sigue firmando dicha afirmación y reivindicando lo que de verdad necesitamos en nuestra red actual de fibra en lugar de incrementos de velocidad.
No podemos mirar solo la velocidad
Cuando tomamos decisiones de compra y comparamos planes de Internet para el hogar entre los diferentes operadores, probablemente el valor que antes buscamos es el ancho de banda de la conexión para evaluar el rendimiento que tendrá nuestro Internet. Más ancho de banda es una velocidad más rápida, o eso dice el marketing, pero hay variables más importantes.
El ancho de banda es la cantidad de datos que se pueden transmitir en cualquier momento. Es el rendimiento máximo, o capacidad, del enlace de comunicaciones entre dos servidores que desean intercambiar datos. El «cuello de botella» es el lugar de la red donde la conexión está restringida por la cantidad de ancho de banda disponible. Por lo general, esto se encuentra en la «última milla», ya sea el cable que conecta una casa o el módem o enrutador en la casa misma.
Por ejemplo, si entendemos Internet como una autopista por donde viaja la información, el ancho de banda vendría a ser el equivalente al número de carriles que hay en esa carretera. Por tanto, cuanto más ancho sea el camino, más tráfico puede caber en la carretera en cualquier momento. El ancho de banda es útil para descargar archivos grandes como actualizaciones del sistema operativo y actualizaciones de juegos. También cuando reproducimos vídeo por streaming, aunque probablemente menos de lo que piensas. Netflix recomienda solamente 15 Mbps de ancho de banda para ver una transmisión en resolución 4K/Ultra HD.
Preocúpate más por la latencia
En el símil de Internet como autopista de la información, la latencia sería el tiempo que tardan los datos en moverse a través de la autopista, la velocidad a la que se mueven los vehículos en la carretera. Si el tráfico se mueve rápidamente y no hay atascos, llegará más rápido a su destino. La latencia se mide en la cantidad de milisegundos que tarda un paquete de datos en viajar entre un cliente (como tu ordenador) y un servidor.
En la práctica, tenemos que medir la latencia como el tiempo de ida y vuelta (RTT) entre el cliente y el servidor porque cada dispositivo tiene su propio reloj independiente, por lo que es difícil medir la latencia en una sola dirección. El tiempo de ida y vuelta (RTT) es la duración en milisegundos (ms) que tarda una solicitud de red en ir de un punto de partida a un destino y de vuelta al punto de partida. Esta es una métrica importante para determinar la salud de una conexión en una red local o en el conjunto de Internet y los administradores de red lo utilizan con frecuencia para diagnosticar la velocidad y la fiabilidad de las conexiones de red.
Las conexiones de baja latencia son importantes para los juegos, donde pequeños fragmentos de datos, como el cambio de posición de los jugadores en un juego, necesitan llegar a otra computadora rápidamente. Y cada vez somos más conscientes de la alta latencia cuando hace que nuestras videoconferencias en vivo sean entrecortadas y desagradables.