Un usuario logra emplear Kinect en su PlayStation 3

Un usuario logra emplear Kinect en su PlayStation 3

Javier Sanz

Varios experimentos han confirmado las posibilidades de aplicar la tecnología de Kinect en usos fuera del entretenimiento. Desde su aparición, el dispositivo ha suscitado el interés no sólo de los aficionados, sino de programadores e instituciones.

Que el Kinect tenía todas las papeletas para convertirse en un éxito de ventas, era algo prácticamente indudable (8 millones de ventas en 60 días). Tampoco hay muchas dudas de que constituya uno de los grandes pasos para la revolución del mundo de los videojuegos. Pero las posibilidades de aplicación que ofrece el dispositivo de Microsoft no dejan de sorprender.

Años atrás, Nintendo, a través de su intento de re-abrirse en el mercado, fue la primera en abrir el mundo de las consolas fuera del ámbito de los videojuegos propiamente dichos, al ofrecer a sus usuarios algo más que puro entretenimiento a través de sus consolas DS y, sobre todo, Wii. Las estrategias estaban claras: Microsoft y Sony seguían volcados en el grueso de los consumidores «tradicionales», mientras que Nintendo, a costa de perder parte de aquéllos, introducía nuevos clientes potenciales. Al final, aquéllos decidieron copiar igualmente esta última táctica, y pronto desarrollaron el sistema de sensores de movimiento: PlayStation Move, y, en el caso de Microsoft, el famoso dispositivo Kinect.

Y lo que ha conseguido Kinect, no lo hizo Nintendo. No sólo por los avances con respecto a ésta, sino porque ha logrado salir del propio mundo de las consolas. Eso sí, previa liberación. Durante este mes han ido surgiendo noticias sobre la exitosa aplicación de este dispositivo en ámbitos alejados de los videojuegos. La primera de ellas la dio la Universidad de Minnesota, donde se daba a conocer el potencial de Kinect en el campo, nada menos, de la medicina; en concreto en el estudio para el diagnóstico de enfermedades mentales. Por el momento sólo son pruebas, pero de tener éxito supondría sustituir una maquinaria de 100.000 dólares “por un juguete de 150 dólares”, con la misma eficiencia. Poco después, otra universidad, esta vez Universität Konstanz, anunciaba su aplicación en programas de ayuda a invidentes, permitiendo, junto a otra serie de dispositivos, indicar al usuario los obstáculos presentes ante él.

Y en este viaje, Kinect ha dado la vuelta al mundo fuera de los videojuegos para regresar a éste sin dejar de asombrarnos: ahora ha podido romper la barrera existente entre las diferentes consolas. Shantanu Goel, un usuario tanto de PlayStation 3 como de Xbox 360, ha logrado, a través de su Kinect, navegar por consola de Sony e incluso ejecutar un videojuego, Killzone 3. Eso sí, tal y como anuncia el afortunado en su propio blog, por ahora es imposible aplicarlo de manera realmente efectiva.

Sea como fuere lo que parece evidente es el potencial de posibilidades que aún puede ofrecer la tecnología Kinect.

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