La inversión en 2009 por parte de los operadores cayó a niveles de 1997

La inversión en 2009 por parte de los operadores cayó a niveles de 1997

Redacción

Las conexiones a Internet en fibra óptica en España se harán esperar. La inversión el sector de las telecomunicaciones no parece prioritaria en nuestro país, tal y como demuestra un dato especialmente llamativo: los operadores de España invirtieron en telecomunicaciones en 2009 al mismo nivel de 1997, antes de la liberalización del sector.

El año 2009 se sitúa como el peor en inversión en redes en más de una década. Ni las necesarias inversiones multimillonarias ni una demanda de servicios al alza se dieron en un año gris marcado por la recesión económica. Según el informe anual de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), los operadores frenaron en seco los desembolsos y la inversión cayó un 17,3%, hasta los 4.277 millones de euros.

El presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez, afirmó que la rebaja de inversión se debió en gran parte a las restricciones de los bancos a la financiación por las menores expectativas de crecimiento y a la escasa demanda. Todo ello en su conjunto ha tenido un claro reflejo en los ingresos del sector: el negocio de las telecomunicaciones perdió en 2009 un 5,4% y la cifra final de 41.765 millones de euros. Sólo el sector de la banda ancha aumentó sus ingresos y tráfico, pero no así la citada inversión.

Dentro de la banda ancha, los operadores alternativos de ADSL, Jazztel, Vodafone y Orange, fueron los que más crecieron en plena caída de Telefónica y los operadores de cable. Sin embargo, esto no se ha traducido en las necesarias inversiones para potenciar las redes de fibra óptica, que permiten conexiones a Internet a velocidades ultrarrápidas (100 Megas).

Retraso respecto a Europa

Estas conexiones se expanden a un buen ritmo por todo el continente europeo, con inversiones concertadas entre los gobiernos de los países y sus respectivos operadores. De este modo, en Italia se prevé que en apenas cinco años, la mitad de su población navegue a esta velocidad. En Reino Unido, también en 2015, dos tercios de sus ciudadanos tendrán la posibilidad de acceder a este tipo de conexiones, mientras que en Finlandia no sólo será posible sino que será un derecho de los ciudadanos.

La situación es, de este modo, un tanto oscura en nuestro país. Sin anuncio alguno por parte de los operadores ni del Ejecutivo de aumentar la inversión, el estado actual de las redes ultrarrápidas no tiene visos de mejorar a corto plazo.

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